Cientos de usuarios y usuarias ingresan mensualmente en una caótica carrera de arreglos, gastos extras e inspecciones cuando Litoral Gas, la empresa que tiene el monopolio del servicio en Rosario, les corta el suministro en sus domicilios. Se trata de una odisea de la que nadie está exento.
Con una clientela cautiva que supera los 740 mil hogares, Litoral Gas realiza unos 200 cortes por mes en edificios y domicilios particulares de Rosario, ya sea por pérdidas u olor a gas o facturas impagas, sin considerar, en este último factor, el complicadísimo contexto de la pandemia del coronavirus. La cantidad de cortes mensuales fue suministrada por la propia empresa ante un pedido de Suma Política, aunque sin discriminar las causas.
Ante cualquiera de estas situaciones la empresa toma la decisión unilateral de cortar el servicio sin ofrecer un tiempo estimado de solución, dejando a las personas en una completa incertidumbre y sin un servicio vital. En algunos casos el corte es totalmente justificado, pero en otros, como los que son por falta de pago durante la pandemia, es el aprovechamiento de una ventaja que le otorga su condición de único prestador del servicio. Y una total falta de sensibilidad en un momento de crisis sanitaria sin precedentes.
Los lugares con el gas cortado abundan, por ejemplo un edificio de Pellegrini y Mitre donde hace más de un mes que están sin servicio y no tienen fecha cierta de reanudación.
Beatriz, una de las vecinas afectadas, contó que se “quería morir” cuando se enteró de que cortaban el gas, porque sabía “lo que se venía”. Muchas de sus amigas que ya sufrieron esa situación le contaron de los peregrinajes que debieron atravesar para que “vuelva el gas”. Por eso, de entrada, pese a que se tenía que endeudar, ella tomó la decisión de comprar “un hornito y un termotanque eléctrico”, porque no quiere “pasarla mal durante meses”.
Vecinas de otros inmuebles de la zona, afectadas también por el corte, denunciaron a Suma Política que algunos inspectores y empresas se aprovechan de la situación y ofrecen sus servicios para “resolver rápido” el corte del suministro, lo que en definitiva no ocurre.
Desde la tragedia de Salta 2141 en 2013 nada volvió a ser igual en Rosario, a excepción de que la compañía que tiene el monopolio del servicio sigue siendo la misma: Litoral Gas, lo que en algún caso podría poner en la posición de virtuales rehenes a los usuarios y usuarias de la ciudad y la región.
Testimonios como el brindado a este medio por una usuaria de Funes dan cuenta de una misma secuencia, que se inicia con el corte del servicio y en la que tanto inspectores como empresas vinculadas a Litoral Gas se manejan de forma cuanto menos displicente. Se trata de una situación incómoda y caótica, que nadie quiere atravesar pero muchos deben afrontar. Los tiempos para recomponer el servicio distan de ser los ideales, sumado a los gastos extraordinarios que se deben enfrentar para obtener la habilitación del gas.
Según señalaron fuentes de la propia compañía, los 200 cortes por mes que se realizan en Rosario representan un promedio que “se sostiene desde hace siete años”. A su vez, indicaron que cerca de un 40 por ciento de las inspecciones que se realizan son rechazadas o tienen observaciones, lo que implica que harán falta más arreglos para que se habilite nuevamente el suministro. En muchos casos ya pasó por el lugar una subcontratista de Litoral Gas y dejó un listado de los trabajos a realizar; sin embargo, ese listado se amplía en nuevas inspecciones, lo que implica más trabajos, más dinero y más tiempo sin servicio.
Otra de las situaciones engañosas sobre las que alertan los vecinos y vecinas, es que hay compañías que se dedican a realizar denuncias anónimas en busca de que les corten el servicio a los edificios. Esto les permite ofrecerse como la primera opción para solucionarlo. Cobran una suma importante para los arreglos, pero luego, con la visita del inspector de Litoral Gas, todo vuelve a empezar.
La versión oficial
El director de Relaciones Institucionales de Litoral Gas, José María González, aseguró que de las diecinueve subcontratistas de la empresa que operan en Rosario “ninguna ingresa al domicilio”, con lo cual descartó que puedan ser las responsables de llevar adelante arreglos irregulares.
“Además de tener una credencial identificatoria, solamente están habilitadas a cortar el servicio mediante una búsqueda sistemática, ya que Litoral Gas una vez por año debe verificar por completo toda la red de suministro de gas”, agregó. Sin embargo, testimonios recogidos por este medio dan cuenta de que esas empresas subcontratistas no solamente ingresan a las propiedades sino que dejan por escrito las tareas a realizar.
González advirtió que sólo los gasistas matriculados pueden realizar los trabajos requeridos en los domicilios particulares y que “se puede hacer la denuncia en la empresa” en el caso de que el cliente no esté conforme con lo realizado. “Los inspectores de la compañía solamente revisan que los arreglos estén bien hechos, nada más”, dijo. Pero no descartó que una empresa independiente pueda aprovecharse de la situación, aunque “no tiene nada que ver con Litoral Gas, porque son firmas contratadas por un particular o un consorcio”.
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