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Política

Agroactiva: Santa Fe blinda al campo y a la industria frente a la motosierra

El campo y la industria son dos eslabones inseparables del “interior productivo”, ese es el eslogan que hizo suyo el gobernador Maximiliano Pullaro y repite como un mantra para caracterizar la economía de Santa Fe, golpeada en el último año por las medidas nacionales, que priorizaron el ajuste fiscal pero hicieron estragos en los territorios a través del deterioro de la infraestructura, un fuerte parate de la actividad y la amenaza de la apertura importadora.

Ese mapa erosiona cada vez más la relación del mandatario santafesino con el gobierno de Javier Milei, con el que no logra armar una agenda común sin salir noqueado, a pesar de sus habilidades pugilísticas. “El diálogo está bien, la situación está muy mal”, dijo sin cortapisas Pullaro durante Agroactiva 2025, la gran muestra a campo con sello santafesino que se realizó esta semana -y como todos los años- en Armstrong, corazón del cluster de maquinaria agrícola. 

Con un pedido expreso de rebaja de las retenciones, cuestionamiento a la apertura de importación para máquinas nuevas y usadas y una menor carga fiscal, el gobernador y su gabinete no pudieron más que tomar como propia la agenda del sector agropecuario que no sólo aporta divisas a nivel nacional sino que en la provincia es uno de los principales motores de la actividad industrial a través de la maquinaria agrícola -el 45% está radicada en territorio santafesino- y de la generación de empleo registrado.

Como una sinfonía perfectamente coordinada, cada uno de los ministros -e incluso la vicegobernadora Gisela Scaglia- le puso voz a un reclamo en particular dirigido a Buenos Aires, que remató finalmente el gobernador cuando planteó que “tenemos que cuidar a nuestros empresarios y las fuentes de trabajo” y manifestó que no está de acuerdo “con la apertura indiscriminada de las importaciones”.



Un empujón


La provincia, cuyo stand institucional albergó a unas 130 empresas, buscó en Agroactiva darle envión al sector agroindustrial que tiene como viento a favor un escenario de moderado repunte de la actividad, acompañado por la buena campaña de granos gruesos y la mayor oferta de crédito, pero que aún no logra recuperar los niveles de 2023.

El ciclo 2024/25 comenzó con sequía y termina con exceso de agua pero los resultados son alentadores y con buenos precios en ganadería, dijo el secretario de Agricultura santafesino, Ignacio Mántaras, lo que incentivará a “aumentar el área sembrada con trigo y maíz”.

Frente a eso, “el mercado está receptivo, está apostando todo a la cosecha”, dijo Federico Bosch, responsable de Marketing y Comercio Exterior de la compañía Ombú, que fabrica maquinaria agrícola, pulverizadoras y fertilizadoras, y remolques.

Lo mismo expresó el industrial de la fábrica de sembradoras y presidente de la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), Enrique Bertini. “El sector viene levantando, lento pero paulatinamente y estamos mejor que en 2024, vamos de a poco escalando hacia alcanzar un nivel de equilibrio”, dijo, aunque advirtió que eso puede estallar por los aires con la apertura de la importación.

Para el secretario de industria de Santa Fe, Guillermo Beccani, esto representa una “luz de alarma” tanto para la maquinaria agrícola como para otras empresas productoras de bienes de capital en la provincia.

Los industriales no sólo están preocupados por el ingreso de maquinaria usada (habilitada mediante un decreto que dio luz verde al Certificado de Importación de Bienes Usados) sino mucho más por los equipos nuevos. “El mercado se divide en dos: con China o sin China”, dijo Bertini y agregó que en distintos lugares del mundo hay productos de ese origen a mitad de precio. “Vamos a tener que organizar algo al respecto porque a ese ritmo nos vamos a quedar sin trabajo”, se sinceró.

Algo similar expresó Bosch cuando advirtió que las alertas se encienden por la maquinaria nueva proveniente de China o India. “Al productor le va a resultar mucho más atractivo comprar un equipo nuevo que uno usado aunque esté más barato”, dijo. “Hoy estamos más competitivos que el año pasado pero nuestros costos de producción son muy altos”, planteó y manifestó la imposibilidad de las empresas nacionales de hacer frente a una oferta de financiación a cinco años de plazo como la que otorgan muchas firmas multinacionales.



Créditos más baratos


Por eso, el ministro de Desarrollo Productivo de Santa Fe, Gustavo Puccini, se enfocó en destacar el acompañamiento financiero de la provincia para lograr subsidios de tasa como uno de los pilares de la política hacia el sector. 

Después de desembolsar $ 88 mil millones desde Expoagro para esta herramienta, sumó otros $ 66.800 millones en Agroactiva que direccionó con bancos públicos como Nación y Municipal de Rosario, privados (Banco Santa Fe) y agencias de desarrollo y el Consejo Federal de Inversiones (CFI). “Pronto se sumarán nuevos actores como Banco Macro, Credicoop, Santander y Galicia”, precisó Puccini.

Eso les permitió llegar con una tasa del 11% en adelante para 26 líneas de crédito que no sólo fueron una “promo” de la muestra sino que se mantendrá hasta agotar el cupo. “El crédito hacía falta en Argentina”, dijo Puccini.

Pero además, una política que permita “reforzar el contrato productivo”, agregó el ministro de Economía Pablo Olivares, quien consideró que es esencial además de una macro ordenada, y a este gobierno nacional le falta.

El sector financiero también entendió que no sólo se vive de carry trade. “Crecimiento económico es más inversión y producción, y así lo entendemos nosotros”, dijo el gerente corporativo de grupo Petersen (Banco de Santa Fe, Entre Ríos, San Juan y Santa Cruz) Hernán González Viberti.

Y ese es justamente uno de los pilares que identificó Carlos Castellani, titular de la empresa de sembradoras Apache, pero también diputado por la UCD y director del Banco Nación durante el gobierno de Macri.

“Los bancos están volviendo a ofrecer líneas competitivas”, dijo el empresario confiado en que esto “ayudará a las ventas”. Y planteó que eso, sumado a una buena cosecha que este año se dio, y una afinada relación entre cotización de los granos y precio de los equipos, que “está moderadamente bien”, son las tres condiciones fundamentales para que el sector tenga un buen ciclo.

Pero así como la vicegobernadora y presidenta del PRO en la provincia, dijo no compartir la apertura indiscriminada de las importaciones, el ex funcionario macrista la consideró una estrategia de “dumping”, porque “no es una competencia sana” en términos de los precios de las materias primas y costo laboral desigual.

Sin embargo, para muchos industriales también es una cachetada que puede ordenar el mercado. Federico Tanzi, titular de la fábrica de sembradoras de Arequito, explicó que en el segmento de tractores y cosechadoras -dominado por las multinacionales- había un desfase muy grande en términos de precios. “Los equipos valían un 60% más que en otras partes del mundo”, dijo y planteó que si esto permite acomodar estas cotizaciones, traerá ventajas al resto de la industria. “Los que fabricamos equipos de arrastre (como sembradoras) vamos a vender más porque muchas veces no había tractores de alta potencia a precios razonables”, expresó. 

Algo similar planteó Bertini al considerar que más que la falta de competitividad de la industria nacional, había “un problema comercial” con multinacionales que vendían en Argentina con sobrecostos de hasta un 40% en equipos de gran porte.

Pero para Tanzi, la apertura importadora obliga a mirar puertas adentro de la industria nacional. “Si un productor elige una maquinaria usada importada de diez años de antigüedad en lugar de una nuestra, es porque algo hicimos mal, no invertimos lo suficiente en la tecnología necesaria”, dijo.

Ese delgado equilibrio entre competitividad empresarial y promoción pública es el camino que eligió transitar el gobierno de Santa Fe, que luego de varios escarceos con la administración libertaria, vio como la motosierra le socavó los fundamentos de su economía y como correlato, su capital político. “Santa Fe es campo e industria y podemos demostrar que hay articulación entre Estado y sector privado en un momento difícil de la Argentina donde la caída de la economía es muy grande”, asestó Pullaro, y en la provincia “buscamos hacer todo el esfuerzo para que eso no suceda en nuestra tierra”, concluyó.


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