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Política

“La Convención es efímera”

A medida que se termina de consumir la primera semana, parte de los periodistas que siguen desde el lunes 14 de julio, paso a paso, la futura sanción de las modificaciones a la Constitución de Santa Fe optaron por plastificar sus credenciales impresas en cartulina.

Pensaron en que tal como se las entregaron, las  acreditaciones que abren puertas les podrán durar unas pocas jornadas. Aparentemente, fueron elaboradas como para que resistan un puñado de sesiones no tan extensas. ¿Habrá sido esa la ilusión de quienes tuvieron a su cargo esa tarea? ¿Se trató sólo de sobreactuar austeridad? 

En cualquier caso, debe decirse que además de útiles para poder acceder a casi cualquier espacio donde se produce información (hasta ahora lo único vedado es lógicamente la Comisión de Labor Parlamentaria), se trata de un cartón producto de un bello y significativo diseño.

No son solo adornos, hay una suerte de quiebre en la línea (horizontal) del tiempo de los santafesinos, que se representa con la bandera tricolor de López. Es en síntesis, una Convención de la Invencible. Y las tres franjas en rojo, blanco y azul-celeste se pliegan en distintos momentos para dar idea de continuidad, también de cambio y hasta de avance.   

Lo haya advertido o no, la diputada del justicialismo Lucila De Ponti propuso agregar a la documentación oficial que produzca la Convención la leyenda “A 206 años del Primer Estatuto Provisorio del Brigadier Estanislao López”, considerado como el primer antecedente constitucional en la historia argentina.

Logró la unanimidad, lo mismo que la aprobación del “modelo de membrete y formato” de cada texto que produzcan los convencionales. 

Así, al logo que vino diseñado desde la Casa Gris, en el plenario se le añadió esa acertada mención histórica. Eso es más o menos lo que se espera que suceda: que la mayoría que logró los dos tercios (y más) de los votos en cada una de las dos Cámaras de la Legislatura para la sanción de la Ley que declaró la necesidad de la reforma parcial, que ya tiene el diseño que permite la lectura de la 14.384, llegue al texto constitucional pero con más aportes. Habrá que ver cuán dispuestos están otras fuerzas para llevar a cabo esos aportes que también legitiman. Desde los bloques ultra de derecha, libertarios y celestes fueron muy duros, pero cuando el tiempo avanzó, se fueron apagando los ánimos exaltados y también las cámaras de los medios de comunicación.

La identificación de las líneas tricolores está en las credenciales de los convencionales, en la acreditación a la prensa, en los banners de una sala para conferencias, en las carpetas que portan documentos impresos y hasta en los videos elaborados por “la organización” de la Convención. Ahora son oficiales.



En ocho comisiones


Para el miércoles 16, cuando tuvo lugar la segunda sesión, también casi maratónica como la primera, comenzaron a ajarse las puntas de los cartelitos colgados al cuello de los reporteros. Dicen “prensa” en letras de molde.

Algunos cronistas parlamentarios tomaron la precaución de cuidar la credencial cuando vieron que serán unos dos meses intensos. Otros, porque entendieron que además valdría la pena guardar ese pedacito de historia de Santa Fe.

El lunes 14 fueron unas 12 ó 14 horas continuas en la Legislatura, si se cuentan los tiempos muertos de los cuartos intermedios; y algo menos de 10 horas el miércoles 16, con una acotación al margen: la primera jornada, además de tensa había sido por momentos demasiado alejada de lo que se espera de un acto solemne de jura y de inicio del debate; la segunda, repleta de unas críticas que parecían cuanto menos forzadas. Y eso es apenas lo público. Hay muchas más labores y reuniones, y ahora es el turno de las ocho comisiones y el ingreso de proyectos para que se transformen en resoluciones por mayoría en aquellas. 


En off the record


Cuando todavía no se había aprobado el anexo propuesto por los jefes de todos los bloques con los integrantes y las presidencias para cada comisión (que garantiza que al menos haya una para cada convencional) uno de los 68 que juraron dijo a Suma Política: “Nosotros los políticos razonamos y nos comportamos y negociamos de acuerdo con lo que conocemos que es la Legislatura, los concejos municipales, el Congreso, las comisiones comunales… Pero esto es muy distinto: la Convención es efímera”, reflexionó.

Se cumple aquí con el compromiso del off the record pero la frase se copia textual porque resume lo que sucedió —y lo que no— en la primera semana. En efecto, los convencionales se sueñan en la historia de Santa Fe pero hay por delante hasta dos meses, nada más. Y eso en cuerpos deliberativos es poco, pero se sabe: cuando hay voluntad política todo se puede.

La  Convención es efímera, pero serán históricos los cambios que hará. Efímera es la palabra y mientras tanto demasiadas apetencias personales y “demandas” para un número limitado de cargos junto al presidente del cuerpo, Felipe Michlig, y en cada una de las ocho instancias de debate. Calmar egos pudo demorar una eternidad, pero entender que los liderazgos no se definen desde esos lugares sino en la práctica del debate fue cuestión de un par de días. Es un buen comienzo.



La Constitución guía al Pueblo


El senador Felipe Michlig no quiso responderle a la diputada Amalia Granata; cuando fue electo en el más alto cargo en la Convención dijo algo así como “me van a dejar al menos agradecerles”, luego de jurar y sentarse en la presidencia, a espaldas del cuadro de Roux, en el recinto ampliado de Diputados.

Las acusaciones de la líder de Somos Vida y Libertad son de una semana atrás. O mejor dicho, de más de dos décadas atrás, porque reflotó una causa por la que fue exculpado en segunda instancia el senador por San Cristóbal (un firme impulsor de la Ley de Ficha Limpia y de su incorporación a la Constitución).

Seguramente estaban en la cabeza de Michlig los discutidos artículos 10 y 11 del reglamento de la Convención, que si bien le dan al presidente el voto para desempatar no le permiten argumentar desde el estrado.

Michlig tiene que dirigir el debate y no polemizar. Pero va a poder asegurar ante cualquier eventual situación no prevista el número impar al oficialismo. Todo se podrá resolver por simple mayoría de los presentes tras el quórum, pese a los altivos peros que puso desde La Libertad Avanza Nicolás Mayoraz.

Fuera del momento adecuado, al día siguiente de votar a favor en general, argumentó que no se había aprobado el artículo 72 que justamente dividió aguas entre los convencionales del peronismo de Más Santa Fe, el principal socio de Unidos para Cambiar Santa Fe para la reforma parcial con reelección del gobernador (y con cláusula transitoria para Maximiliano Pullaro).

Acaso el diputado nacional que preside Asuntos Constitucionales en la Cámara baja del Congreso siga guardando antecedentes para su intento (ya rechazado en primera instancia) de objetar por vía judicial la ley mencionada arriba. O tal vez recibió la recomendación de salir a disputar un “índice de oposición” con Granata, al decir del ministro de Gobierno Fabián Bastia, siempre presente en los debates, al lado del gobernador.


Un hecho político “fundacional”


La unanimidad que tiene ahora la Convención define cuánto, cómo, dónde, con quiénes y con qué funcionará. Los por qué y los para qué son un asunto aparte, propio de cada idea partidaria. O de cada proyecto político de poder.

No todo se agota en la reelección del gobernador, pero ese ha sido sin dudas el motor del oficialismo que esta vez llegó a la Legislatura con números tan cómodos que Pullaro pudo lo que no lograron antes sus antecesores Miguel Lifschitz y Jorge Obeid, a quienes nombró. Puso al socialista y al peronista en una misma línea de transformaciones institucionales con dos figuras de mediados del siglo pasado: Carlos Silvestre Begnis y Aldo Tessio.

El de Pullaro fue un buen discurso y sin embargo fue criticado porque en tanto convencional es, entre otros 67, uno más. No el jefe del Estado provincial. Las formas importan tanto como el contenido.

Entre otras frases profundas, Pullaro dijo que “una Constitución no es neutra, produce realidad, distribuye poder, consagra y amplía derechos o restringe y conserva privilegios. Consolida corporaciones e invisibiliza diferencias o por el contrario es una plataforma de transformaciones positivas que contengan a todos”.

Advirtió que “reformar no es un gesto técnico, es un acto político y cultural, un momento fundacional que expresa qué sociedad queremos ser pero también sabemos que las reformas profundas no se imponen sino que se construyen con legitimidad, con participación”, en una nueva invitación al consenso.


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