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Política

Lo que dejó Milei en Rosario: Pacto de Mayo el 9 de Julio en Tucumán y un Belgrano “maximalista de la libertad”

Un recordatorio del pasado se convirtió en una postal del futuro: ahora el pacto político será el próximo 9 de Julio en Tucumán, los mojones que Milei liga a la historia, para dinamizar la difícil y lenta marcha de sus herramientas. El anuncio llegó en el marco de un giro ecuánime de su parte, llamando a deponer “anteojeras partidarias” para dar vuelta la historia; tal vez la heterogénea platea que tenía sentada frente al atril haya servido de inspiración para convite del Día de la Independencia, que el público rubricó con un “Milei querido el pueblo está contigo”. La despedida en el helipuerto de Prefectura, con la gente corriendo hacia las rejas y él estrechando manos, terminó de cargar de significado la fría mañana del jueves.

Una hora después de lo previsto, el presidente Javier Milei llegó al Monumento. La espera despertó especulaciones sobre reuniones previas al acto pero, en el caso de que hayan existido, no fueron con el gobernador Maximiliano Pullaro y el intendente Pablo Javkin, que siempre estuvieron a la vista, aguardando su llegada. Cuando a las 10 se izó la bandera, dando por iniciada la ceremonia, ya el sol estaba alto en el horizonte líquido del río, la banda había interpretado varios temas y el público había engrosado generosamente la media luna que formaban las vallas.

Los seis granaderos, tres a cada lado de la nave del Monumento, ya eran parte de la escultura y los funcionarios aprovecharon el tiempo en una tertulia que incluyó besos, abrazos, selfies y charlas de pasillo, que se multiplicaron con la llegada del gabinete en pleno del gobierno nacional. De las más dispuestas a sonreír para las cámaras, la vicepresidenta Victorial Villarruel, que respondía cuando desde el palco de prensa buscaban las fotos del día. El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, fue de los últimos en tomar asiento, al igual que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en diálogos constante.

El acto incluyó momentos emotivos, como la jura de la bandera por parte de los ex Combatientes de Malvinas, liceístas y granaderos, y la entonación del himno, con una escenografía del entorno que incluyó el mural de Messi en un edificio cercano. A veces las sensaciones se alínean y el público lo registra. A su turno, Javkin, Pullaro y Milei, fueron ocupando el atril sobre el palco apenas elevado del suelo. El primero en hablar fue el intendente de la ciudad que abundó en agradecimientos a la Nación por la ayuda para controlar la inseguridad. “Bienvenidos a Rosario, una ciudad que busca paz y respeto”, arrancó Javkin que al profundizar los elogios, cosechó los primeros silbidos y abucheos de la mañana.

El foco sobre los trazos gruesos de los discursos de Javkin y Pullaro, con referencia a las cárceles como “home office del delito” y “narcoterrorismo”, respectivamente, remite al mayor desafío que ambos enfrentaron en campaña, la demanda de seguridad; tal vez eso explique el riesgo de elogiar a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, allí presente, más allá de la metodología empleada, frente a un público que en ese momento se reveló ideológicamente heterogéneo: aplausos y abucheos. La unión, el diálogo y la disposición para trabajar alineando los tres niveles del Estado, fue otro leitmotiv en los discursos de las autoridades santafesinas, en los que no faltó el énfasis, el sesgo localista y la valoración por recuperar a la figura presidencial en el acto del 20 de junio.

“Por el mes de marzo, las mafias, el narcoterrorismo, atacaron a la población civil de Rosario, para quebrar una decisión de la provincia, y sin especular ustedes estuvieron al lado nuestro”, dirigió Pullaro a la plana nacional sin olvidar, aunque sin hacer nombres, el apoyo de gobernadores de otras provincias. Con la frase “somos una provincia de gente trabajadora”, el gobernador de Santa Fe prologó la lista del debe que aún tiene la Nación con la tierra del brigadier Estanislao López. Así enumeró: universidad —para unir conocimiento con producción—, educación estatal y gratuita, y obras de infraestructura. Después fue al hueso de la principal herramienta mileista: “por supuesto que necesitamos equilibrio fiscal y desde la provincia acompañamos el esfuerzo que hace el gobierno nacional, pero también necesitamos desarrollo económico, crecimiento, necesitamos federalismo”, facturó.

En su discurso, Milei puso un ancla en la historia, pero no tardó en traer el presente al primer plano, con un dejo de sus propias convicciones: “las autoridades virreinales querían cuidar las formas, como hacen algunos hoy”. Pero no fue el único estiletazo, “a Belgrano le importó un rábano, hizo lo que sabía correcto, una sana costumbre del interior del país frente a las disposiciones de los políticos de Buenos Aires”. El paralelismo fue más allá, y calificó a Belgrano como maximalista de la libertad; porque la libertad no pide permiso, se impone y no espera las órdenes de ningún burócrata y es ineludible por más que unos pocos se resistan.

“Belgrano murió pobre, nunca le pagamos correctamente por el servicio que había brindado, no es un invento de las últimas décadas que los políticos le falten el respeto a los uniformados que ponen el cuerpo por la Patria, sino una tradición que debemos terminar”, dijo Milei, sumando aplausos. Y convocó a deponer las anteojeras partidarias, dejando intereses particulares y trabajar juntos para establecer el nuevo orden económico que la Argentina necesita para volver a ser una potencia mundial. En una cuidada estrategia, aprovechando el entorno, dio el título de la mañana: “avanzada ya la sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal, quiero aprovechar para convocar a todas las autoridades políticas, a los gobernadores, los dirigentes de los principales partidos políticos, los ex presidentes de la Nación, a la honorable Corte Suprema de Justicia, empresarios, trabajadores y a la ciudadanía, a que nos encontremos el próximo 9 de Julio en Tucumán, para firmar el Pacto de Mayo y dar vuelta la historia”. El triple grito “¡Viva la Libertad Carajo!” volvió a la realidad partidaria un acto que se proclamaba políticamente descafeinado.

Epifanía

Cada 20 de Junio Rosario tiene en la celebración de la Bandera una especie de epifanía. El país converge hacia la ciudad, la fecha es como un poderoso imán que colma de actividades la jornada, desde los choripanes y la venta ambulante en el Parque a la Bandera, a los menús ad hoc de los restaurantes, pasando por música, talleres y hasta una visita guiada al cementerio El Salvador. Todo enhebrado en el mismo eje: la fiesta anual de Rosario, por el mérito de haber presenciado por primera vez a la Bandera, el 27 de febrero de 1812. Un ligero delay histórico, por el 20 de junio de 1820, fecha en que murió su creador.

La víspera de la llegada de Milei estuvo tan picante como las previas del clásico rosarino. Javkin y Pullaro, al presentar un plan de obras, se mostraron optimistas con su visita, mientras que el Partido Justicialista daba a conocer un comunicado declarando al presidente persona no grata, en un comunicado que enumeraba los despojos que van dejando licuadora y motosierra. Igual actitud tomó La Multisectorial de Rosario, integrada por organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles y políticas, que se reunió en la Plaza Montenegro, repudiando las consecuencias económicas y pidiendo la libertad de las personas aún detenidas en la represión de días atrás frente al Congreso.

Pero a Milei, que desde X anunció su llegada y a horas de recibir un premio en España por defender las ideas libertarias, el acto pareció colmarlo. Más aún, representó una especie de viaje iniciático, que le permitió un baño de popularidad, cuando sintió a la gente vivándolo, tras las rejas de Prefectura, y demoró el helicóptero para ir a saludarlos dándoles la mano. Su hermana Karina, que días atrás estuvo en Santa Fe impulsando el armado político con vistas a 2025, replicó el gesto.

Surfeando la crisis interna de su gabinete, reconociendo las caídas de ventas y de producción, Milei sigue afirmando que el camino es el correcto y trae a escena la esperanza en un nuevo y próspero “segundo semestre”, más allá del fuego amigo de los economistas que dudan de que la economía rebote pronto en V. Por lo pronto sigue su gira internacional, que le depara premios como los que hoy viajará a recibir además de España en Alemania y República Checa.

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