Ni apoyar todo con los ojos cerrados ni oponerse porque sí. El gobernador Maximiliano Pullaro viene cumpliendo al pie de la letra su promesa de poner los intereses de Santa Fe por delante de todo. Y esa línea lo ha llevado a coincidir con algunas de las últimas decisiones del presidente de la Nación Javier Milei, pero también, cuando hizo falta, a oponerse a otras que pueden perjudicar a la provincia. Y a reclamar por las que a su criterio todavía faltan.
No suele disimular Pullaro lo que piensa. Casi siempre con palabras claras, y otras veces con gestos, como cuando se sentó bastante lejos en la mesa del presidente con los 24 mandatarios, o después al no participar de la conferencia de prensa con el ministro del Interior Guillermo Francos. Por antecedentes y peso político, el gobernador de Santa Fe se perfilaba para estar cerca del nuevo presidente, incluso por su protagonismo en la liga de los diez gobernadores nacidos en el seno de Juntos por el Cambio, cuya fórmula presidencial quedó incorporada al nuevo gobierno.
Pero así como en su discurso de asunción como gobernador de la provincia dijo que iba a anteponer lo que le conviene a Santa Fe por sobre los alineamientos partidarios, a nivel nacional no dudó en marcar cierta distancia con la forma y algunos de los puntos del reciente DNU presidencial, sin que eso lo convierta en un opositor a las transformaciones que propone un gobierno en el que confía para hacer un cambio profundo en el país, y con el que se identifica en su postura antikirchnerista.
En Santa Fe, cambios por consenso
Antes que nada, Pullaro se diferenció del paquete del decreto de Milei en el procedimiento: opinó que a su criterio se llevó adelante de una forma “incorrecta e inconsulta”, y expresó que “se podría haber dialogado un poco más”. Hubiera preferido que las reformas propuestas, muchas de las cuales le parecen adecuadas, hubieran sido discutidas una por una en el Congreso.
Es que esa es una impronta que se impuso como estilo en los primeros días de gestión en la provincia, donde ha podido avanzar casi al mismo ritmo veloz de cambios que propone Milei pero con la diferencia de haber consensuado antes lo que iba a hacer y explicado a cada bloque parlamentario los fundamentos y las consecuencias de esas medidas. Y a pesar de que, a diferencia del oficialismo nacional, en la Legislatura santafesina el gobernador cuenta con mayoría propia.
“En Santa Fe los proyectos de reformas los mandamos a la Legislatura como leyes autónomas, para que puedan trabajarlas y tener un consenso mayoritario. Porque si sale con el apoyo de todos los bloques, va a tener mucha más fuerza”, comparó.
Considera que de esa manera se consigue un mayor respaldo y se gana en legitimidad política, a diferencia de lo que ahora le pasa al presidente, que se enfrenta a cuestionamientos constitucionales y públicos de todo tipo. “Esta no es la forma”, dijo sin vueltas.
Sin ser opositor, lo que está mal
Sobre las medidas que pone en discusión Milei, Pullaro está de acuerdo en general porque cree que le vendrían bien a la producción y a la generación de empleo en la provincia, pero no duda en cuestionar que “no es correcto votar un DNU que deroga 300 leyes a libro cerrado, por sí o por no. Eso lleva a un extremo”, dijo ayer desde la puerta de la Casa de Gobierno de Santa Fe. “Tomar medidas extremas hace que los argentinos nos sigamos dividiendo y eso no le hace bien al país”, analizó.
No debe leerse esta postura del gobernador Pullaro como una forma de oposición al contenido del mega DNU de Milei, ya que cree que en el Congreso la mayoría de las medidas propuestas hubieran sido aprobadas.
En su definición más crítica señaló que “entendía que estas reformas liberales iban a venir con una baja significativa de impuestos y retenciones, fundamentalmente para el campo y la industria. En lugar de eso, estamos viendo la preocupación de las economías regionales e incertidumbre”.
Lo dijo al final de una reunión en Casa de Gobierno con representantes de la Federación de Industriales de Santa Fe y de empresas vinculadas a diferentes rubros. En ese encuentro se plasmó una agenda propia para llevar adelante en los próximos meses para que Santa Fe lidere el proceso productivo a nivel nacional y elabore una política para los próximos cuatro años.
Un detalle que marca el posicionamiento de la provincia es que, a contramano de lo que dispuso en el DNU el presidente Milei en cuanto a poner fin a las promociones industriales, en Santa Fe esa política va a continuar. Esta misma semana el ministro de Desarrollo Productivo amplió ese régimen vigente y firmó promociones para más industrias, como un mensaje a favor de la producción.
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Los puntos sin acuerdo
En cuanto al contenido del mega DNU, se coincidió en esa reunión entre el gobernador y los industriales en algunos puntos en los que Santa Fe claramente no está de acuerdo. “Vamos a defender a la producción, a la industria, al campo, a las economías regionales”, dijo Pullaro, pero también prometió hacer gestiones para que “las medidas que no están bien puedan volver atrás”.
En su primera expresión en redes sobre el DNU, Pullaro había señalado que “algunas iniciativas van en el camino correcto y benefician a la producción, pero otras no están claras o no tienen ninguna incidencia o mejora real para la vida cotidiana de los argentinos”.
A su vez dijo que “esperaba que entre las medidas de una agenda de cambios hubiera una reforma impositiva por ley que incluyera una rebaja de impuestos a la producción, como es el caso de las retenciones al campo”.
En su regular contacto con los medios de la provincia, rescató después varios aspectos positivos del DNU, como que no se pueda bloquear una empresa (como está sucediendo en SanCor); que no se pueda bloquear un puerto, como se lo ha hecho durante 45 días en la provincia; también que haya incentivos a la producción, que se piense en una reforma laboral o que haya servicios esenciales”.
Pero aún con esas medidas se mostró partidario de que tengan “un fuerte respaldo y apoyo de los sectores productivos”. Argentina —expresó— no va a salir adelante si no apuesta a la producción, al campo, a la industria, al comercio y a generar empleo”.
El gobernador es partidario de “reglas claras que perduren en el tiempo”. Y cree que eso requiere de “un acuerdo republicano, que respete la división de poderes y se valoren todas las opiniones e instituciones”.
Pullaro reveló que en la reunión con el presidente los gobernadores no recibieron detalles del mega DNU sino de algunas medidas en general, y contó que cuando le tocó expresarse planteó que no le parecía correcto el aumento que se pensaba aplicar a las retenciones a las economías regionales y a algunos productos industrializados. No volvió satisfecho.
Del DNU presidencial rescató como positivo también las reformas para la digitalización de trámites y la eliminación de regulaciones que burocratizan los procesos productivos. No está tan de acuerdo con privatizar el Banco Nación y para nada de acuerdo con la eliminación de los regímenes de promoción industrial en general.
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No a reprimir las protestas
Donde sí se diferenció más claramente el gobernador de Santa Fe fue en el tema de los protocolos antipiquetes. También criticó lo sucedido en Córdoba, donde se reprimió una protesta.
El mandatario dejó en claro que “la protesta social no la vamos a reprimir, siempre y cuando no se crucen ciertos límites, que no haya destrucción del mobiliario, que se respeten el tránsito y el orden”.
Precisó que en territorio santafesino “si se corta una calle se intentará restablecer el tránsito”, aunque aclaró que “si hay un desborde el uso de la fuerza también está legitimado”.
Dio ejemplos: “No vamos a permitir que cuatro personas corten la autopista o la circunvalación, o que bloqueen una empresa o el puerto, porque eso trae mayores problemas. Pero jamás vamos a reprimir una marcha”. Y revisó el protocolo anunciado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich con una pregunta: “Si hay diez mil personas en una manifestación, ¿cómo les vamos a decir que no corten la calle?”.
También se mostró preocupado por la situación social del país: “Me angustia mucho que la gente se tenga que expresar ante un decreto de esta naturaleza porque siente que su vida va a empeorar. Una persona a la que de un día para el otro le aumentan las cosas al doble, y siente que no llega a fin de mes, no la está pasando bien, y se manifiesta porque siente que va a estar peor”.
“En Santa Fe —prometió— a nadie le va a faltar la comida; el gobierno va a trabajar para eso”.
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Periodista. Licenciado en Comunicación Social de la UNR. Ex jefe de Redacción de La Capital. Twitter: @DanielAbba_