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“No fue un escrache a Lorenzetti, esto fue por amor a la Patria”

“No fue un escrache a Lorenzetti, esto fue por amor a la Patria”



Redacción Suma Política


La pelea por el traslado de los jueces Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Germán Castelli tuvo en Rafaela otro de sus controvertidos capítulos cuando un grupo de personas realizó un escrache en el domicilio de Ricardo Lorenzetti, juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

El nombre de Corina Vecchioli, candidata en 2019 a intendente de esa ciudad por Juntos por el Cambio, se instaló en los medios nacionales como la impulsora de la movida. En diálogo con Suma Política, Vecchioli negó ser la organizadora, dijo que no fue un escrache y que no es la primera vez que sucede este tipo de hechos en Rafaela. “Esto fue por amor a la Patria”, sentenció.

El diálogo telefónico fue el siguiente.

Queremos charlar con usted respecto a lo que pasó el fin de semana frente a la casa del juez Lorenzetti.

—Yo te hago al revés, ¿qué crees vos que pasó? ¿qué fue lo que vos viste como periodista?, para saber yo cómo te contesto, porque en todos estos días me he convertido, sin tener nada que ver, en un personaje tristemente célebre. Quiero saber porque hay muchas maneras de ver lo que pasó y hay muchas maneras de seguir analizando de aquí en más frente a las reacciones que esto provocó.

¿Usted quiere saber si estoy de acuerdo o no para contestar mi pregunta?

—No, te estoy preguntando como lo definís, como lo titulás.

No me parece que corresponda, cuénteme usted que fue la protagonista qué pasó.

—Bueno, a ver. Yo participo de marchas desde el 2013, desde que empezó el tema de democratización de la justicia, después pasó lo de Nisman. Soy una ciudadana de a pie y me sumo cuando estoy de acuerdo con los principios que se enarbolan. El sábado fue una más, ese día podía, soy politóloga pero trabajo como empleada de comercio, los trabajos en la política son siempre transitorios. La marcha, que por el tema del Covid tuvo la modalidad de ser una caravana de autos que tocan bocina, normalmente hace un recorrido por la plaza 25 de Mayo, que es la plaza central, y el bulevar Santa Fe. Esta ocasión tuvo la particularidad de que los organizadores decidieron hacer un recorrido por domicilios de representantes de distintos poderes del Estado. Se pasó por la Fiscalía, por las oficinas del senador Mirabella, por la casa del gobernador Perotti, por la casa de Lorenzetti. Arrancamos 25 autos y terminamos 10 ó 12. Yo seguí la caravana.

¿Cuál fue el motivo convocante de la marcha?

—En Rafaela todos nos conocemos, esta modalidad de ir a los domicilios no es la primera vez que se hace. Esto lo organizó Autoconvocados y yo no integro esa organización. Por qué se decidió lo de los domicilios no lo sé decir. Pero acá no es raro, es como ir a la casa de un vecino.

¿Pero cuál fue la razón de la protesta?

—No era una protesta sino una manifestación ciudadana de gente que quiere peticionar a las autoridades.

¿Qué quieren peticionar?

—Que la Corte Suprema de Justicia de la Nación obre conforme a derecho, que la Constitución nacional sea respetada, que la Corte decida sin las presiones a la que está sometida por el gobierno nacional. Nosotros fuimos a decir estamos acá porque los ciudadanos creemos que la Corte Suprema es nuestra última esperanza para frenar los atropellos institucionales. Todo esto, al día siguiente, se convirtió en escrache a Lorenzetti, cuando no se fue sólo a su domicilio sino a los de varios funcionarios. Y además nada que ver con el escrache, que yo entiendo no sólo como pasar por el domicilio y tocar bocinas y nada más. No se tiraron piedras, no se dijo una palabra. Tanto de Lorenzetti como de Perotti y Mirabella. Y después me encuentro con un rumor que arrancó en la ciudad pero que rápidamente se viralizó en donde yo aparezco como la organizadora del escrache entre comillas y me convierto en apretadora de jueces de la Corte Suprema.

Usted habla de presiones sobre la Corte, ¿una caravana de autos, tocando bocinas frente al domicilio de un juez de la Corte, del gobernador y de un senador nacional, en una ciudad como Rafaela, donde como bien dijo todos se conocen, no es una presión?

—Presión es cuando un poder del Estado avanza sobre otro poder. Presión son los comentarios del presidente Fernández a Rosenkrantz, presión y apriete son las palabras de la ministra de Justicia cuando dijo que si la Corte fallaba a favor del per saltum era un escándalo. Nosotros somos ciudadanos que le fuimos a decir a la Corte que era nuestra última esperanza. Se aprovechó políticamente para apuntarle a la oposición y Autoconvocados no levanta ninguna bandera partidaria, es política pero apartidaria. Me metieron a mi porque fui precandidata a intendente por la Coalición Cívica, pero yo fui como independiente en esas elecciones, no tengo militancia ni cargo partidario. Esa ligazón con Lilita hizo que me tomaran como chivo expiatorio.

Usted no puede desconocer que si fue a las elecciones por la Coalición Cívica la identificación partidaria es inevitable.

—Sí, totalmente.

Con un sector político que venía bregando por el per saltum de la Corte.

—Sí, pero lo que pasó después fue una operación política. Decían que Macri y Bullrich me habían mandado a hacer algo, y después ellos se solidarizaron con el ministro de la Corte. Yo no los conozco y mucho menos me conocen ellos a mí. Yo me identifico con Juntos por el Cambio, todo el mundo en mi ciudad lo sabe, y es obvio porque fui precandidata por una de las listas de Juntos por el Cambio.

¿Qué piensa del video de Lilita Carrió advirtiendo que Lorenzetti iba a tener problemas para entrar a Rafaela?

—La verdad, no lo ví. No soy muy activa en redes.

En realidad son declaraciones que hizo en televisión.

—Las escuché, las conozco porque me las comentaron, pero no ví el video ni en qué contexto lo dijo. No tengo opinión al respecto.

Usted fue candidata de Carrió en Rafaela, tal vez por eso aparece como una de las caras visibles de lo que pasó.

—Lilita no tiene nada que ver con los Autoconvocados.

Pero con usted sí.

—Yo salí de mi trabajo, agarré el auto y me sumé a la caravana. Yo no sabía que iba a hacer la caravana en ese momento.

¿Usted no sabía adónde iba la caravana?

—Yo sabía que se iba a hacer un recorrido por la plaza y bulevar Santa Fe, y hasta que no llegué al lugar no sabía qué se había decidido.



¿Sabía o no que iban a ir a la casa de Perotti, Mirabella y Lorenzetti?

—Cuando llegamos a la plaza, escuchamos lo que hablaba el grupo y lo seguimos. No es que me llevaron sin saber. No nos pareció estar por cometer un delito. Y ese es el otro tema de fondo, que se va a criminalizar una manifestación.

¿Qué pasa si la Corte decide volver a los jueces al lugar que tenían previo al decreto de Macri? ¿Van a hacer una nueva movilización a la casa de Lorenzetti?

—No creo, las decisiones de la Corte se respetan, sean las que  sean. No sé qué van a decir los organizadores, esa es mi postura.

¿Está a favor o en contra de los escraches?

—Esto no fue un escrache. Pero estoy en contra. Los escraches significan ir al lugar de vivienda o de trabajo a denunciar, a acusar, a esa persona a la que se quiere escrachar. Nosotros no fuimos a hacer un escrache. Y ahora las personas que participamos podemos llegar a ser sometidos a una denuncia penal simplemente por ejercer nuestro derecho de peticionar a las autoridades. Si el objetivo es amedrentarnos, no lo lograron, es al revés porque las manifestaciones de solidaridad que estamos consiguiendo de los grupos de base es enorme. No puede un poder arremeter contra diez ciudadanos, que son toda gente que trabaja, profesionales. Todos hacemos estas cosas por amor a la Patria, no de manera rentada.



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