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Política

Aleart, contra el socialismo, el kirchnerismo y un gobierno agotado: “Son treinta años de los mismos”

A la hora de declarar, Juan Pedro Aleart nacionaliza su discurso. Cuando se refiere a La Libertad Avanza habla del “espacio de Javier Milei y Patricia Bullrich”, cuando menciona a Juan Monteverde habla de kirchnerismo, cuando critica al gobierno local habla de treinta años de socialismo. La estrategia le viene dando resultados: con más de 87 mil votos se consagró como la lista más votada en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso) y La Libertad Avanza se encamina a tener una bancada amplia en el Concejo local a partir de diciembre. 

En un mano a mano con Suma Política, la exfigura de Televisión Litoral explicó que piensa una ciudad con menos carga impositiva y más orden en las calles. También quiere que Rosario avance hacia la autonomía, aunque considera que se debe “estudiar en profundidad” la posibilidad de contar con una policía propia: “La policía también es muy costosa de crear y mantener”. En seguridad, destaca que la ciudad está más tranquila por la intervención del Plan Bandera, pero sin reconocer demasiados méritos al accionar del gobierno provincial, más allá de “un trabajo conjunto”. En cuanto a obras, el discurso sigue la lógica libertaria: si se puede, mejor que lo haga un privado. 

Para el principal candidato a concejal de La Libertad Avanza, Rosario tiene un modelo de gobierno agotado: “Son treinta años de los mismos. Treinta años de oportunidades para cambiar la ciudad y, lejos de eso, han dejado una ciudad partida en dos, con diferencias visibles entre el macrocentro y el resto de la ciudad”.

—Pareciera que la campaña está polarizada entre vos y Monteverde. ¿Por qué se da esto?

—Venimos transitando una buena campaña, con mucha presencia y contacto directo con los rosarinos, dejando en claro la verdad de cada uno de los candidatos. Con orgullo decimos que representamos a La Libertad Avanza, el espacio del presidente Javier Milei y la ministra Patricia Bullrich. Del otro lado vemos que Juan Monteverde, así como hizo Leandro Santoro en la ciudad de Buenos Aires, oculta quiénes están realmente en su proyecto. Ahí están el Movimiento Evita, el kirchnerismo, la izquierda más profunda y rancia. Juan Monteverde es Cristina Kirchner y es Sergio Massa. Nosotros queremos que la gente elija sabiendo la verdad: nosotros representamos a las ideas del presidente Javier Milei y Monteverde es el kirchnerismo en Rosario. 

—Monteverde planteó que La Libertad Avanza y Unidos terminarán juntos en 2027. ¿Hay un pacto de no agresión con el oficialismo?

—Como todo kirchnerista intenta embarrar la cancha. Rosario tiene un modelo de gobierno agotado, la gente está cansada, hace treinta años que gobiernan los mismos. Pablo Javkin va a estar ocho años cuando termine su gestión, y fue funcionario de Mónica Fein, que fue funcionaria de Miguel Lifschitz, que fue funcionario de Hermes Binner, que fue funcionario de Héctor Cavallero. Son treinta años de los mismos. Treinta años de oportunidades para cambiar la ciudad y, lejos de eso, han dejado una ciudad partida en dos, con diferencias visibles entre el macrocentro y el resto de la ciudad. Es un modelo agotado. Es lo que tenemos para decir con respecto a eso. 

—Con ese diagnóstico de ciudad, ¿qué proyectos tenés para cambiarla desde el Concejo?

—Pensamos una ciudad distinta. Queremos achicar el Estado para bajar el costo de la política y que el dinero de los impuestos vuelva a la gente con las obras que son necesarias. Eso sumado al orden en la calle. Nuestros proyectos tienen que ver con esos tres ejes de trabajo. Por un lado, estamos trabajando en un programa de bonificaciones impositivas para atraer grandes inversiones. Queremos que Rosario sea atractiva para los capitales del sector privado, sean extranjeros, nacionales e inclusive locales. Necesitamos que el privado elija Rosario para invertir y generar trabajo; creemos que con bonificaciones impositivas podemos lograrlo. Por otro lado, darle orden a la ciudad. La situación de los cuidacoches es insostenible e impacta no solo en la calidad de vida de los rosarinos, sino en los turistas que visitan la ciudad. Por eso, queremos prohibir la actividad de cuidacoches en toda la ciudad. Es una problemática de muchísimos años y nunca se avanzó en solucionarlo. En cuanto a movilidad, queremos habilitar aplicaciones como Uber y DiDi, que no solamente dan una solución al usuario, sino que además generan trabajo. Mucha gente hoy está eligiendo esas aplicaciones para trabajar y no puede ser que el municipio los persiga como delincuentes. Es un resumen de la ciudad que queremos. 



—Con la reforma constitucional, se da por descontado que Rosario avanzará hacia su autonomía. ¿Qué alcances debería tener? 

—Desde ya que estamos a favor de la autonomía. Rosario va a ser autónoma. Lo que no queremos es que se transforme en un cheque en blanco para cualquier intendente para crear o aumentar impuestos. Toda atribución que se le haga a la municipalidad en el marco de una autonomía tiene que venir con una asignación de recursos.

—El reclamo de autonomía suele venir acompañado con la posibilidad de contar con policía local. ¿Puede Rosario manejar su propia policía?

—Hay que estudiar muy en profundidad esa posibilidad. La policía también es muy costosa de crear y mantener. El caso de la Ciudad de Buenos Aires es excepcional, porque maneja un presupuesto equiparable al de una provincia, entonces puede tener una policía. Hoy soy más de la idea de un órgano de control con armas de baja letalidad, como Byrna o Taser, debido al costo que puede implicar para un municipio como Rosario una buena policía como merece. Es un tema a estudiar en profundidad.

—Esta semana estuvo presente la ministra Patricia Bullrich en la ciudad. ¿Qué análisis hacen de cómo está la ciudad en materia de seguridad?

—Hay que recordar cómo estaba Rosario hace un año y medio. Venimos de diez o doce años que fueron los peores en la historia de la ciudad. Fueron los años gobernados por el kirchnerismo a nivel nacional y el socialismo a nivel local. El socialismo creó las condiciones en Rosario para que los narcos se apoderen de los barrios y el kirchnerismo nos soltó la mano. Eso nos llevó a tener una ciudad fantasma, una ciudad asfixiada por la violencia. Hoy empezamos a respirar. No está resuelta la situación, pero es una ciudad más tranquila. No es una opinión, así lo marcan las estadísticas. Han bajado los hechos violentos un 52 por ciento desde el 2023 hasta hoy. Eso la gente lo sabe y lo percibe. La ciudad es otra y los resultados son muy positivos. 

—¿Le reconocen algún mérito al gobierno provincial o local en la materia?

—Hay un trabajo en conjunto del Plan Bandera con las fuerzas policiales provinciales. Eso lo reconocemos. Pero el Plan Bandera es esencialmente lo que ha pacificado la ciudad. El trabajo de las fuerzas federales, en su comando unificado, es la clave de una ciudad más tranquila y vivible como la que tenemos hoy. 

—¿Cómo analizan el Estado de la obra pública en la ciudad? ¿Se necesitan obras en Rosario? 

—Los barrios están iguales que hace treinta años, o peor. Obras se necesitan. Rosario necesita inversión para transformar los barrios y que la gente pueda vivir mejor en sus barrios, sin tener que mudarse al centro o a otras localidades de la región, como ha sucedido en los últimos años.

—¿Cómo convive esa necesidad con la idea de obra pública cero del gobierno nacional? 

—Nuestra postura en cuanto a las obras es que sea el privado quien las lleve adelante. Si el privado no puede, que sea una inversión público-privada. En el último de los casos, cuando es absolutamente necesario y no hay otra forma, que sean obras públicas. En ese orden. De todos modos, el gobierno nacional está haciendo obras en Rosario. Las obras en barrio Tablada son fondos nacionales. Las obras que se van a hacer en el aeropuerto son fondos nacionales. La primera obra pública que se inauguró en la era Milei se hizo en la provincia de Santa Fe, en la cárcel de Coronda. Esa es nuestra postura. Se deben abordar las cuestiones urgentes, pero siguiendo ese orden: sector privado, público-privado, y en última instancia, el público.

—Las obras en Tablada se anunciaron con recursos del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), que el propio gobierno acaba de eliminar hace un mes. ¿Está garantizada su continuidad?

—Sí, las obras de Tablada están avanzando. 

—En 2023 La Libertad Avanza supo capitalizar un descontento de la gente con la política. Ahora se está dando otro fenómeno, que es la indiferencia a la hora de votar. ¿Cómo impacta eso en su propuesta?

—Es un fenómeno multicausal. Hay un hartazgo con la política que sigue estando. También es cierto que las elecciones legislativas suelen tener una participación menor. El hecho de que se vote tantas veces en un año influye. En Santa Fe tuvimos las Paso en abril, cuando el año estaba recién arrancando. Nosotros no estamos a favor de las primarias justamente por el dinero que demandan y porque cansan a la gente. Todo eso hace que haya baja participación, pero entendemos que la única manera de cambiar las cosas es a través del voto. Por eso, instamos a que la gente entienda que es el momento de manifestarse y llamamos a ejercer el voto el 29 de junio. 

—Hablaste de ñoquis en el Garrahan y las declaraciones generaron revuelo. Incluso funcionarios de la salud local salieron a responderte. ¿No creés que es válido el reclamo por mejores salarios?

—Con lo del Garrahan se ha mentido y tergiversado con el único objetivo de ensuciar y difamar. Si se lee de nuevo, el mensaje quedó muy claro: en el Garrahan, como en el resto de las entidades públicas nacionales, lo que ha sucedido es que el kirchnerismo lo convirtió en una caja de militantes rentados. Eso no quiere decir que todos los médicos que están en el Garrahan sean ñoquis. De hecho, los ñoquis lo que hacen es perjudicar a los médicos que trabajan y son grandes profesionales. Entonces, sacar a los ñoquis es la mejor manera de proteger la salud pública y proteger a entidades como el Garrahan.

—De lo que decís se desprende que lo entendés como algo generalizado. ¿Crees que en la salud pública rosarina eso también se da?

—Hay que poner la lupa en cada una de las reparticiones públicas. En todas.

—¿Cómo te cae que no haya venido el presidente por el Día de la Bandera?

—El presidente estuvo presente el 20 de junio del año pasado. Siempre queremos que esté. Pero lo importante es que sea una fiesta, que se pueda disfrutar en tranquilidad, en paz, independientemente de las posturas políticas o ideológicas de los rosarinos que van a estar presentes. Eso es lo más importante de todo.


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