Con la capacidad de sorprender que aún mantiene, y con la frase de cierre “lo viejo funciona” en la entrevista de casi 70 minutos que le concedió el lunes a la noche al canal de noticias C5N, Cristina Kirchner vuelve a una boleta electoral luego de casi seis años. Pone el cuerpo en los laberintos interminables del conurbano bonaerense, la Tercera sección electoral, ese segmento territorial que rodea a la Capital Federal desde el sur oeste y hacia el sur. Exceptuando el partido de La Plata (Octava sección electoral), una especie de isla dentro del extremo sur de La Tercera.
Sin resolver aún la disputa de visiones internas con el gobernador bonaerense Axel Kicillof, y en especial con un grupo de dirigentes que lo acompañan en la gestión provincial, CFK interviene con todo en el corazón del peronismo, ese territorio con cinco millones de empadronados, donde históricamente el kirchnerismo obtiene entre siete y ocho puntos más que en el promedio de toda la provincia.
Por caso, cuando Sergio Massa ganó el ballotage de 2023 en la provincia de Buenos Aires con un exiguo 50,5 % de los votos, en La Tercera ganó con el 58 %. Ejemplos hay muchos, pero otro que ratifica el arraigo K en la Tercera lo muestra de elección de Cristina contra Esteban Bullrich en 2017, tiempos de Macri presidente. Bullrich le ganó los dos senadores por 41 a 37 por ciento, sin embargo en La Tercera ganó Cristina 44 a 37.
Con la movida de la ex presidenta, ahora vendrá el tiempo de los acuerdos con todo el peronismo en la provincia de Buenos Aires, aunque no se descarta una ruptura definitiva de algunos sectores. “No estuve de acuerdo con desdoblar, pero ahora ya está, nunca le pediría al gobernador que cambie la fecha” señaló Cristina ante las cámaras de C5N, cuando alcanzaba una audiencia de ocho puntos de rating, más 130 mil conexiones en el canal de Youtube, superando todas las demás mediciones incluso de la televisión abierta (Telefé y Canal 13, entre otros)
La tesis que la habría decidido a participar en la próxima elección en el primer distrito nacional se basa en la necesidad de ganar ese testeo determinante, para de esa manera crear un efecto dominó en la elección nacional que sobrevendrá apenas seis semanas después, la intermedia por diputados y senadores nacionales del 26 de octubre. O al menos neutralizar el efecto inverso.
Algunos pronosticaron que CFK no se iba a involucrar en una elección “chiquita”, inédita, como una desdoblada sólo provincial, intermedia, donde por las características de la provincia en la práctica funcionará como ocho elecciones locales simultáneas (en toda la provincia), una por cada sección electoral, donde se renovarán de manera proporcional la mitad de la Cámara de Diputados (94 miembros) y otro tanto de la de Senadores (46), que funciona en el palacio legislativo de La Plata.
Pero CFK descartó esa mirada diferenciando entre los políticos que se dedican “a la carrera política” y “los militantes”, que están en el momento y la circunstancia que así lo requieran: para ella este es el momento, porque empieza a visualizarse el temprano final del ciclo Milei, “un marginal esotérico”, que aplica un programa ultra monetarista que ya fracasó al menos en tres oportunidades en los últimos 50 años.
Sin bien la ex presidenta habló por televisión en vivo durante más de una hora, y recorrió muchos de los temas sobre los problemas de la Argentina, su oposición plena a Milei y los problemas de su fuerza política (incluso también alguna mención a los riesgos de que la Corte Suprema la proscriba con un fallo que debería salir antes del 7 septiembre, de lo contrario ya no podría evitar que ocupe la banca provincial), no profundizó, porque no se lo preguntaron, en qué la animó a presentarse en un momento tan adverso, y en medio de discusiones internas: el estudio detallado que hicieron en el Instituto Patria de la elecciones nacionalizadas en la Ciudad de Buenos Aires, donde su fuerza política fue segunda, con decorosos 27 puntos, aunque sin demasiado para festejar, fue determinante.
En CABA, en un puñado de seccionales del sur pobre de la ostentosa Capital, el candidato del PJ, el ex radical Leandro Santoro, le ganó al gobierno por 10 y hasta por 15 puntos. Es cierto que en CABA la derecha y centro derecha fue dividida y eso no ocurrirá en la provincia de Buenos Aires, pero fue muy significativo el abstencionismo, perforando el 50 por ciento del padrón, incluso hasta sólo el 45 por ciento de presencias.
Cristina visualiza que, si bien el dólar ultra barato y el festival de consumos importados (bienes y servicios) no sólo le hacen la vida más “cómoda” a la cúpula de la pirámide socioeconómica —también incide incluso en ciertos consumos en barrios populares—, la alianza social y política entre los extremos superior e inferior de la escala, que supo ser exitosa durante la dictadura —un tramo, “la plata dulce”—, el menemismo durante casi una década, y luego un corto período del macrismo, se está agotando para Milei.
Desde ya se agota primero “por abajo”, porque de perdurar el plan, para los sectores medios altos no se agota nunca. Los humildes desilusionados del Frente de Todos que compraron generosamente el experimento Milei con 14,5 millones de votos en noviembre de 2023, según Cristina, se están retirando, al menos de concurrir a votar. La gran apuesta de la ex presidenta es convocarlos, volver a representarlos, ya no para que dejen a Milei y vuelvan al peronismo, sino para que se levanten de la silla el próximo 7 de septiembre y, como en los viejos tiempos (cuando “funcionaba”), tomen la tradicional boleta partidaria de papel que previamente le repartieron por la puerta de sus casas, y vuelven a llenar las urnas de peronismo.
Despertar a los más humildes de un mal sueño, ese es el plan. Y los más humildes de la Argentina están concentrados de manera extraordinaria en la Tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires.
Para graficar esta caída en la concurrencia a votar, e incluso en las opciones electorales que predominaron con mucha potencia hace apenas un año y medio, en 2023, Cristina puso como ejemplo a las elecciones por convencionales constituyentes en la provincia de Santa Fe. “Hay que ver la provincia de Santa Fe: (el gobernador Maximiliano) Pullaro ganó con 58 puntos en 2023 y ahora sacó 34”, le subrayó al periodista Gustavo Silvestre, que no supo o no quiso profundizar sobre el tema. También Cristina destacó “la menor concurrencia de votantes de la historia en Santa Fe”, cercana al 56 por ciento, el último 13 de abril.
Incluso hasta el ex gobernador santafesino y ex senador con récord de permanencia, el ya fallecido Carlos Reutemann, fue mencionado en el reportaje del último lunes. El que fuera líder electoral de Santa Fe por más de una década, atravesó la crisis brutal de 2001, “donde ganó el voto en blanco, pero la gente fue a votar, ahora directamente ni va”, reflexionó CFK, ante un nuevo y dramático desafío: conseguir que esos cinco millones, muy mayoritariamente humildes que la están pasando mal de la Tercera sección vayan a votar (al peronismo) el próximo 7 de septiembre.