A la velocidad del tren bala, la rosca política en el Parlamento por el acuerdo con el FMI fue mutando sorpresivamente y llegó a la estación intermedia, el respiro entre la Cámara baja y el Senado, con una amplísima votación favorable. Aunque con un detalle inquietante: el dictamen lo sostuvo principalmente la oposición, que de los 202 votos a favor del acuerdo, puso 125. Los restantes 77 salieron de la fuerza política de gobierno. El dictamen que se votó, muy distinto al original presentado por la Casa Rosada, fue escrito casi a medida de Juntos por el Cambio (JxC), que festejó el corrimiento del oficialismo como un gol. Consiguió lo que fue a buscar, acorralarlo, ponerlo en evidencia frente a su propia división y debilidad, y darle vuelta como una media la letra de la media sanción.
Aunque 41 diputados de los 118 que integran el bloque del Frente de Todos (FdT) votaron negativo (28) o se abstuvieron (13), el presidente Alberto Fernández consiguió pasar Diputados con mucha comodidad. La pregunta por los perjuicios o beneficios políticos del repentino acercamiento a las posiciones de la principal fuerza opositora se verán con el tiempo.
Es prematuro afirmarlo aún pero tal vez entre la madrugada y las primeras horas de la mañana del viernes 11 de marzo se empezó a configurar un nuevo tiempo político en la Argentina. A la votación en la madrugada se le sumó, casi de inmediato, el pronunciamiento político de los diputados del FdT que no tuvieron un voto positivo para el acuerdo con el FMI, y que en su mayoría habían permanecido en sistemático silencio en las horas previas.
Y tras cartón, la publicación de un video de Cristina Kirchner, que con quirúrgico pronunciamiento condenó los ataques vandálicos que recibió su despacho en el Senado de parte de un grupo que se desprendió de una “multitudinaria manifestación contra el plan económico del FMI, que ocupaba toda la plaza, la Avenida de Mayo y hasta la 9 de julio”. Luego Cristina agrega, “paradójicamente fue mi despacho el que atacaron, que hice frente a los fondos buitre y mantuve fuera del país al FMI, siguiendo el legado de Néstor Kirchner y que además construí el Frente de Todos que derrotó a Mauricio Macri”. Para finalizar con su video de menos de tres minutos —suficientes para intervenir de un modo decisivo en la conversación política nacional—, Cristina recordó las palabras que Néstor Kirchner decía sobre el FMI: “Siempre actuó como promotor y vehículo de políticas que provocaron inmenso dolor al pueblo argentino. Otra vez, inmensa pena”.

En esas primeras horas del viernes, luego de concretada la votación, finalmente La Cámpora y aliados kirchneritas se expresaron con un duro documento contra el FMI: “a partir de su irrupción en la Argentina, y de la aplicación de sus programas político-económicos, se desató un ciclo de endeudamiento en moneda extranjera sin precedentes”. Para ese tercio de diputados del FdT que no acompañaron el impulso presidencial, “el gobierno argentino debería haber optado por una negociación más dura que procure extender los plazos de devolución por encima de los reglamentos vigentes en el FMI, eliminar la sobretasa de interés y exponer ante los argentinos, y ante los Foros internacionales posibles, no sólo aquellas gravísimas irregularidades del préstamo otorgado por el FMI a Mauricio Macri, sino el carácter político del préstamo”.
La doble sorpresa política que se aceleró en las 24 horas previas a la sesión en el recinto, el último jueves, y que tuvo por un lado el acercamiento profundo de la Casa Rosada a Juntos por el Cambio —que votó masivamente a favor la media sanción—, y por el otro la ola de cerca de 40 diputados del FdT que contra todos los pronósticos optaron por mantener las buenas formas pero al cabo dieron la espalda a la Casa Rosada, funda un nuevo y vibrante escenario político nacional a futuro, que tanto como el anterior estará sembrado de incertidumbres.
En la provincia de Santa Fe, los 19 diputados nacionales votaron de acuerdo a los posicionamientos políticos cambiantes y de última hora, replicando el escenario nacional. Aunque llamó la atención el voto de Alejandra Obeid, que se sumó a los rebeldes kirchneristas (Marcos Cleri y Magalí Mastaler), sin integrar la agrupación que lidera el hijo de la vicepresidenta. Los restantes 16 diputados nacionales por Santa Fe, todos presentes, votaron a favor. No hubo abstenciones santafesinas.
El proyecto pasó ahora al Senado y su aprobación, al menos desde los votos, tampoco presentará demasiados obstáculos.

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