Son las 11 y un café, y en el emblemático Bar Lido ubicado al sur de Rosario, se conjura la alquimia de aquello que pretende transformarse. La periodista Carolina Losada avanza en su precandidatura al Senado nacional. Una trabajadora más del paño mediático que decide cruzarse desde la vereda por donde transitan quienes informan hacia donde pisan las y los que legislan o gestionan el Estado.
De cara a la prensa, Carolina ocupa la punta de mesa; secundada por la concejala Ana Martínez y el ex Intendente de Santa Fe, Mario Barletta, escena que se completa con dirigentes de Juntos por el Cambio, el espacio político que la convocó. En ese marco, se dispone al diálogo con periodistas.
“Me parece una crítica anacrónica, pensar que por no estar en la provincia no voy a poder trabajar por la misma; voy a estar defendiendo a la provincia en el Congreso de la Nación”, expresa Losada, ante las consultas sobre si es posible legislar para un territorio viviendo en otro.
Las consultas siguen esa línea durante un rato largo, incluso saca un cuaderno rojo e indica que allí va a anotar las necesidades de la gente cuando recorra la provincia. También, habla de la deuda (por coparticipación) y asegura que el gobierno provincial por ser del mismo color político que el de la Nación, debe lograr algún tipo de acuerdo.
Ana Martínez y Mario Barletta se suman a las respuestas y el diálogo se da a tres voces. Pero, ¿por qué alguien que trabaja en los medios desde hace años decide de pronto cambiarse a la política y qué implicancias trae puertas adentro de una agrupación partidaria?
Las respuestas son de carácter variopinto, pero uno de los casos más recientes es el de Amalia Granata, ex Gran Hermano y actual diputada provincial de Santa Fe, quien sorprendió en las últimas elecciones legislativas obteniendo el 10,7 por ciento de los sufragios con un discurso a favor de los “pañuelos celestes”. En ese entonces, Granata fue con el partido “Unite por la Familia” aunque luego de lograr el escaño decidió dividir el bloque y formar el espacio “Somos Vida”, junto a la diputada Betina Fiorito, aunque hoy ya tampoco están en el mismo bloque.
En el caso de la precandidata a senadora nacional Carolina Losada, su incursión también trajo movimientos puertas adentro de Juntos por el Cambio. Fuentes de primera línea aseguraron a Suma Política que la agrupación no veía figuras posibles para posicionarse ante los candidatos del Frente de Todos.

En ese sentido y tras ser medida en el territorio, la periodista fue tentada por su hermana Georgina Losada, quien milita desde hace años en el radicalismo. Su incursión como precandidata hizo crujir algunos cimientos internos que gravitaron en favor de la integración de la lista junto a Mario Barletta y Ana Martinez.
Losada también tuvo su diálogo con el ex presidente Mauricio Macri y con Patricia Bullrich. No obstante, deberá afrontar lo que parece ser una encarnizada interna ante Federico Angelini (Pro), Maximiliano Pullaro (UCR) y José Corral (UCR). Según informaron a este medio, las listas serían presentadas el próximo viernes, antes que venza el plazo de cierre del 24 de julio.
En Juntos por el Cambio no ven en Losada un riesgo latente similar al que protagonizó Granata, que se retiró del partido con el que llegó a la banca de diputada provincial. La coalición que apoya a la periodista rosarina está conformada por históricos dirigentes del ámbito político, conocedores de los pormenores del oficio.
Sin embargo, hace algunos años cuando el reconocido periodista y actual intendente de Santa Fe, Emilio Jatón, asumió como senador provincial de la mano del socialismo, en los pasillos de la Legislatura provincial se barajaba una posibilidad parecida, y se dudaba de su sentido de pertenencia, aunque eso se disipó rápidamente y hoy Jatón es uno de los pilares y referentes de gestión dentro del Frente Progresista.
A Carolina Losada se la ve distendida, sus respuestas van desde la deuda por Coparticipación federal, habitual temática del arco político santafesino, al sentido de honestidad, lo cual no es menor aunque cabe preguntarse sobre quién puede o no arrogarse dicha virtud.
Aún no se adentra en los pormenores y rispideces del plano político, tal vez porque para llegar al cargo para el que se postula antes debe atravesar las elecciones internas y después generales. Entonces, el cuaderno rojo en donde anotará las solicitudes de la ciudadanía debe necesariamente empezar a ser escrito.

