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Política

PRO Santa Fe, entre la paz interna y el ruido de fondo de la relación con LLA

Las esquirlas del enfrentamiento entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich parecen no haber afectado todavía el acuerdo al que arribaron al menos dos sectores en Santa Fe para definir la conducción del PRO. Por un lado, la vicegobernadora Gisela Scaglia logró quedarse con la presidencia del partido y su sector tendrá al menos el control del 60 por ciento de los cargos, frente al grupo que lidera Federico Angelini quien obtuvo la titularidad de la Asamblea Provincial para Cristian Cunha, uno de sus alfiles y actual presidente del espacio en la provincia. Sin embargo queda por dirimir un gran tema: qué forma tomará de ahora en más la sociedad con La Libertad Avanza (LLA).

Desde ambas corrientes señalan que fue un acierto haber evitado la interna por la situación social y económica que atraviesa el país. “Creo que los humores de la ciudadanía no están para escuchar estas discusiones”, aseguró el concejal rosarino Carlos Cardozo encuadrado con Angelini. En la vereda de enfrente, el edil Agapito Blanco también ponderó el acuerdo de unidad y aseguró que los resultados son producto de la legitimidad política de Scaglia por haber ganado las últimas elecciones.

Alineado con la vicegobernadora, Blanco tendrá a su cargo el Centro de Acción Política (CAP) de Rosario y se perfila como una de las espadas de la nueva conducción del partido en territorio local. Entusiasmado con la nueva etapa, el dirigente político proveniente del antiguo PDP (Partido Demócrata Progresista) expresó que tienen como desafío darle vida institucional al PRO y no ahorró críticas a la gestión saliente: “Siempre estuve en contra de la conducción política de Federico Angelini, fue muy desprolijo”, afirmó.

Entre las cuentas pendientes, la parcialidad que lidera Scaglia plantea la necesidad de discutir en la Junta Ejecutiva Provincial la posición que tomarán frente a los grandes temas de la provincia y el país, como una eventual reforma de la constitución santafesina o el apoyo a la agenda legislativa del presidente Milei. “El PRO tiene que adquirir volumen y peso específico, no queremos ser un sello de goma”, insistió Blanco. También habló de una refundación del partido y de revalidar títulos: “Estamos desdibujados”, aseveró.

En tanto, desde el sector referenciado con Angelini señalan que la unidad estuvo condicionada por el presente y el futuro del gobierno libertario, y se mantienen expectantes por las definiciones que pueda tomar Macri como flamante titular de la fuerza a nivel nacional. “Lo esencial es sostener y fortalecer el partido” manifestó Cristian Cunha. Además, descartó las críticas sobre la falta de transparencia en la conducción del espacio: “Durante nuestra gestión se constituyeron el 90 por ciento de los CAP y las regionales del partido”, retrucó.


Angelini y Cunha

Por otra parte, cuando concluya oficialmente su mandato a fines de septiembre, Cunha quedará a cargo de la Asamblea Provincial, un lugar muy importante en la estructura partidaria, porque allí se definen las alianzas electorales, y más ahora con la relación con LLA.

En la provincia, el PRO está integrado al frente Unidos para Cambiar Santa Fe junto a la Unión Cívica Radical y el Partido Socialista: “Siempre pusimos por delante las coincidencias más que las diferencias”, destacó el dirigente sobre la coalición que llevó a Maximiliano Pullaro a la gobernación. Con respecto a las chances de sumar a la Libertad Avanza en el armado provincial dijo que “estamos a favor de que haya más heterogeneidad”.

Asumiendo una tercera posición, el diputado nacional Gabriel Chumpitaz aseguró que desde el bloque legislativo que lidera en el Congreso están enfocados en la gestión y no la interna partidaria. Su grupo está integrado por los diputados santafesinos Alejandro Bongiovanni y Verónica Razzini y por la bonaerense Gabriela Besana. “En nuestro caso trabajamos por la seguridad y el desarrollo productivo y económico, que son los problemas de la gente, y evitamos involucrarnos en discusiones que solo le interesan a los políticos”, sentenció.



Aliados o fusionados


Para entender los orígenes del conflicto entre Bullrich y Macri es necesario remontarse al pacto de Acassuso, llamado así por la residencia del ex presidente en la que se acordó el apoyo del PRO a la Libertad Avanza para el ballotage del 2023. Si bien nunca trascendieron los términos y condiciones del convenio, tras la victoria de Javier Milei la ex candidata presidencial de Juntos por el Cambio se sumó al gabinete libertario aunque desde entonces no han sido pocas las voces que se encargaron de aclarar que lo hizo a título personal.

“El PRO no está en el gobierno, Patricia está en el gobierno”, dijo Cunha a Suma Política en sintonía con lo que también sostienen desde el sector de Scaglia al considerar que “algunos dirigentes fueron a trabajar en el gabinete de Milei”. Esa ambigüedad en el vínculo con el oficialismo explica en parte los desencuentros cada vez más profundos entre la ministra de Seguridad y su antiguo jefe político.

Sin embargo, las intenciones de Bullrich de avanzar en una fusión con los libertarios suma puntos a través de un armado que sostiene junto a Diego Valenzuela, el intendente de Tres de Febrero, en sociedad con Sebastián Pareja, armador político de Milei en la provincia de Buenos Aires. Envalentonados con algunas encuestas que revelan que el 85 por ciento de los votantes de Bullrich apoyan al gobierno, en la última semana un grupo de legisladores bonaerenses abandonaron el PRO para unirse a un interbloque con La Libertad Avanza.

Por su lado, Mauricio Macri prepara su regreso a la escena pública con un evento para celebrar su asunción como presidente del partido a nivel nacional. El objetivo será licuar la estrategia de Bullrich y preservar la identidad partidaria. Entre sus victorias se cuentan el haber colocado a Cristian Ritondo como presidente del PRO en Buenos Aires y retener la presidencia de la juventud macrista a manos de Emanuel Fernández, un legislador de la provincia de Chubut que responde al ex presidente.

Mientras tanto, en Santa Fe la dirigencia del PRO mantiene públicamente una actitud de cautela frente al conflicto nacional, y sus diversas tribus prefieren hablar de una coalición con La Libertad Avanza más que una fusión sujeta al poder político del presidente. En el medio, resta develar algunas incógnitas como la fluidez del vínculo del gobierno santafesino con Horacio Rodríguez Larreta, un asiduo visitante a la provincia enfrentado a Macri y Bullrich, y el futuro de Unidos para Cambiar Santa Fe, la alianza sobre la que se sostiene el poder político de la cada vez más influyente Gisela Scaglia.


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