Provincias Unidas se juega una carta fuerte en la provincia de Corrientes, donde finalmente Gustavo Valdés anunció que se incorpora al espacio de gobernadores que integran Maximiliano Pullaro, Carlos Sadir, Martín Llaryora, Ignacio Torres y Claudio Vidal. Por decisión de Karina Milei y “Lule” Menem —ambos hoy jaqueados por los audios del extitular de la Agencia de Discapacidad Diego Spagnuolo— no hubo alianza libertaria con el gobernador radical correntino, que eligió para su sucesión a su hermano Juan Pablo Valdés.
Tan importante es la apuesta que Corrientes es el único distrito donde para el cierre de campaña viajaron Pullaro desde Santa Fe, Torres desde Chubut, Sadir desde Jujuy, el primer candidato a diputado cordobés Juan Schiaretti e incluso el chaqueño Leandro Zdero, que a diferencia del resto sí pactó electoralmente con los Milei.
Todavía resuena la versión de que Santiago Caputo impulsaba para Corrientes una alianza que incluyera a Carlos “Camau” Espínola, senador y excandidato a gobernador peronista. Hasta el escándalo que terminó con la detención en Paraguay del expulsado senador entrerriano Edgardo Kueider, el ex medallista olímpico visitaba con frecuencia el despacho de Caputo en Casa Rosada. Pudo haber sido un candidato de consenso pero Milei y Menem no lo bendijeron con su dedo y en cambio optaron por imponer al diputado Lisandro Calderón, de estrecha cercanía con ambos y aliado de Martín Menem en la Cámara de Diputados. “Camau” fue parte este jueves del acto de su otrora rival político y celebró con radicales, amarillos y peronistas disidentes como él.

Esa visita del jueves no volverá a repetirse. Fue un gesto fuerte, suficiente para mostrar una alianza que lleva candidatos a diputados nacionales propios por lo menos en la mitad de las provincias, en tanto le son ajenas las postulaciones a senadores nacionales. Un dato institucional los frena: ninguna de las gobernaciones que conforman Provincias Unidas se encuentra en el tercio de distritos que renuevan bancas en la Cámara Alta.
Aún así voceros del espacio dijeron a Suma Política que a partir de diciembre esperan conformar un bloque de unos 15 senadores —todos con mandatos ya en curso— y ser la tercera fuerza en la Cámara de Diputados. A diferencia de semanas atrás, se oye con más prudencia y menos ansiedad a los armadores de la campaña.
En el caso de Corrientes, la multiplicidad de candidatos que disputan electorados parecidos no pone nervioso a Valdés pero, ante la posibilidad de un ballotage, tampoco a sus aliados nacionales que esperan con calma el recuento de votos, el diferencial de porcentajes y la definición del primero y el segundo.
El mismo escenario incierto vislumbran para el turno siguiente, el 7 de septiembre en Buenos Aires, donde Provincias Unidas no tiene listas con su sello. Sin embargo Pullaro tiene afinidades con candidatos radicales y Torres encuentra en los hermanos nicoleños Passaglia y en el intendente del PRO de Junín, Pablo Petrecca, tres aliados. Se trata de dirigentes amarillos que no aceptaron teñirse de violeta y que tienen peso propio en sus secciones.
En la próxima semana también se medirá el efecto del escándalo de las supuestas coimas en la compra de medicamentos en la Agencia Nacional de Discapacidad. Puede crecer o empezar a diluirse. Tampoco está probado que la creciente desconfianza en la honestidad libertaria tenga efecto electoral.
En charlas entre gobernadores de Provincias Unidas hay una gran coincidencia: el 2025 es un turno electoral complejo en el que cada cual debe concentrarse en su distrito. Es la razón por la que en Córdoba se juega el pellejo el exgobernador y excandidato a presidente Schiaretti.


En ese marco y camino a octubre el plan tiene una segunda etapa sin intercambio entre provincias. A lo sumo Pullaro y Llaryora pueden apoyarse mutuamente o incluso el radical visitar nuevamente a algún amigo bonaerense después del 7 de septiembre. De ocurrir, serían eventos individuales y no del conjunto de Provincias Unidas.
La segunda conclusión es que recién después del 26 de octubre, con los votos contados y las bancas distribuidas, conversarán el formato que asumirán en el Congreso. Torres habla de un interbloque conformado por PJ disidente, PRO, UCR y provinciales. Otros hablan de un bloque con una única conducción.
¿Podrían sumar otros gobernadores? Podrían sumarse otros, como lo hizo Valdés este viernes aunque ya se descarta a dos amigos del grupo como el entrerriano Rogelio Frigerio y el chaqueño Zdero, que cedieron los principales lugares de sus listas a La Libertad Avanza.
“La gran prioridad de todos es ganar cada uno su provincia”, advirtió a este medio uno de los articuladores de Provincias Unidas.
Pero además, el sexteto titular de PU mira con atención los movimientos de otras posibles ligas de gobernadores que podrían empujar al Parlamento. Un espacio podría ser el peronismo del norte con el salteño Gustavo Sáenz, el catamarqueño Raúl Jalil y el tucumano Osvaldo Jaldo, de buen diálogo con el gobierno aunque ahora tomen distancia.
El otro polo podría ser peronista si a Axel Kicillof le va relativamente bien en la elección desdoblada. En ese caso avisoran una división en el peronismo con mandatarios de ese signo político alinéandose detrás del bonaerense.
Protagonista de este turno electoral, Valdés le puso mística a su incorporación: “A partir del domingo tenemos que empezar a trabajar otra construcción, que son las Provincias Unidas. Tenemos que unirnos nosotros, queridas provincias argentinas unidas, tenemos que empezar a trabajar para escribir nuevamente la historia porque nosotros, las provincias, somos los que creamos la Nación y vamos a seguir trabajando para ser una Patria grande. Estamos haciendo lo que no hace el gobierno nacional: unirnos. Provincias como Corrientes y Santa Fe estamos construyendo juntas puentes reales y simbólicos para el desarrollo federal”.



