El golpe electoral del 26 de octubre, que fue centralmente en el sentido contrario del que esperaban la mayoría de los sectores políticos, en especial el peronismo, en las próximas dos semanas se materializará en la conformación de ambas cámaras legislativas: gobierno y oposición inauguran nueva correlación de fuerzas, aunque no es nítido ni automático que los que ganaron pueden sacar adelante todo lo que se proponen ni que los opositores queden relegados solamente a dejar sus voces resonantes en el recinto aunque sin chances numéricas de condicionar a la Casa Rosada.
En estas horas, el peronismo y el mileísmo roscan y reman sobre un pequeño grupo de actores que podrían estar indefinidos sobre el bloque que integrarán una vez admitidos en el cuerpo: el detalle no es menor; por caso, en Diputados Fuerza Patria (FP) busca sostener la primera minoría que por ahora estaría manteniendo, mientras que la Casa Rosada pugna por fragmentar algún sector del peronismo del noroeste (especialmente Catamarca) que en el caso de dejar el bloque de FP, y constituir uno propio, posibilitarían a La Libertad Avanza (LLA) alcanzar la primera minoría.
La cualidad de bloque primera minoría es relevante a la hora del reparto de resortes de poder dentro de la Cámara: tanto en porcentajes para la composición de comisiones como presidencias de comisiones, contratos de asesores y otros aspectos formales que facilitan o entorpecen la vida de un bloque político al menos por los próximos dos años.
En el campo opositor del peronismo, la semana que termina dejó varias reuniones catárticas post elecciones: en especial la del último martes en la sede del PJ nacional, la remozada casa de Matheu 130. La convocatoria apuntó a concretar una primera juntada luego del golpe a la mandíbula del 26 de octubre; tuvo una concurrencia razonable en número y jerarquía de participantes, y lejos de convertirse en reunión para la foto, al estilo “seguimos juntos y activos, no estamos muertos”, terminó por resultar una extensa reunión con más de 20 oradores donde cada uno abrió su discurso para el lado que mejor se le ocurrió. Una mezcla de catarsis, aceptación y análisis equilibrado y no abrumado de la derrota, donde convergió una idea central: es entendible que sean semanas en donde todo es luz y esperanza para el gobierno y oscuridad para la oposición; sin embargo, el peronismo entiende que la declinación del gobierno de Milei en su vínculo preferencial con la sociedad más temprano o más tarde sucederá, y que, como toda luna de miel, un día se termina.
La reunión del Consejo nacional del PJ, la primera que se lleva adelante sin la presencia de Cristina Kirchner —detenida en su domicilio—, fue presidida por José Mayans, vicepresidente primero, que en estas horas tramita la complejidad de ejercer el control de daños en su propio bloque en el Senado, tras octubre: el objetivo de máxima del formoseño, mantener todo el nuevo bloque de FP (28 miembros) unido y bajo la misma denominación. No es seguro que lo logre, aunque una cosa es que el interbloque Federal de cuatro miembros que ya venía actuando como aliado por fuera del esquema directo de Mayans-Cristina continúe en esa tesitura, y otra, más dañosa para el peronismo, es que se produzcan otros desprendimientos, o que, incluso, por caso, los ingresados por la provincia de Santiago del Estero, y liderados por Gerardo Zamora, se alejen políticamente.
Mayans explicó, ante la consulta de Suma Política, con moderado optimismo, “estamos trabajando para mantener y fortalecer la unidad”. El resultado se verá en pocos días: el próximo viernes 28 de noviembre juran los nuevos 24 senadores ingresados, y se define a qué bloque va cada uno. Aunque, desde ya, sólo con el andar de la vida parlamentaria se termina de saber para dónde, cómo y cuándo juega cada legislador según se vaya palpitando el clima político del país. Los cuerpos legislativos respiran, muchas veces mutan, y al cabo de los años, y más allá de los nombres y de los bloques, el que está de un lado puede jugar del otro, y viceversa.
Otro pendiente de José Mayans sería concretar, de manera agónica, el próximo miércoles o jueves, la sesión por la ley de los DNU. El plan del peronismo era llevar ese tratamiento al pleno la semana pasada y no lo consiguió. Pero según revelaron a este cronista “se está trabajando, nos falta un voto. La semana que viene se continuará trabajando”.

Otro miembro relevante de la mesa de conducción del PJ, el vicepresidente tercero y diputado santafesino Germán Martínez, también trabaja en estas horas, y no la tiene nada fácil, en mantener su elenco de 96 diputados cohesionados y no sufrir nuevos desprendimientos. Se sabe, el esquema de unidad del peronismo, validado desde San José 1111, para las elecciones de octubre tuvo un resultado desparejo. Incluso en distritos donde el peronismo ganó con amplitud (por encima del 50 por ciento, como el caso de Tucumán). El gobernador Osvaldo Jaldo, a pesar del acuerdo con el kirchnerismo, mantendrá su bloque “Independencia” en Diputados, y jugará cerca de las propuestas de la Casa Rosada, como lo hizo en los últimos dos años. Ahora también los catamarqueños de Raúl Jalil están en la mira; unos pocos corrimientos que debiliten el bloque de FP podría hacerlo caer a la segunda minoría.
La próxima parada ya decisoria en Diputados se concretará el próximo 3 de diciembre, la sesión preparatoria, donde se establecen las nuevas autoridades y se constituye el nuevo mapa político de la Cámara baja. Martín Menen, aunque muy cuestionado en el último semestre por la oposición ampliada, por sus prácticas y su presunta responsabilidad en hechos de corrupción que se investigan, sin embargo recobró toda su fuerza política luego del 26 de octubre. Hombre de Karina Milei, la ganadora en el armado libertario de octubre, Menen se encamina a mantener la presidencia de Diputados por dos años más.
Por Santa Fe, en la primera reunión del PJ nacional luego de las elecciones de octubre y a su vez la primera donde el sitio de la presidencia estuvo vacante —con CFK detenida—, concurrieron, además del mencionado Martínez, los diputados Agustín Rossi (electo), Florencia Carignano y entre otros la ex senadora Marilin Sacnun. La representante del sur santafesino destacó que en el encuentro peronista se habló de todo, y no sólo del resultado electoral. También de una toma de posición respecto a los temas que ya están a la vuelta de la esquina para su tratamiento parlamentario, el presupuesto y la reforma laboral, entre otros. Sacnun quiere que el peronismo ya se ponga a trabajar para una propuesta para 2027 que vaya más allá de “frenar a Milei”, que claramente no tuvo el atractivo electoral esperado.
“El peronismo tiene la responsabilidad de ofrecerle a los trabajadores una expectativa de progreso, de formar una familia, tener casa, trabajo digno y que puede concurrir a la universidad”, apuntó Sacnun, presente en la reunión del último martes en Buenos Aires donde el PJ buscó un punto de despegue para soñar con una remontada política.



































