El sistema universitario nacional se enfrenta a una auténtica sangría de docentes que pone en jaque a las universidades nacionales: entre 2024 y lo que va de 2025, se registraron casi 200 renuncias de profesores en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), mientras que la Universidad Nacional del Litoral (UNL) registró 151 renuncias en el mismo período. Desde el rectorado local y el gremio docente advierten que la reducción en el poder adquisitivo y en los recursos de las casas de estudio durante los últimos años ha sido tal que no sólo empiezan a estar en riesgo algunas actividades, sino que los educadores comienzan a buscar otros horizontes para ganarse la vida.
Federico “Pachi” Gayoso, secretario general de Coad, sindicato que nuclea a los docentes e investigadores de la UNR, apuntó a Suma Política que este fenómeno “es algo que vemos en los pasillos permanentemente,todos conocemos a alguien que se fue o que se está por ir. Y esto tiene que ver con que ya es muy difícil ganarse la vida con los bajos salarios”.
En septiembre de 2025, un docente con dedicación simple percibe una remuneración de 250.000 pesos mensuales, mientras que los de máxima dedicación, con 40 horas cátedra semanales, apenas superan el millón de pesos.
El rector de la UNR, Franco Bartolacci, sostuvo en entrevista con el canal de streaming Eva TV, que “el presidente volvió a insistir con el veto de una ley que afecta el 0,14 por ciento del PBI, es absolutamente marginal el impacto. Entre el 50 y el 60 por ciento de la docencia universitaria está cobrando entre 200 mil y 600 mil pesos por mes”.
Un reciente estudio del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), sostiene que el salario docente “sigue en un descenso cada vez más pronunciado” y explica que el salario bruto de un docente adjunto con dedicación simple (que ronda los 388 mil pesos) “perdió el equivalente a 3,5 millones de pesos desde que empezó” el gobierno de La Libertad Avanza, lo que se traduce en “nueve salarios completos actuales, o seis salarios originales”.
Visto así, y a la luz de la última medición de la Canasta Básica Alimentaria de una familia de cuatro integrantes, el salario de un docente adjunto está 26.400 pesos abajo de la línea de la indigencia, mientras que un profesor necesitó en agosto tres cargos de dedicación simple sólo para no ser pobre (la Canasta Básica Total de una familia tipo fue de 1,16 millón de pesos).

Fuga de cerebros
Según Bartolacci, la UNR registró 100 renuncias durante el año pasado y 97 en lo que va del 2025, lo que augura una fuga más importante de cara a finales de año.
“Esto es un fenómeno que pasa en Rosario y pasa en todo el país. Es obvio que podés reponer el cargo de quien te renuncia, pero no volvés al punto anterior porque en muchos casos se trata de gente que tiene muchos años de formación, y vos estás designando a docentes iniciales. Eso te va deteriorando la actividad”, analizó el rector.
Gayoso por su parte advirtió que desde el gobierno nacional “están generando las condiciones por todos lados para que los trabajadores elijan irse del sistema. Estamos viendo grandes cantidades de compañeros que refinancian las tarjetas de crédito. Vacían nuestras herramientas de trabajo, muchas veces terminan poniendo plata los mismos docentes de su propio bolsillo para enfrentar, por ejemplo, la compra de reactivos y materiales en los laboratorios”.
Bartolacci agregó que un punto que deteriora el sistema educativo universitario es que “el que no renuncia se ve forzado al pluriempleo, porque nadie vive con esos recursos por mes. Y el que antes tenía un trabajo ahora tiene dos, tres o cuatro y naturalmente la energía que le dedica hoy a la cuestión universitaria es distinta a la que le dedicaba antes”.

Los concursos como síntoma
Un punto que destacó el dirigente gremial es que, a diferencia de otros momentos del sistema universitario, cada vez hay menos personas que eligen la docencia en casas de altos estudios como opción laboral y de construcción profesional: “Lo que nunca había visto es que se generen concursos y que queden vacantes. Siempre era una pelea para poder quedar en el cargo que se concursaba. Si se vacía de docentes, y encima se suma a la baja de estudiantes que estamos viendo en el último tiempo, en vista de que cada vez les cuesta más sostener sus estudios en sus casas o su propia vida por fuera de la facultad, hay un riesgo concreto de que la universidad desaparezca al menos tal como la conocemos. Y ahí la pregunta es a dónde van a ir a parar las hijas e hijos de trabajadores si desaparece el sistema universitario”.
“Muchas veces hay que apelar al ingenio y la creatividad para poder llevar adelante tu trabajo. Y encima te tenés que bancar que denosten tu trabajo. Y por ahí a estas personas que están muy calificadas las terminan llamando desde instituciones de otros países y que les solucionan la vida con una beca en un país europeo, o en un cargo en una empresa privada. Algunos de ellos a veces vuelven pero muchos se quedan para siempre allá”, lamentó el secretario general de Coad, y alertó: “Estamos ante una fuga de cerebros como vimos en otras épocas de nuestra historia, donde la persecución era política, ahora es económica. Se está vaciando el sistema universitario, gota tras gota, y de una manera silenciosa, donde si no es por los sindicatos, no hay nadie que ponga el grito sobre este tema”.
En esa línea, el rector de la UNR advirtió que si la situación no se resuelve en el mediano o corto plazo, “va a llegar un momento en donde vamos a tener que optar entre qué actividades sí y qué actividades no. Porque por ahora lo venimos haciendo con mantenimiento, infraestructura, equipamiento. Y después empezarán a ser las actividades las que se empiecen a lesionar”.
No todo es cuestión de plata
El titular de Coad destacó que la elección de estos docentes de dar el paso al costado y renunciar a sus cargos en la universidad tiene una gran presión desde lo económico, pero también desde lo social y la carga psicológica que asumen los educadores: “Más allá de lo salarial que no alcanza, también está lo simbólico, los ataques a la universidad, que sos un ñoqui, que adoctrinás a los pibes. Eso hace mella y termina haciendo que los trabajadores busquen otros horizontes”.
“Algo seguramente estaría dando vueltas en la sociedad, porque para que una fake prenda tiene que tener un terreno fértil, pero cada vez que un docente sale con un reclamo de algo, le cae una horda de odiadores que cuestiona su trabajo, que si no te gusta por qué no te vas a trabajar de otra cosa. Recordemos que incluso pusieron una línea de teléfono para denunciar a docentes que supuestamente estaban adoctrinando y bajando línea a los estudiantes”, recordó Gayoso, en alusión a la iniciativa que, si bien tuvo cabida en algunas facultades de la provincia de Buenos Aires tuvo su correlato en Rosario, de la mano del concejal liberal Franco Volpe. La idea no tuvo lugar y quedó sólo en las intenciones.
Por otro lado, desde el gremio denuncian que “este modelo de ajuste que expulsa trabajadores y que achica los salarios” y con eso los aportes sindicales, “está llevando a la quiebra las obras sociales universitarias. Siempre tuvieron la oportunidad de ganar un poco más en el sector privado, pero hoy la brecha es tan grande que muchos compañeros y compañeras se están yendo. Hablamos con compañeros que tienen también una doble participación en el Conicet y resuelven renunciar a las dos cosas y en algunos casos optan irse del país”.
“Cuando hablás con los estudiantes de los problemas de la universidad y te dicen que los estás adoctrinado, entre que ganás poco se genera una tensión que hace que trabajes incómodo, con pocos materiales y encima bancarte que te digan que sos un ñoqui por 250 mil pesos”, reprochó Gayoso.


































