Al equipo económico le faltan dólares pero no autoestima. El del “flota, flota” fue el último desafío cambiario que le plantó a una city financiera. Quinientas leguas al Norte, diría Les Luthiers, el gobierno blanqueó finalmente la venta de divisas dentro de la banda de flotación para evitar que la cotización oficial perfore su techo.
La insistencia oficialista en separar las cajas del Banco Central y del Tesoro no alcanzó para tranquilizar a los tenedores de bonos de deuda. El temor a que esos dólares sean los que falten a la hora de pagar los próximos vencimientos disparó el riesgo país. La cercanía personal y comercial de los jefes del BCRA y Economía no ayuda a sostener la ficción de autonomía que blandió Javier Milei en la campaña.
La manipulación recurrente de sus propias premisas terminó por reducir la estrategia de Luis Caputo a una táctica de supervivencia. Y su gestión de expectativas quedó acotada a la inminente ronda electoral. Si el plan económico debía asegurar la suerte en las urnas, hoy pende y depende de ella.
Tiempos veloces
Esta crisis de confianza tiene consecuencias económicas, sociales y políticas. “Todos los tiempos se adelantaron”, decía con algo de lamento una encumbrada referente del gobierno provincial y del nuevo espacio Provincias Unidas, en un aparte del Santa Fe Business Forum.
El mega evento empresarial que lleva la marca del gobernador Maximiliano Pullaro reunió a 250 compradores del exterior con mil empresas santafesinas, promovió 6 mil contactos de negocios, acercó la demanda internacional a unos 30 circuitos productivos y reunió a la comunidad de startups tecnológicas con unos 40 fondos de inversión.
Como en la primera edición, cumplió el doble cometido de crear un oasis de actividad en un contexto crítico y exponer a nivel nacional el “modelo económico” que el mandatario santafesino, ahora en tándem con parte de sus colegas, propone para todo el país. “Equilibrio fiscal, federalismo y desarrollo”, resumió junto con el cordobés Martín Llaryora en el precoloquio de Idea realizado en agosto en Rosario.
La novedad es que este proyecto, pensado con vistas a 2027 o más allá, se encontró más rápido de lo previsto con las urgencias del llamado círculo rojo. Así, esta articulación “público privada” que se cocinaba a fuego lento tomó otro ritmo con la crisis del gobierno nacional. Y la city porteña, que a diferencia del siglo XIX mira ahora con simpatía a esta nueva generación de caudillos del país de los agronegocios, el petróleo y la minería, puso el foco en Provincias Unidas. No como una tercera vía sino como una fase superior del antikirchnerismo, consumidora final de los restos de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza.

Acuerdos políticos
En este terreno inestable, Pullaro convocó desde el Santa Fe Business Forum a un “acuerdo político” para “estabilizar las variables macroeconómicas”. El orden de esas variables, que valoraba hasta hace pocas semanas, salió del discurso. Otro lastre que los gobernadores echan en su alejamiento del oficialismo nacional.
Casi en simultáneo, Llaryora picanteaba al jefe de gabinete nacional, Guillermo Francos, durante el coloquio que realizó en Córdoba la Unión Industrial Argentina (UIA). En ese encuentro, la conducción de la central fabril expuso un decálogo para un “nuevo contrato productivo” que parece más orientado a alcanzar consensos con ese espacio federal que con un Ejecutivo central que viene de cerrar literalmente las ventanillas de atención al sector.
“La industrialización debe ser un proyecto federal, se necesitan políticas públicas que potencien las capacidades productivas de cada región y reduzcan las asimetrías que actualmente existen”, señala en uno de sus párrafos el documento alentado por la dirigencia del interior y trabajado por el presidente de la entidad, Martín Rapallini, en sus frecuentes viajes a las mismas provincias cuyas autoridades recrean los sueños de la Confederación Argentina.

Frecuencia de crisis
Estos sueños se solapan con la pesadilla económica que golpea sus territorios. Según el Indice Compuesto de Actividad de Santa Fe (Icasfe), que elabora la Bolsa de Comercio de la capital de la provincia, la economía santafesina acumuló una caída del 2,6 % entre marzo y junio. Nada parece indicar que la situación haya mejorado entre esa fecha y fines de agosto. De hecho, distintos indicadores de “alta frecuencia” muestran que empeoró.
En momentos de inestabilidad, el Ministerio de Economía de la provincia elaboró un sistema de medición de actividad económica y de precios en “tiempo real”. Anticiparse es clave frente a condiciones fiscales complejas. El titular de la cartera económica, Pablo Olivares, advirtió que la recaudación repta al mismo ritmo que la actividad económica. Los ingresos por coparticipación mostraron en agosto un aumento de 0,7 % real, casi en línea con la inflación. Ese incremento es interanual. Si se compara contra 2023, la variación sigue en rojo. Ingresos Brutos mostró una suba de dos puntos pero las perspectivas son malas. “La recaudación no reacciona y en los últimos meses viene un poco para abajo”, dijo. Opinó que el efecto de las altas tasas recién se comienza a ver.

Su colega de gabinete, Roald Báscolo, no está menos preocupado. El ministro de Trabajo esperaba que en el segundo semestre de 2025 el mercado laboral “se estuviera recuperando más fuerte”. Desde fines de 2023 se perdieron 10 mil puestos de trabajo registrados en la provincia pero en el segundo semestre de 2024 se registró un lento repunte que aparecía como el piso de la crisis. Sin embargo, ese proceso se estancó y dejó “muy complicados” a muchos rubros afectados “por la caída del mercado interno y de las importaciones”.
“El único motor de crecimiento que tenía esta macroeconomía era la estabilidad monetaria, que permitía tener créditos a tasas razonables pero la suba brutal de estos días va a terminar con la incipiente recuperación que esperábamos”, dijo Báscolo.
El temblor
De norte a sur y de este a oeste, el territorio provincial se sacude con crisis empresarias y conflictos laborales de envergadura. Aunque desde el gobierno apuntan a algunos casos “crónicos”, también entienden que hay en muchos de ellos cientos de empleos directos en juego. Además, hay preocupación por la dinámica que toma la situación. A mediados del año pasado, la provincia asistió al pico de suspensiones acordadas en el marco de la mediación del Ministerio de Trabajo provincial, con 10 mil trabajadores en esa situación. “Estamos viendo ahora cierto agotamiento en algunos rubros, que tienen que ver con la caída del mercado interno, aumento de importaciones, achicamiento de márgenes y ahora suba de tasas”, señaló el titular de la cartera de Trabajo, quien teme que este combo genere “problemas con las fuentes laborales, ya no en términos de no recuperación sino de pérdida”.
El caso de Celulosa Argentina, que se presentó el lunes en concurso preventivo, es uno de los puntos en rojo. También Acindar, que hace un año y medio trabaja a la mitad del promedio de los últimos cinco años; la fábrica de cosechadoras Vassalli, que en agosto prácticamente no trabajó como consecuencia de un conflicto derivado de la falta de pago de salarios; las tres algodoneras del norte santafesino, que entre otras cosas padecen la crisis del rubro textil; y la láctea Verónica, cuyas plantas están paralizadas en medio de una crisis empresaria que no se compadece con la realidad del sector.
“Hay casos de grandes empresas que cobran notoriedad pero muchas están pasando situaciones complicadas”, señalaron desde Trabajo.
Sin Repros ni créditos de apoyo a tasas razonables, la red de contención es acotada pero activa. La obra pública provincial, las rondas de negocios, las misiones comerciales, los programas de vinculación y capacitación buscan sostener el ecosistema en actividad. En la última semana sesionó en Rosario la mesa de gas, petróleo y minería, que exploró oportunidades de inversión para las empresas locales junto al intendente de Añelo, capital de Vaca Muerta. Hubo dos grandes foros en los que las startups tecnológicas se reunieron con fondos de inversión. Desde la Secretaría de Desarrollo Industrial de Santa Fe se avanza en la puesta en marcha de un plan de desarrollo de proveedores para el plan de reconversión de la ex refinería San Lorenzo en una biorrefinería de producción de combustible sustentable para aviones. El proyecto de YPF y Essential Energy, que demandará una inversión de 400 millones de dólares, promete cambiar el perfil del cordón industrial. Aguas un poco más abajo, también hay un trabajo conjunto para apuntalar la recuperación del astillero de barcazas en Pueblo Esther. Y se viene un encuentro para vincular la industria provincial con las empresas de tecnología locales.
Contra el discurso oficial de los últimos meses, la voluntad de la micro economía choca contra el desmadre de la macro. Las consultoras especializadas apuntaron que el crédito comercial cayó en agosto en términos nominales, por primera vez en quince meses.
El costo y la desaparición del crédito es la última piedra en la espalda de las empresas insertas en el sector productivo. En el encuentro mensual en el que los industriales metalúrgicos de Rosario repasan los indicadores de actividad, hubo consenso en señalar que la ausencia de una mochila financiera fue la que les permitió a las empresas del sector atravesar el crítico 2024. También en advertir que ese combustible se agotó y no se avizora una oportunidad de recarga.



































