¿Se amigaron todos? La respuesta tiene varias versiones. Lo concreto es que el gobierno de Omar Perotti empezó a dar algunas señales de querer recomponer su relación con sectores del peronismo y la política santafesina con los que venía confrontando en los primeros dos años de gestión.
Resta por ver si ese comportamiento se va a sostener en el tiempo, en una suerte de reconciliación política que podrá seguirse leyendo las futuras señales. “Nos abrió algunas puertas, pero no la tranquera”, grafican los otrora contrincantes que no se animan a asegurar que las paces durarán por siempre.
“Hay mejor predisposición desde el Gobierno”, admiten, pero aclaran que “nadie garantiza eso ni el gobernador nos dijo nada”.
Más que un acuerdo de paz alrededor de una mesa política, lo que hubo fueron gestos que cada uno interpretó y respondió rápidamente en la misma sintonía. Según quien lea, la salida de la provincia del ex ministro Marcelo Sain fue el primer indicio. Aunque habrá que ver cómo termina ese capítulo en la Justicia.
“Van a ver que el único que se va del gabinete de Perotti es Roberto (Sukerman)”, decían quienes desde el sector de Agustín Rossi se opusieron a Perotti en la interna, cuando asediaban los rumores de varias bajas de ministros. Y pronostican ahora: “ya van a ver que no se van a escuchar tantas declaraciones condenando las relaciones entre delito y política como hubo al principio de la gestión”.


Les reprochan a sus aliados del sector que lidera el senador Armando Traferri que “ellos peleaban contra Sain y nosotros contra el liderazgo de Perotti”. Por eso hoy se quedaron solos.
“Ya van a ver que no se van a escuchar tantas declaraciones condenando las relaciones entre delito y política como hubo al principio de la gestión”
No fue la salida de Sukerman del gobierno y su reemplazo por Celia Arena, la primera vez de una mujer en la cartera política, el cambio que más dice en cuanto a las relaciones políticas internas del peronismo. Porque estaba cantado.
El verdadero gesto es el que se va a dar en Comunicación Social el 3 de enero.
Carlos Bermúdez tuvo una despedida con aplausos como nunca antes había ocurrido con un funcionario político tras sus diez años como secretario administrativo en el Senado. Su asunción en el gobierno de Perotti a cargo de las relaciones con los medios expresa bastante de este intento de reconciliación en el peronismo.
Es un dirigente que responde al sector de los senadores que estuvieron en la vereda de enfrente del oficialismo y su nombre fue aprobado por los dos lados de esa contienda. Mientras esté al frente será un indicador de que las relaciones marchan mejor.

El gesto correspondiente fue la aprobación del presupuesto en el Senado. Demandó un minuto y veinte segundos y no solo fue por unanimidad, sino que incluyó también elogios para el ministro de Economía Walter Agosto. Y el bloque informante fue el de Traferri en la voz de Rubén Pirola.
Las negociaciones por el presupuesto incluyeron a otros sectores políticos de Diputados, aunque ahora en esa cámara aparecieron algunos obstáculos que podrían demorar la sanción definitiva que estará siempre en manos de los senadores, por ser cámara de origen.
Si los cambios que introducen los diputados son aceptados, el jueves el Senado podría aprobar la ley de leyes. El otro camino es más largo y estiraría la discusión a febrero. “Si no le quieren meter la mano en el bolsillo al gobierno, está todo bien”, pronostican.
Para los más críticos del gobierno provincial, con los anuncios que hizo y piensa hacer entre sus colaboradores, el gobernador no va a cambiar demasiado. Le reprochan que no sumó a ningún sector interno del PJ: ni al Movimiento Evita, ni a La Cámpora ni al sector que representa María de los Angeles Sacnun, que estuvo a punto de ir al gabinete. Y restó a la línea de Rossi, que quedó fuera después de la interna y ahora con la salida de Sukerman. “Se reagrupó sobre sí mismo”, describen.
En cuanto al resto de los cambios en el gabinete, todo parece reducirse a retoques menores. Es la primera vez que se anuncian modificaciones en segundas o terceras líneas —como dicen se producirían en Desarrollo Social y Cultura—. De hecho en el Servicio Penitenciario ya fue reemplazado Jorge Bortolozzi y no hubo tanta presentación.

Queda claro que Perotti pensó varios cambios más de los que concretó. Al menos cuando esbozó aquella teoría de revisar el trabajo de cada área y de los funcionarios a cargo. Cuesta imaginar que el gobernador diga de varios de sus ministros ahora confirmados lo que dice de la ministra de Salud, Sonia Martorano. “Es brillante”, afirmó sin vueltas, aunque aclaró que no tiene preferidos en el gabinete, ante una pregunta que sugería como respuesta los nombres de Walter Agosto y Marcos Corach.
En la misma entrevista en Radio 2 sorprendió al decir que “cuando no tenés un Messi, hay que armar un equipo”.
Saber si la armonía que rodeó en el Senado la aprobación del presupuesto y la designación de Bermúdez en el gabinete es el inicio de una nueva etapa será una conclusión que necesita tiempo. Mientras, habrá que prestar atención a los gestos que podrían incluir fotos impensadas cuando arranque el año.
En el medio, el gobernador blanqueó que no se va a tomar vacaciones durante los cuatro años de su gestión para poder irse dos semanas al Mundial de Qatar en noviembre de 2022 en compañía de sus hijos. “Ojalá la realidad me lo permita”, deseó antes de Navidad, y contó que medio en broma medio en serio le dicen que “seguro nos macaneás porque vas a tener algo y vamos a estar acá”. Como en la política, el tiempo dirá.
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Periodista. Licenciado en Comunicación Social de la UNR. Ex jefe de Redacción de La Capital. Twitter: @DanielAbba_
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