Con un fallo sin precedentes, la Corte Suprema proscribió a Cristina, quebró a la democracia y abrió un sendero constitucional ruinoso para los argentinos: la jefa del principal partido de oposición política –que obtuvo 44 por ciento de los votos en la última elección presidencial– quedó inhabilitada para presentarse a cargos electivos como consecuencia de una causa judicial diseñada desde el primer día en su contra, con jueces parciales, y que fue pacientemente armada por un sistema judicial federal persecutorio especialmente con dirigentes del peronismo kirchnerista.
El fallo del triunvirato de cortesanos otorgó cinco días a la ahora condenada antes de detenerla, el tiempo que la defensa utilizará para anteponer un recurso y evitar ir a un penal (condena domiciliaria).
Lo que no estará ya en discusión, a menos que algún organismo internacional, como la Corte de la Haya, en el mediano plazo, la rescate y revierta el fallo de la Corte argentina, es su imposibilidad de dar la pelea electoral en la Tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires en las elecciones del próximo 7 de septiembre.
La última vez que Cristina Kirchner presentó su nombre en una boleta electoral –presidenciales de 2019, como vicepresidenta– obtuvo el 48 por ciento de los votos. El sistema judicial federal empeñado en sacar a CFK del juego político argentino, en este caso no quiso correr los mismos riesgos que en 2019, y confirmó en menos de 50 días (la Corte Suprema) una condena de segunda instancia que en centenares de casos relevantes demanda al menos un par de años para analizar y luego fallar.
Se trató, como se esperaba, de un fallo político emitido por la Corte Suprema más chica del mundo (tres miembros), pautado y anticipado por grupos mediáticos que atacan al peronismo casi desde su misma fundación, dos de cuyos miembros aceptaron originalmente ingresar por un decreto presidencial del ex presidente Mauricio Macri, aunque luego de un semestre “normalizaron” sus situaciones al conseguir los votos necesarios del Senado tal cual manda la Constitución nacional.

Jueces, fútbol y asados
Entre los reproches principales de la defensa de Cristina, que no fueron atendidos, se destacan las probadas relaciones sociales y personales entre fiscales, jueces y el poder político desde donde se inició el juicio Vialidad, el macrismo. Para la Corte Suprema, los encuentros en asados y partidos de fútbol entre jueces y fiscales en la casa del expresidente Macri no fueron razón suficiente para presumir de parcialidad. Y lo convalidó.
Cristina Kirchner intervino durante toda la última semana en al menos cuatro actos, denunció la endeblez del gobierno actual y predijo una y otra vez que “esto termina mal”, como ya ocurrió en momentos anteriores de la historia nacional cuando se aplicó el mismo plan económico, incluso por los mismos actores.
“Aplicaron el cepo al salario, ahora el cepo al voto”, denunció la expresidenta, luego de saber de su condena y al dirigirse a una multitud de militantes que la fue a respaldar a las puertas de la sede del Partido Justicialista, en la calle Matheu 130 de la Capital Federal; también hubo una masiva presencia de militantes en las inmediaciones de su domicilio en el barrio de Constitución.
Por lo pronto, la confirmación de la condena a Cristina Kirchner terminó por ordenar la dispersión y divisiones en el peronismo: todos salieron a respaldarla, incluido su presunto “adversario” de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Nadie podrá, de ahora en más, construir nada bajo el paraguas del Partido Justicialista impugnando a su presidenta, ahora coartada en su derecho constitucional básico, el de ser candidata en una boleta electoral.
Después si el PJ podrá o no sintonizar y representar cuando el fracaso de las políticas mileístas se hagan aún más visibles que en la actualidad, es otra pregunta que no tiene una respuesta segura. En el discurso de barricada, en la puerta de la sede del PJ, que terminó con un “hasta siempre”, Cristina hizo una referencia a la representación vacía que ineludiblemente dejará este salvaje experimento conservador liberal y autoritario de LLA y dejó un “ojalá sea este partido” el que represente lo que viene.
El fallo que proscribe a CFK afecta a todo el sistema democrático como nunca antes en los últimos 42 años. Afecta al peronismo, pero también al resto de las representaciones democráticas que no forman parte del “gobierno cachivache”, pero que, por pasividad, miedo o intereses inconfesables, continúan con un acompañamiento ruinoso para la Argentina.
Además de la militancia kirchnerista que acompaña a CFK en estas horas en las calles de Buenos Aires (y de otras ciudades del país), por goteo algunos dirigentes de otros partidos políticos se empezaron a acercar a brindar su solidaridad con la “condenada”, entre otros, los dirigentes del PTS (izquierda), Myriam Bregman, y Nicolás del Caño.




































