A diferencia de otras fuerzas de la oposición, el Frente Progresista se viene manejando públicamente con cautela. Cuestiona la gestión política de la pandemia de parte del gobernador Omar Perotti, pero no quema las naves en esa batalla ni en las calles. “El mayor déficit del Estado provincial es no estar cerca, no mantener un diálogo y no construir salidas junto a los sectores más castigados por la pandemia. Pero fundamentalmente no aportar fondos. En vez de tener plazos fijos el Ministerio de Economía debiera aportar fondos para sostener a esos sectores”, sostuvo Pablo Farías, jefe de bloque del Frente Progresista y uno de los hombres más cercanos al ex gobernador Miguel Lifschitz.
Con una mirada diametralmente opuesta, el diputado justicialista Luis Rubeo aseguró que el gobierno provincial “está lo más cerca que se puede estar” en este momento de los más afectados por la pandemia y apela a los números para corroborar sus palabras: “La recaudación cayó un 45 por ciento”. El legislador también le restó sustento político a las movilizaciones de las que participó Juntos por el Cambio, ya que “es un sector al que lo une y moviliza un profundo antiperonismo, no hay ideas superadoras ni propuestas de ningún tipo”.
Para Farías, no es que la Casa Gris no puede sino que no quiere. “Las herramientas jurídicas se las hemos dado, están disponibles tanto para obtener recursos como para generar exenciones impositivas. Desde el Ejecutivo han presionado al Senado para que las normativas que tienen media sanción de Diputados no salgan”, aseguró.
El ex ministro de Gobierno enumera las iniciativas impulsadas por el Frente en Diputados para paliar los efectos de la pandemia sobre distintos sectores. “Hemos propuesto crear una especie de IFE provincial para los reemplazantes, que no pudieron trabajar y son importantes en el sistema educativo; la ley que tiene media sanción para la contención del sector hotelero-turístico-gastronómico, como también la normativa para contener a los jardines maternales que seguramente, junto a los sectores vinculados a eventos culturales y artísticos, son los más castigados”.
Estas iniciativas se respaldan en el convencimiento de que “la pandemia no golpea en términos económicos y laborales de la misma manera a todos los sectores. Las restricciones a la actividad que implicó el aislamiento, después el distanciamiento y ahora la vuelta de fase, afecta mucho más a algunos, y entonces es lógico que el Estado tiene que intentar al menos mitigar ese impacto con algún tipo de equilibrio”.
En lo que es una diferencia con otros sectores políticos, Farías se ocupa de aclarar que “no hemos cuestionado, ni estamos cuestionando, las decisiones sanitarias que se han tomado. La posición que adoptamos desde el principio fue la de acompañar al gobierno desde nuestro lugar”. Aunque advirtió que ese acompañamiento no fue correspondido. “También debemos reconocer que hubo poca voluntad, poca vocación del gobierno en integrarnos, más allá de algunas cuestiones específicas y de algunas consultas, sobre todo a los especialistas que nos acompañaron en nuestras gestiones”.
Desde la vereda de enfrente, el diputado Luis Rubeo cree que el gobierno santafesino “está lo más cerca que se puede estar en este momento” ya que “la recaudación cayó el 45 por ciento”. Frente a la escasez de recursos, sostiene que hay que priorizar el apoyo a los sectores más vulnerables. “Los boliches bailables están muy complicados, por ejemplo. Pero entre los boliches y darle de comer a 300 chicos en un comedor no hay mucho que pensar. La cuestión es que los recursos no alcanzan para sostener a todos los que necesitan apoyo en este momento”.
Ya en el terreno político, el legislador está convencido de que “el sector más duro del Frente Progresista puso a Lifschitz ante algunas situaciones que se podrían haber evitado”, y cita el terreno impositivo. “Lo cierto es que Lifschitz, después de las elecciones, comenzó a prepararse para ser opositor. Estuvo seis meses preparando esa estrategia, y hoy actúa con esa actitud exclusivamente”.
Sus críticas se multiplican cuando analiza el accionar de Juntos por el Cambio, el sector que más abiertamente cuestiona las políticas sanitarias y la gestión de la pandemia. “El macrismo está tratando de conservar su electorado y le dice a cada sector lo que quiere escuchar, más allá de que sea inviable. Lo que los une, lo que está detrás de todo, es un profundo antiperonismo”, sostiene, y mira más allá, a las elecciones del año que viene. “Toda esta estrategia tiene por finalidad restarle bancas al Frente de Todos y así frenar leyes clave para mejorar la vida de la gente”.
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