Los seis gobernadores que integran Provincias Unidas confían en ganar la elección legislativa en cada uno de sus distritos; conseguir por lo menos un 10 % de los sufragios nacionales y que en el Congreso se traduzcan en las suficientes bancas como para atraer a bloques minoritarios, a fuerzas provinciales que aún no dieron el salto y a una parte del PRO, esos dirigentes que se identifican con el color amarillo y no con el violáceo. Pronostican un interbloque de unos 40 diputados nacionales que puedan colarse en el debate nacional con fortaleza, mucho más que el variopinto Encuentro Federal que hoy preside Miguel Ángel Pichetto.
El acto de esta semana en el Club Obras Sanitarias buscó dar un espaldarazo a los candidatos de Ciudadanos Unidos de la Capital Federal que lideran Martín Lousteau y Graciela Ocaña, y a la lista que encabeza en Buenos Aires el diputado Florencio Randazzo con la idea de engrosar el volumen nacional. En ambos territorios, donde son oposición minoritaria, la expectativa es cuantitativamente menos optimista, especialmente en la provincia en la que se polarizó la elección entre Fuerza Patria y La Libertad Avanza. Esperan sin embargo que Lousteau haga una elección digna y empujan a Randazzo para llegar a los 6 puntos, lo que significaría 3,5 % del padrón nacional. Nada despreciable, subrayan algunos de los estrategas que participan del debate interno junto a Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Valdés (Corrientes), Carlos Sadir (Jujuy), Claudio Vidal (Santa Cruz), Ignacio Torres (Chubut) y el exgobernador Juan Schiaretti, el más suelto de todos respecto de la gestión y el que más años lleva intentando una opción de centro.

A defender el territorio
Quienes confluyen en la “U” coinciden en concentrarse esta semana en los respectivos territorios y en explicar lo que los diferencia de gobernadores como Alfredo Cornejo (Mendoza) o Rogelio Frigerio (Entre Ríos), que en el coloquio de IDEA de Mar del Plata trataron de mostrar que hay una quincena de gobernadores dispuestos a jugar a favor del Gobierno nacional cuando termine la contienda electoral.
“Ellos son violetas, nosotros somos oposición”, respondió a Suma Política un importante referente que insistió en que no son un armado electoral y coyuntural sino una propuesta que apunta a conformar un proyecto de poder que ponga un presidente de la Nación en el 2027. El próximo fin de semana es la primera etapa en esa táctica. La segunda arrancará después, cuando busquen sumar figuras dentro del Congreso y en otras provincias. Por ahora, admiten, hay más especulación entre el resto de la dirigencia, que antes de pasarse a este esquema prefieren ver cuán distanciado o no está el gobierno de la gente.
Se menciona la posibilidad de que Schiaretti pueda ser el próximo presidente de la Cámara de Diputados. En la “U” lo niegan a medias. Sólo ocurriría, aclaran, en caso de que el Gobierno hiciera una mala elección y que hubiera que garantizar gobernabilidad “pero no como parte de un pacto”.
El diputado Randazzo dijo esta semana en varias oportunidades que está dispuesto a analizar —si llega al Parlamento— el acuerdo de Javier Milei con Donald Trump y también los proyectos de reforma laboral y tributaria. Sin embargo, tanto él como Schiaretti y otros candidatos descartaron de plano sumarse al gobierno como sí negocia Mauricio Macri o como dejan trascender desde la Jefatura de Gabinete y el Ministerio del Interior donde ofrecerían abrir lugares para el PRO, la UCR y eventualmente alguna otra fuerza política. “Conversar sí, pero jamás sería parte del gobierno”, negó Randazzo ante esta periodista.
“Provincias Unidas no es destituyente”, dicen y se diferencian del kirchnerismo, aunque insisten en que incluso después de la elección sus legisladores serán quienes “pongan límites a Milei”. Tal vez por eso también en IDEA el vocero Manuel Adorni aseguró que La Libertad Avanza irá a charlar con gobernadores dialoguistas. Los definió además como “racionales”.
La visita del presidente a Estados Unidos no los tranquilizó sino todo lo contrario. Comparan cada nueva ayuda que anuncia el equipo de Trump como remedios contra una enfermedad terminal: “No hay dosis posible que alcance”. De todos modos están dispuestos a colaborar en la sanción de leyes, como se sentaron con la Ley Bases, pero a condición de que haya un intercambio y no se les pida votar a libro cerrado. Entre las condiciones, aseguran que no negociarán proyectos con eje federal, la producción y el trabajo y recuerdan la negativa de Casa Rosada a acompañar la Ley de Biocombustibles. A la luz de las últimas declaraciones de Milei y del ministro de Economía Luis Caputo, entre otros funcionarios, en Provincias Unidas están convencidos de que el presidente no aceptará ninguna corrección a su plan.
Ampliar la base
En la lista de dirigentes para sumar a Provincias Unidas mencionan a gobernadores varios, desde el sanjuanino Marcelo Orrego al puntano Claudio Poggi, los patagónicos Rolando Figueroa y Alberto Weretilneck y también a una figura que en redes sociales asociaron al espacio pero que no dio el salto: María Eugenia Vidal, la diputada nacional que deja su banca en diciembre y que como presidenta de la Fundación Pensar quiere heredar lo que quede del PRO en caso de que Macri selle un acuerdo con Casa Rosada.

