Por definición identitaria —y por el bien ganado estigma del exceso de centralismo en la política nacional— al frente porteño del radicalismo en la Ciudad de Buenos Aires no le calzaba el sello Provincias Unidas. Como es habitual, y con más intensidad en los últimos días, Martín Lousteau y Maximiliano Pullaro conversaron con la idea de presentar candidaturas competitivas en uno de los principales distritos del país que fortalezcan el “grito federal” que integra el santafesino y garanticen supervivencia a la UCR.
Como admitió el propio Pullaro en varias entrevistas, el quinteto de gobernadores aspira a poner un candidato a presidente en 2027. Esa estrategia necesita adherentes en todo el país o al menos participar de la disputa electoral por los padrones numéricamente más voluminosos. Lousteau no puede darse el lujo de perder un escenario tan potente como el Congreso, donde los libertarios lograron seducir y amortiguar las voces del radicalismo y sus ideas.
Antes de que sonara la campana y con la ejecución política del armador Emiliano Yacobitti, se inscribió Ciudadanos Unidos con un logo igual al del team de Pullaro. Previamente hubo intención de reeditar Juntos por el Cambio e incluir a Jorge Macri. Allí se toparon con el comando de Mauricio Macri, que tiñó de violeta la marca PRO a cambio del cese de hostilidades de la troupe de Karina Milei hacia el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Para empalmar con el armado de Pullaro, Martín Llaryora, Carlos Sadir y los patagónicos Ignacio Torres y Claudio Vidal, la UCR y sus aliados —GEN y Partido Socialista— se inscribieron con el nombre de Ciudadanos Unidos. Emparentados con Somos Buenos Aires, el espacio tendrá representatividad propia en siete de los 24 distritos, cuatro de ellos los más grandes del país.
La mudanza electoral de Facundo Manes de Somos a Ciudadanos Unidos alivió ciertas tensiones y liberó la cancha para Florencio Randazzo, amigo del ex gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, uno de los mentores de la alianza Provincias Unidas.
El neurocirujano Manes, que en 2021 logró más de 1,2 millones de votos en Buenos Aires, su provincia natal, dejó el radicalismo para liderar una marca de centro bonaerense y ahora regresa a la UCR como cabeza de la lista de los candidatos a senadores nacionales, otra apuesta por jugar en primera línea. Su pelea será contra Patricia Bullrich y Mariano Recalde, seguramente, además del socialista rosarino Esteban Paulón, que quiere ser la sorpresa de las elecciones.

Cambio de roles
Primero en la nómina de diputados porteños, Lousteau invertirá roles con Manes tras seis años en el Senado y aunque no está claro si harán campaña juntos, la fraternidad que lo une a Pullaro va más allá del sello y de los planteos comunes —pese a algunas diferencias— de los gobernadores de Santa Fe, Córdoba, Jujuy, Chubut y Santa Cruz.
En ese marco quizás se los vuelva a ver en la provincia con los radicales que confluyen en el grupo grande de intendentes al que abrevan UCR, PRO, PJ y vecinalistas. Con epicentro en la Primera Sección Electoral de la mano del peronista tigrense Julio Zamora, el grupo aprovechará la elección desdoblada del 7 de septiembre, en la que pesaría la campaña conjunta de 19 jefes comunales. En ese primer turno aspiran a romper la polarización entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria.
En el entorno de Lousteau admiten la pérdida de predicamento y el fuego amigo que generan sus planteos contrarios a los deseos de la Casa Rosada. Inclusive hace ya tiempo dejó el grupo de whatsapp de su propio bloque con el argumento de que lo que acordaban en las reuniones sospechosamente se modificaba a la hora de votar en el recinto. Desairado como presidente del comité nacional por los “radicales con peluca” —que incluso integrarán listas de La Libertad Avanza para el 26 de octubre—, el saliente senador hará campaña con el pregón de los federales en defensa de la educación y la salud pública, de la eficiencia estatal y de la inversión en obras, entre otros temas en disputa. Las encuestas que recibe de la Ciudad le dan un 30% de imagen positiva, aunque habrá que probar si puede traducirse en intención de votos.
Manes, residente en la CABA, fue blanco libertario y en la Cámara de Diputados llegó a denunciar por hostigamiento al asesor estrella de Javier Milei, el todopoderoso Santiago Caputo. Con ese perfil, uno y otro buscarán el voto progresista, el de los desencantados del PRO que no aceptan la alianza violeta —el caso más explícito fue el de María Eugenia Vidal que resistió y anunció que no hará campaña— e incluso el de una porción de simpatizantes del peronismo.
El plan original incluía a Horacio Rodríguez Larreta, que mantiene su Partido Federal en soledad y en los hechos visualiza en Manes un competidor nato, aunque tuvo en Lousteau, como el primo Jorge Macri, un aliado.
Hubo incluso algún sondeo sobre Esteban Paulón, diputado nacional por Santa Fe. Tal como adelantó Suma Política, el rosarino lidera un espacio que integra a intelectuales, referentes de la cultura y de la sociedad civil para lanzarse en CABA aunque sin renunciar al socialismo.
Paulón prefirió mantenerse en su banca de diputado nacional por Santa Fe y no postularse para el mismo cargo por otro distrito. Con fecha límite el 17 de agosto, inscribirá su candidatura a senador nacional por la Ciudad de Buenos Aires con el objetivo de instalar un fuerte debate e interpelar a los huérfanos de la grieta que ahora representan los hermanos Milei de un lado y el peronismo en la oposición. En estos días define si el nombre será Encuentro Ciudadano o Movimiento Ciudadano, marca similar a la de Lousteau-Manes, aunque no sean lo mismo.


































