Milei alineó su tropa en Santa Fe: frente a Pullaro “neutralidad” y “que Amalia haga la suya”

“Neutralidad”, esa fue la recomendación del presidente Javier Milei a sus referentes en la provincia de Santa Fe cuando lo consultaron sobre qué tipo de relación política deberían mantener frente a la gestión del gobernador Maximiliano Pullaro.

La bajada de línea a la tropa santafesina de La Libertad Avanza puede sorprender, especialmente si se toman en cuenta las acciones que el gobierno nacional viene desplegando sobre las provincias en general, y que incluyen sin ningún privilegio a Santa Fe.

Hay algo que siempre destacan en la provincia: en marzo, cuando asedió la crisis de homicidios narco en Rosario, el gobierno nacional estuvo presente y no se borró, y la coordinación de las políticas de seguridad nacional y provincial permitieron alumbrar un resultado impensado hace menos de un año: un descenso fenomenal de la tasa de homicidios.

El otro reconocimiento tiene que ver con que siempre son recibidos los funcionarios provinciales que realizan gestiones a nivel nacional, aunque el resultado suele dejar cuentas pendientes.

Por lo demás, Santa Fe tiene más para reclamarle a la Nación que cuestiones para agradecerle. Si hasta renovó un reclamo en la Corte de Justicia nacional para reclamar los fondos que por ley debería recibir para la Caja de Jubilaciones no transferida.

Un trato de amigo bastante particular sería el que aplica el presidente Milei con Pullaro. Lo invitó y firmó el Pacto de Mayo, pero eso no le dio ninguna ventaja en el trato que reciben el resto de las provincias. Ni le habilita créditos internacionales gestionados por la provincia.

Tampoco le respondió hasta ahora el pedido inédito que le llegó de la provincia: si la Nación no va a arreglar las rutas nacionales que pasan por Santa Fe, le cedan la jurisdicción a la provincia para hacerse cargo y repararlas.

La relación siempre giró sobre dos conceptos: es la Nación la que le debe a Santa Fe y desde la provincia no le piden nada más que lo que corresponde. A veces ni eso llega. Pero el gobernador se siente escuchado por el equipo del presidente y si bien no se priva de decir lo que piensa, nunca se afectó la relación política.

Tal vez sea eso o el respeto que se pudo haber ganado en estos nueves meses de gestión, o quizás saber que Santa Fe es una de las provincias que también hizo ajustes en sintonía con la política desplegada por el presidente. Lo concreto es que cuando le preguntaron a Milei cuál aconsejaba que fuera el trato con el gobernador Pullaro, de parte de sus seguidores y referentes santafesinos, el presidente no dudó y opinó que sería mejor una posición neutral.

El pedido de moderación sorprendió porque algunos de los más visibles referentes de la LLA en la provincia ya habían arrancado con algunas críticas hacia Pullaro y su gestión de gobierno.

Ni qué hablar de alguien que estuvo cerca del presidente y que ahora parece distanciada: Amalia Granata, quien aparenta querer erigirse en una de las principales referentes de la oposición a la actual gestión provincial.

Concretamente, Milei sobre ella no titubeó: “Que Amalia haga la suya, como hace siempre”. El consejo de neutralidad hacia Pullaro iba dirigido a rescatar a quienes forman parte del armado nacional del presidente. Ese consejo del más alto nivel frenó las intenciones de alguna figura provincial del sector que, dicen los que no la quieren del todo, se quería hacer la picante y ante la falta de coordinación y directivas claras se adelantó al resto. Ahora, si recibió el mensaje, debería sosegarse.