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Política

Milei, con “lo peor ya pasó”, trata de alivianar la semana de derrotas que se le viene en el Congreso

En medio de una escalada crítica que va cambiando de color a violeta oscuro, el presidente apeló a uno de sus últimos recursos, la cadena nacional: ratificó el sentido principal del programa económico a la vez que bajó el tono agresivo. Fueron pocos minutos de un discurso que no pareció conformar a nadie. Tras cartón, al menos en la ciudad de Buenos Aires, hubo ruidazo de cacerolas en decenas de barrios. Las promesas de mejoras en partidas sociales para 2026 —la cadena fue para presentar el presupuesto nacional que va al Congreso— parecieron modestas, futuras, e improbables para la ansiedad de una sociedad que empieza a darle la espalda al gran sueño libertario que parecía sólido hasta junio de este año.

Después de las derrotas en el Congreso, su punto de partida fue el 10 de julio en el Senado, y los 14 puntos abajo en la elección de la provincia de Buenos Aires dejaron al gobierno en estado de zozobra permanente, para colmo en la víspera de la gran prueba electoral nacional del 26 de octubre próximo.



Milei pareció al menos darse cuenta del daño que la sociedad empieza a acusar de manera aluvional, todo agravado por las sospechas de corrupción dentro del círculo más pequeño del propio presidente. Sin embargo, sus propuestas de salida no tienen contenido inteligible para la audiencia mayoritaria. Sin los votos, con el Congreso en contra, con gobernadores que hasta ayer nomás lo celebraban y hoy se alejan, el último eslabón en pie de la cadena que lo sostiene al borde del precipicio es el FMI que por ahora no le suelta la mano, al mismo tiempo que sondea alternativas de salida para la crisis que crece. El riesgo país, con todo, escala por arriba de los 1.100 puntos y la presión sobre el dólar fatiga al equipo económico y a la sociedad entera. ¿Cómo transcurrirá la Argentina hasta fines de octubre? Se trata de una pregunta sin respuesta segura de nadie.

Entretanto, la que se inicia será una semana muy difícil para el gobierno a la defensiva; el martes vuelve a funcionar la comisión investigadora del caso Libra en el Congreso, donde cada vez se hace más palpable el encierro de la Casa Rosada: Karina Milei, más temprano que tarde terminará declarando ante los diputados; podría ser la gota que rebalse un vaso ya explotado de problemas.

El miércoles, por lo demás, se viene otra jornada en Diputados donde se pronostican derrotas para Milei. Todas importantes, pero tres principales, e inéditas: el rechazo a los vetos presidenciales al financiamiento del Hospital Garrahan y las universidades nacionales. Esta vez acompañados por una multitud de decenas de miles en las calles esperando esa conducta de los diputados. Los dos tercios de los presentes estarán muy cerca de obtenerse por parte del armado opositor por una razón elemental, la Casa Rosada sólo cuenta con los propios, una parte del PRO y un puñadito suelto de diputados de aquellas cuatro provincias donde LLA y los gobernadores ex Cambiemos han decidido juntas las propuestas electorales en una lista única.

Entre todos, no llegan al número de 80 para garantizar el tercio del bloqueo. La situación numérica del gobierno es realmente asfixiante, la estrategia de relación política con sus ex aliados incomprensible, y los resultados están a la vista: la derrota política se anuncia en toda la línea. Si no fuera porque en política, en general y como regla universal, nadie elige suicidarse antes de tiempo, toda la escena que el propio gobierno armó pareciera orientada a chocarse contra la pared y a toda velocidad. ¿Y después qué?

Otro golpe durísimo para el gobierno, también este miércoles en la sesión especial que pidió la oposición ampliada de Diputados, será la aprobación de la ley (viene con media sanción del Senado) que modifica radicalmente el modo de validar los DNU por parte del gobierno y el Congreso.

La última luz de esperanza institucional, aunque forzada al extremo como nunca antes, esto de gobernar por DNU y luego resistir los “contra vetos” con un tercio en alguna de las dos cámaras, se apagará en horas. Con la nueva ley será el gobierno el que tendrá la obligación de reunir mayoría absoluta, en ambas cámaras, y en un plazo de no más de 90 días de emitido el decreto, para sostener su validez. De lo contrario, se caerá su vigencia.

Con todo, al menos hasta estos días, y a diferencia de otros procesos políticos críticos de gobiernos en retroceso, la calle mantiene la calma, y no escala la violencia en las protestas, más vale lo contrario, la violencia innecesaria parte de operativos de seguridad desmesurados contra los manifestantes. Pero no es seguro que el clima que aún prevalece hoy, sea el mismo que domine la escena de mañana.

La semana trágica para Milei se completará el jueves en el Senado, cuando la oposición recontra ampliada termine de hundir el veto a la ley de ATN, esa herramienta que los gobernadores tanto aprecian, y daría una pequeña cuota de alivio al vaciamiento federal sin precedentes que opera para el 80 por ciento de las provincias. Algunos gobernadores, en las últimas horas, cuatro en total incluida la provincia de Santa Fe, recibieron unos 12 mil millones para morigerar una acumulación de deudas ya incalculables. El gesto, si es que pretende tener un efecto transformador de la derrota anunciada en el Congreso, parece pequeño, y sobre todo, tardío.

Cuando un dique se rompe, ya nada puede parar el caudal del agua inundándolo todo. Con el programa político económico vigente, y sin un cambio sustancial, la suerte de LLA está echada, es cuestión de tiempo.


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