No será el discurso con las novedades que más se esperan para la coyuntura inmediata. Para eso habrá que esperar un día más. Pero sí el que marcará el tono de la relación política con la Legislatura y con el que se relanzarán los objetivos del gobierno.
El gobernador Omar Perotti deberá desdoblarse este fin de semana para dejar inaugurado este sábado el período ordinario de sesiones de ambas cámaras y el domingo para dar a conocer (con discurso o a través de un decreto) la forma de adhesión de Santa Fe a las nuevas restricciones nacionales por la pandemia.
No lo aguarda un lecho de rosas en ninguno de los dos escenarios. Este domingo porque podría tener que agravar las medidas vigentes para intentar aplacar la curva de la segunda ola del coronavirus. Y hoy porque llega a un ámbito que no le fue favorable en su primer año de gestión.
“Nadie se salva solo”. La frase del Papa Francisco con la que cerró su discurso del año pasado, en el mismo ámbito que presidirá este sábado, podría volver a ser usada por el gobernador. Es la segunda vez que le tocará el mismo marco: ambas cámaras reducidas a su mínima expresión de presencias, apenas los titulares de bloque y algunos invitados especiales; el resto con conexión virtual.
Y un dato que sobrevolará toda la reunión, sin el presidente de la Cámara de Diputados, Miguel Lifschitz, internado en terapia intensiva por una infección derivada del Covid. Alguna referencia al tema probablemente pueda ser la mejor manera de romper el clima de tensión con los legisladores.
Balance negativo
Perotti llega a la Legislatura sin haber podido recomponer relaciones con un poder que le resulta esquivo. No logró en el período de sesiones extraordinarias, donde el Gobierno define los temas que se tratan, la aprobación de alguna de las leyes que considera más importantes. Ni la de conectividad, y menos las de reforma policial, que quedaron sin quien las defienda después de la salida del ex ministro Marcelo Sain.
El gobernador tendrá que enfrentar rápidamente una batalla política para que no se rechacen los dos vetos que el Ejecutivo dispuso para las denominadas leyes anti-Sain. No se resigna a sufrir una derrota en ambas votaciones, aunque nadie sabe si aceptaría un empate para salir del embrollo.
La búsqueda del senador número 7 desvela por estas horas al Gobierno, que hizo ya varios intentos para conseguir torcer la suerte de los números. Desde la Legislatura le ofrecieron “pardas”, pero por ahora no acepta el convite. Sigue confiado en una estrategia de seducción a algunos senadores, después de haber consolidado el bloque de “leales” en seis, igual número que el de los menos afines del mismo partido.

Preparatorias con clima especial
Las sesiones preparatorias suelen marcar el clima con el que se llega a la apertura de sesiones. En este caso la Cámara de Diputados puede exhibir un gesto humanitario más que político, al acordar la postergación de la renovación de autoridades, en vistas de la salud de Miguel Lifschitz.
Desde el Ejecutivo aceptaron el acuerdo al que llegaron todos los bloques de la Cámara, a pedido del Frente Progresista, de tomarse una semana para cumplir el mandato constitucional de elegir a las autoridades de Diputados. Aunque antes de la enfermedad del actual presidente, había consenso para reelegir a la misma cúpula que está en funciones.
En distintos bloques admiten que la salida que se adoptó tiene cierta debilidad desde lo reglamentario, y sembró preocupación por las consecuencias legales o jurídicas que pueda tener a futuro.
Probablemente la semana próxima se convoque a una reunión preparatoria, como la que debió hacerse la semana anterior, y con el voto de la mayoría se decida prorrogar el mandato de las autoridades actuales, se las elija de nuevo o se pase a un cuarto intermedio. Pero ya con la sesión convocada y no con la sesión suspendida como está ahora.
En cambio, en el Senado, la designación de autoridades del cuerpo y de las comisiones provocó el primer encontronazo institucional del año. Disconformes con la decisión, desde el Ejecutivo ordenaron a los senadores leales no votar nada de lo que se acordó a espaldas del Gobierno. Con tanta verticalidad se iba a cumplir la orden que hasta se puso en riesgo la segunda presidencia para una senadora afin al bloque del Ejecutivo, Cristina Berra.
Más alivio que antes
No obstante ese preludio, las visiones se dividen: para algunos el clima con el que la Legislatura recibe al gobernador es igual o peor al del año pasado, antes del receso. En cambio, otra mirada sostiene que ahora hay más alivio, porque ya no está la tensión a la que sometía al Gobierno el ex ministro Sain y sus dardos al parlamento.
“El gobernador no es precisamente un componedor, pero sus funcionarios sí, aunque a veces tengan que ‘actuar’ el enojo en su relación con los legisladores”, se entusiasman quienes habían cortado lazos enojados con el ex ministro de Seguridad.
Menos se habla de los temas que hoy Perotti abordará en su discurso. Entre los trascendidos figuran varios puntos que van a agrandar la agenda de trabajo de las dos cámaras. Se mencionan reformas a los códigos procesales, la digitalización de algunos procedimientos administrativos, cambios para el Ministerio Público de la Acusación, programas de viviendas, un repaso por las medidas tomadas y a tomar para atenuar los efectos de la pandemia y nuevos incentivos para la construcción.
La reciente media sanción del flamante Ministerio de Género y del proyecto que propone nuevas y más elevadas multas para los infractores de la pandemia, son dos señales de que el Legislativo tampoco quiere vivir en tensión permanente.
Después del mensaje del gobernador quizás pueda vislumbrarse si esas señales que comienzan a aparecer se transformarán o no en un camino firme para que transite la política santafesina.

































