El gobernador Omar Perotti pareció haber encontrado el tono conciliador que tanto le reclamaba la oposición. El cambio luce más notorio si se lo compara con otras frases más confrontativas que utilizó hace apenas un año en la misma Legislatura, también para una apertura de sesiones. “Voy a tomar las decisiones que haya que tomar, buscando el diálogo, el consenso y la unidad de todos los santafesinos”, dijo.
Pero a pesar del esfuerzo, desde la oposición no festejan tanto. Ni el deseo de pronta mejoría y recuperación para el presidente de la Cámara de Diputados, Miguel Lifschitz, que correctamente introdujo el gobernador al comienzo de sus palabras, arrancaron más que un aplauso de aprobación. “Acá a mi lado tendría que estar sentado un luchador, que le está dando pelea al Covid”, dijo con palabras sentidas.
Referentes de todos los sectores políticos le reconocieron casi unánimemente a Perotti, en su mensaje de rendición de cuentas en la Legislatura, haber hecho pública su intención de favorecer el diálogo y el consenso, de poner adelante las coincidencias por sobre las diferencias, pero no mucho más.
Tal vez porque creen que ahora viene lo más difícil: llevar a la práctica lo que se define en la teoría. Y en esa parte no todos están convencidos de haber entendido lo mismo. Por las dudas, no fueron pocos los opositores que casi al mismo tiempo del discurso ya planteaban críticas a lo que se decía. “Tuiteaban al mismo tiempo, casi como si estuviera convenido de antemano”, comentaron sorprendidos desde el Gobierno.
Quienes se resisten a creer en la voluntad política del gobernador de acercar sus distancias con los legisladores opinan que tuvo que cambiar más por conveniencia que por convicción porque la primera fase del plan falló. Y en eso incluyen las fricciones que provocó el ex ministro Marcelo Sain y sus intentos por romper las alianzas políticas que vienen del pasado.
“Cortar los vínculos con el delito es el piso de esta gestión. La connivencia con el delito es un límite para este Gobierno. No habrá vista gorda en la lucha contra las mafias y el crimen organizado”, repitió Perotti, reeditando con menos vehemencia sus palabras del año pasado. En aquella ocasión el acento estuvo puesto en los vínculos entre la política y el delito. Ahora fue menos descriptivo.

La danza de los proyectos y los plazos fijos
No solo ese gesto de haber bajado el nivel de confrontación política ofreció el gobernador a la Legislatura. También le bajó el tono a su reclamo para que le aprueben los dos temas que considera centrales para su gestión, la ley de conectividad y los proyectos de reforma policial, que eran tres, y anunció que agregará un cuarto para regular también la seguridad privada.
“Introduzcan las modificaciones que crean pertinentes”, pidió como moneda de cambio para conseguir la aprobación “cuanto antes” de un proyecto que es central en su gobierno y que requiere un crédito internacional de cien millones de dólares. “No es una ley para Perotti, sino para el presente y el futuro de Santa Fe”, enfatizó.
Para sacar del medio temas ríspidos respondió públicamente una cuestión que había sido motivo de varios pedidos de informes y que ya era una muletilla de la oposición en las redes: los plazos fijos que tiene el gobierno. Aclaró que no son los 70 mil millones de pesos que se dicen, sino 20 mil, una cifra que alcanza apenas para cubrir la masa salarial de un mes de empleados y jubilados en el caso de que hubiera una emergencia.
Para descomprimir se permitió una broma al desmentir la cifra más alta. “Como en las películas del oeste, se busca vivo o muerto y se recompensa” al que diga eso para saber dónde están esos fondos, porque no es verdad.
Otra comparación que utilizó para minimizar los montos de esa cifra sirvió para hablar de la deuda pública de Santa Fe. Dijo Perotti que es de 19 mil millones el vencimiento que se producirá en marzo del 2022 y que la provincia deberá pagar como parte del préstamo de 500 millones de dólares contraído por anteriores gestiones.

Una lista de anuncios
El gobernador formuló un detallado rescate de las obras y los proyectos de su gestión. Tal vez para dar respuesta a la consigna #PerottiNoArranca que en ese mismo momento enarbolaba la oposición en las redes sociales.
En el recinto, ni el anuncio de producción de cannabis medicinal ni otras importantes definiciones despertaron la admiración de los diputados y senadores, cada vez más inclinados a cambiar el estilo de estas alocuciones.
“El mensaje debería durar veinte minutos con las ideas centrales del gobierno, sin leer, y el detalle volcarlo a la página oficial de la provincia. Después de los 30 minutos el cerebro se cierra”, opinó un legislador después de haber atendido las más de dos horas de discurso del gobernador.
“Lo extenso no transforma a un gobierno en algo bueno”, comentó un diputado para cuestionar el minucioso detalle de números y programas que hizo Perotti. “Mezcló temas de relevancia con gestiones de mero trámite, pero sigue careciendo de una agenda o plan serio de gobierno que mire hacia adelante”, opinó.
El que tomó el guante de tanta refriega fue el ministro de Gobierno Roberto Sukerman, quien se preguntó si no es una “necedad” negar el informe de gestión. El funcionario admitió las críticas de la oposición “porque es su función”, pero cuestionó frases como “Perotti no arranca o no tiene un plan de gobierno” con la que se critica a la actual gestión, incluso después del detalle ofrecido en el recinto.
“Pueden decir que no comparten, que tienen otras ideas, que no les gusta. Pero no que no hay plan, cuando se ofreció semejante detalle de anuncios y obras”.
Como una pintura de lo que quiere para el futuro político de Santa Fe, el gobernador dejó escrito en el libro de honor del Senado una frase a tono con su discurso de apertura legislativa: “Sean el diálogo y la solidaridad valores permanentes”.
El discurso completo
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