El tsunami violeta que arrasó con Provincias Unidas no cambia los planes de los cinco intendentes peronistas de Santa Fe que saltaron el alambrado de la provincia y se encolumnaron con el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora. Esta semana mantendrán una reunión en la que analizarán los resultados de las elecciones y, especialmente, cómo avanzan con el armado. “El proyecto sigue; los intendentes que decidieron acompañar a Llaryora están firmes”, aseguró uno de los dirigentes que participa de las decisiones.
Más allá de esto, la dimensión del resultado los tomó por sorpresa. Si bien siempre estuvo latente la amenaza de la polarización, esperaban una mejor performance de Provincias Unidas. De hecho los intendentes perdieron en sus localidades: Jorge Berti en Villa Constitución, Roly Santacroce en Funes, Adrián Maglia en Baigorria, Guillermo Rajmil en Zavalla y Enri Vallejos en Reconquista. Tan cierto como que en esta elección no fueron plebiscitadas sus gestiones locales.
El golpe más duro para Provincias Unidas fue la derrota de Schiaretti en Córdoba, pero ni siquiera eso modificará su rumbo. “La coherencia y sostenibilidad la dan decisiones que no se juegan a todo o nada en una elección”, le dijo el intendente Jorge Berti a Suma Política para descartar cualquier duda.
Una de las ideas que sobrevuela a algunos integrantes del grupo es lanzar un partido propio que apuntale el armado; no está decidido, pero es una posibilidad que entusiasma. “No está mal, todo proyecto político tiene que tener un anclaje provincial y nacional”, repite uno de ellos. “Creemos que este proyecto va a seguir”, dice otro de los que prefiere el off. Y explica: “PU debutó en un escenario de polarización muy fuerte y en algunos lugares sin una organización territorial muy clara. Se votó anti kirchnerismo y anti Milei, no hubo lugar para terceras vías”.
Los intendentes insisten con las ideas base de su proyecto: la reconstrucción del peronismo santafesino y, paralelamente, ser parte de un peronismo federal y participativo. Eso, según sus miradas, lo encuentran en el liderazgo de LLaryora.
Más conocidos son los reproches que le hacen a la dirigencia peronista santafesina: falta de representatividad, que nunca fueron convocados, nula participación territorial y dependencia nacional para la toma de decisiones políticas. “Somos los que sobrevivimos. Después del gobierno de Omar Perotti quedó tierra arrasada y no hubo un solo diputado que levantase un teléfono para preguntarnos si necesitábamos algo. Sufrimos orfandad de representación de parte del PJ provincial”.
Pese a las diferencias con las autoridades del peronismo provincial, no dicen que todo lo anterior fue malo. Al menos, el intendente de Villa Constitución: “Es necesario rescatar políticas públicas anteriores a este gobierno y otras de éste que eran y son necesarias. Caminar por la síntesis pero no denostando a unos o a otros”, remarcó. “Nada se construye sin reconocer lo bueno, por poco que sea”, dijo, e instó a separar “las políticas públicas del kirchnerismo que generaron bienestar” de “los nombres propios”. Berti también marcó la necesidad de terminar con el “asistencialismo crónico” y reemplazarlo por uno con “compromiso cultural y laboral”.
Más allá de los matices —que existen entre ellos—, todos parecen coincidir en algo: “Nunca vamos a dejar de ser peronistas, no vamos a cambiar las banderas ni vamos a ser radicales”, aseguran.
En sus posicionamientos políticos aparece una definición que a otros peronistas les hace mucho ruido y, claramente, opera como divisoria de aguas: rescatan la gestión de Pullaro. “Creemos y compartimos el criterio federal y la visión productiva que tiene el gobernador. Y además su mirada participativa”, marca uno de ellos que, como al pasar, lanza un tiro por elevación a la dirigencia santafesina. “Lo mismo que hace Axel Kicillof, que se apoya todo el tiempo en los intendentes”.
Esa cuestión, la de la participación, los lleva nuevamente a Llaryora. “Provincias Unidas tiene el proyecto de generar un país federal y con representaciones territoriales. Por eso está firme y va a seguir”.
La mirada positiva hacia la gestión Pullaro hizo que, por ejemplo, Roly Santacroce anunciara públicamente días antes de las elecciones su apoyo a la candidatura de Gisela Scaglia. Fue el único de los cinco que se pronunció abiertamente. Ninguno se lo reprochó, al menos que se sepa, pero un par de ellos aclaran que fue una decisión a título personal del intendente de Funes.
Esta semana comienza a definirse, entonces, cómo sigue el armado del cordobesismo en Santa Fe: si largan un nuevo partido o acuerdan otra herramienta política. Todos son caminos posibles por estas horas, aunque —aseguran— el punto de llegada es el mismo: hacer valer el peso de los territorios y ser partícipes de las decisiones.
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Periodista. Cofundador y editor de Suma Política. Ex secretario de Redacción del diario La Capital. En Twitter: @rpetunchi
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