Connect with us

Hi, what are you looking for?

Política

Un presidente que jugó de local en cancha ajena, al calor de su hinchada

Tuvieron que pasar siete años para que un presidente vuelva a participar del acto oficial del Día de la Bandera en Rosario. En aquella oportunidad, Mauricio Macri dio un breve discurso ante un despoblado Monumento a la Bandera, por el operativo cerrojo que se había armado para impedir el reclamo de las organizaciones opositoras que cuestionaban el rumbo económico del gobierno. Esta vez el operativo de seguridad tuvo sus similitudes e incluso hubo una movilización que llegó hasta donde los custodios lo permitieron. La gran diferencia, quizás, fue la expectativa: los presentes esperaban por la llegada del presidente Javier Milei que viajó a la ciudad, se empachó del clamor popular de sus seguidores, y se fue antes del mediodía. Solo con eso le dio robustez a una fecha que venía deslucida en la ciudad. “No te costaba nada, Alberto”, bromeaba un militante peronista que se arrimó con curiosidad a la celebración patria.

Milei jugó de local en cancha ajena. Se amoldó a un acto que ya estaba armado y no titubeó a la hora de compartir protagonismo con el gobernador Maximiliano Pullaro y el intendente Pablo Javkin. Pero sus seguidores se encargaron de hacerlo sentir como en casa. No tenían banderas libertarias, ni estaban organizados en columnas, pero jugaron su partido. Las personas de bien, que el presidente reivindica cada vez que puede, no dudaron en abuchear al intendente cuando reclamó federalismo real, o en silbar al gobernador cuando pidió obras para el interior productivo de la Argentina. Por si faltaba algún mimo, casi todo el gabinete nacional se trasladó a Rosario para formar parte de la jornada.

Su discurso fue breve. Podría haber respondido a los pedidos de los anfitriones, pero no lo hizo. Se limitó a leer lo que estaba pautado. Las únicas improvisaciones eran los silencios que servían para escuchar los rugidos celebratorios de sus tropas que coreaban “presidente”, “peluca” y que se sumaron a los tres “Viva la libertad, carajo”, con los que cerró la jornada. El principal título que queda del 20 de junio fue la convocatoria a un nuevo Pacto de Mayo, pero que se celebrará el 9 de julio, en Tucumán. Como las aguas frescas del Chavo, que parecen de Jamaica, son de tamarindo, pero saben a limón.

El helicóptero llegó a las 9 de la mañana a Rosario y antes del mediodía ya estaba pegando la vuelta. En Buenos Aires lo esperaban para emprender una nueva gira internacional, la número nueve desde su asunción, con intención de recibir en España el Premio Instituto Juan de Mariana 2024 por su “defensa ejemplar de las ideas de la libertad”. En la previa, el acto en Rosario quedaba más que incómodo, pero el gesto acalla —al menos por un rato— las críticas por viajar más afuera que adentro del país. De yapa, se lleva dos regalos: un mini busto de Manuel Belgrano y una réplica del León que está en la entrada del Palacio de los Leones. Ambos de la intendencia. “Con Gisela somos medio pijoteros, no habíamos preparado nada”, bromeó a la prensa entre risas Pullaro, acompañado de su vice.

Entre chistes y silbatinas

Finalizado el acto, los funcionarios nacionales se retiraron sin hacer declaraciones. Y cuando se despejó el lugar, desde la organización abrieron el “corralito” que estaba armado para que la prensa dialogue con los funcionarios. En ese marco, Pullaro brindó sus sensaciones de la jornada. Dijo estar contento con la visita presidencial un 20 de junio después de tantos años y celebró la participación de gran parte del gabinete en la jornada patria. También fue consultado por su efusivo reclamo para la continuidad de las obras que están en marcha en la provincia y que quedaron paralizadas por decisión del gobierno nacional. Las interminables refacciones sobre el Monumento Nacional a la Bandera son solo una muestra de eso.

“Estamos convencidos de que Argentina va a salir adelante si la producción sale adelante, si salen adelante el campo, la industria y el comercio. Entonces no es un reclamo, sino que es una mirada que tenemos desde el interior productivo de la Argentina”, explicó. “Se van a retomar algunas obras nacionales. Estamos en este momento negociando cuáles va a tomar Nación y de cuáles nos vamos a hacer cargo nosotros como gobierno provincial. Hay obras que tienen que hacerse ya. La reparación de rutas es urgente, la cascada del Saladillo es urgente, el acueducto Gran Rosario es urgente”, enumeró.

El gobernador también reconoció que pudo hablar poco con Milei y que apenas intercambiaron “algunos chistes” que se iban haciendo mutuamente. En dos semanas, es la segunda vez que Pullaro hace de anfitrión del presidente argentino, y en ninguna de las dos ocasiones se pudo concretar una reunión bilateral. “Javier Milei es un presidente diferente, que tiene ministros que nos atienden, que nos escuchan, que nos reciben, que dialogan con nosotros permanentemente; gente de buena fe a quienes rescato. Son formas de gobernar. Yo soy distinto e intento estar en todos los temas”, expresó y agregó: “El gobierno nos recibe cada una de las áreas, cada vez que tenemos problemas. Son formas diferentes de gestionar”.

Por su parte, Javkin minimizó y hasta tomó con humor las silbatinas que se escucharon durante su discurso: “Es una forma de expresarse. Todo es legítimo. En general, los fanatismos en el Día de la Bandera no es algo que uno comparte, pero es la libertad de cada uno para opinar. A mí nunca me asustan las expresiones democráticas, vengo de la vida política universitaria, así que algo de oficio tenemos”.

Y valoró la llegada de toda la comitiva nacional, que incluyó a la vicepresidenta, Victoria Villarruel, y ministros de peso como Patricia Bullrich (Seguridad), Luis Petri (Defensa), Sandra Pettovello (Capital Humano) y Mariano Cúneo Libarona (Justicia), entre otros. “Estuvimos con el gabinete, que vino prácticamente entero. Ellos llegaron antes y compartimos un rato en la Sala de las Banderas. Ahí siempre uno aprovecha para hacer algún planteo más concreto”, deslizó.

Senadores con protagonismo

Entre los dirigentes que hablaron con la prensa también se destacaron los senadores nacionales por la provincia de Santa Fe. Carolina Losada tuvo su rato de protagonismo a lo largo de la jornada. Tras el discurso presidencial, la dirigente radical fue una de las apuntadas por Milei para ir a saludar personalmente. Para eso, el libertario tuvo que caminar algunos metros e incluso saltearse personas que estaban en el medio, para extender su saludo. No es menor. La dirigente fue una de las que acompañó la Ley Bases que el gobierno logró aprobar en el Senado, pese a contar con solo siete senadores propios. Un agradecido.

“Es lo lógico que un presidente venga al Día de la Bandera. El presidente (Alberto) Fernández no vino nunca y me parece lógico que el presidente esté en este tipo de eventos que son importantes. Es un momento que tiene que ver con todos los argentinos”, manifestó Losada. A su vez, acompañó el reclamo de Pullaro para que el gobierno se comprometa a concluir las obras empezadas en la provincia. “Dentro de la Ley Bases, uno de los puntos que logramos incluir es que las obras que estén en un 80 por ciento se terminen sí o sí. Más allá de que los problemas de la Argentina son graves, hay obras que necesitan terminarse”, sostuvo.

En tanto, Marcelo Lewandowski también se hizo presente en el acto, aunque ocupando un lugar más incómodo: esta semana la departamental rosarina del Partido Justicialista declaró “persona no grata” a Milei en la ciudad. Prácticamente no se vio a dirigentes del justicialismo local o regional en el acto oficial. Sin embargo, el dirigente se hizo presente, aclarando que estaba cumpliendo con un rol institucional como senador nacional por la provincia de Santa Fe.

“Es una fiesta de la ciudad. Y yo soy de la ciudad y soy senador de Santa Fe. Entonces, independientemente de quien gobierne, la responsabilidad de estar aquí correspondía. Uno viene demostrando lo que piensa, lo hice en mis votaciones con el DNU y la Ley Bases. No solamente diciendo lo que pensamos, sino proponiendo alternativas”, expresó. “Nosotros siempre pensamos que los presidentes deberían honrar este día como un hecho importante. Hoy estamos ante una figura política que piensa distinto de nosotros, pero es el Presidente de la Nación que la gente votó”, añadió.

Lewandowski también valoró el planteo de Pullaro reclamando obras y una mirada más federal al propio presidente. “Creo que el discurso del gobernador mostró firmeza en las cosas que esta política perjudica a Santa Fe. Cada uno hace su juego político”, manifestó y agregó: “Creo que ni las facultades delegadas, ni el RIGI son favorables a Santa Fe. Si en Diputados se mantiene lo que se votó en el Senado puede que sea menos dañino a la industria santafesina. Pero nosotros no estamos de acuerdo y lo dejamos expresado en el Congreso”.

Facebook comentarios

Autor

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar