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Política

Una multitud colmó el Monumento en defensa de la universidad pública y contra el veto de Milei

“Lo vamos a decir todas las veces que sea necesario: con la educación pública no, con la universidad pública no, con la ciencia no”. El grito del rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) se perdió entre los gritos y aplausos de las 100 mil personas que, se estima, participaron de la marcha federal universitaria en la ciudad. En una faceta menos conocida, Franco Bartolacci fue el orador principal de una jornada caracterizada por la transversalidad de actores presentes bajo una misma consigna: defender el financiamiento universitario aprobado en el Congreso, que el gobierno no convalidará.

Es la segunda movilización de la comunidad educativa universitaria en la gestión de Javier Milei. En abril pasado, la estrategia fue mostrarle al gobierno que la sociedad en su conjunto avala el reclamo. Por eso, comitivas de todas las universidades del país viajaron a Buenos Aires, donde atiende Dios. Esta vez, la intención fue generar manifestaciones locales, que además de masivas, también le imprimieron un carácter federal al reclamo.

En Rosario, la convocatoria estaba pautada para las 17 horas en Plaza Montenegro. El propio Bartolacci encabezó la movilización, escudado por referentes estudiantiles de diferentes procedencias: desde el Pampillón a la Franja Morada, pasando por el Alde, GIO, Pulsión o el Frente de Izquierda. La marcha avanzó por Córdoba con el sol a cuestas, que complicaba el trabajo de los fotógrafos. Luego, por Buenos Aires hasta Córdoba, hasta entrar en la zona del Monumento Nacional a la Bandera, donde tuvo lugar el acto principal.

La postal variopinta se reflejó en la participación de dirigentes de casi todo el espectro político de la ciudad, a excepción de La Libertad Avanza. También con la presencia de trabajadores: no solo dieron el presente los gremios asociados a la comunidad educativa, como pueden ser Amsafé o Coad, sino que sindicatos como la Uocra y La Bancaria se sumaron a la convocatoria. Al punto que gran parte de los manifestantes debió cambiar el chip del famoso canto que pide por la “unidad de los trabajadores” que fue mutando sobre la marcha a “universidad de los trabajadores”.

La jornada tuvo diversos oradores y finalizó con la palabra de Bartolacci. Su propia historia se refleja en el sentido de la marcha: nieto de abuelos analfabetos, llegó a Rosario desde la localidad de San Jorge, en el centro oeste santafesino, para hacer una carrera universitaria: “Es cierto que las universidades inventan. Inventan historias como la de quien hoy les habla, que pudo ser profesional y rector de una universidad tan prestigiosa”.

Pero más allá de la emotividad, el rector apeló a los números para sustentar el reclamo. Sostuvo que el 70% de los trabajadores de la educación superior del país cobran un salario por debajo de la línea de pobreza; que el desfasaje entre los aumentos concedidos y la inflación ya supera el 50%, y que los trabajadores universitarios recibieron un 20% menos que el resto de la administración pública nacional. “¿Cómo quiere, señor presidente, que ante esta indignidad, ante esta falta de respeto, no nos manifestemos?”, cuestionó.

También remarcó que la ley de financiamiento universitario aprobada en el Congreso demanda apenas un 0,14% del PBI y que el conflicto podría solucionarse usando solo un 8% del superávit acumulado en el primer semestre. El mensaje de Bartolacci también deja entrever un foco de conflicto respecto al presupuesto 2025. “Hay que advertir que si no se modifica el presupuesto, el próximo año será aún peor que este”, expresó y agregó: “Si el problema universitario no se soluciona, es por su responsabilidad y su capricho, señor presidente”.


Click para ampliar. Fuente: Daniel Schteingart (@danyscht)

La calle online


El gobierno esperó que finalicen las marchas en todo el país para ratificar su veto a la ley de financiamiento universitario. Con un comunicado en redes sociales, la Oficina del Presidente habló de un “irresponsable proyecto de aumento del gasto público” y dejó un mensaje para los legisladores que ahora tienen la pelota de su lado: “Ya no se puede hacer populismo demagógico con los recursos de quienes pagan impuestos”.

Milei estaba en jaque. Anticipar su veto a la ley motivó una nueva movilización masiva que indudablemente le genera un costo político, incluso con buena parte de su electorado que sigue viendo en la universidad pública un motor de ascenso social. No está claro qué pasará en el Congreso cuando se discuta el rechazo a la ley. Con el veto al aumento de los jubilados, el gobierno se anotó una victoria legislativa. Pero la universidad toca otra fibra sensible y nada garantiza que pueda repetirse. Si el Congreso finalmente insiste con el financiamiento universitario, Milei ya no solo pagará un costo político, sino también un costo financiero a su plan de austeridad.

La marcha sirvió de escenario para algunas figuras políticas que venían golpeadas o apartadas de la arena pública. En ese marco aparecieron imágenes como las de Sergio Massa abrazado con Guillermo Moreno; Cristina Fernández de Kirchner saludando desde el balcón del Instituto Patria; o Martín Lousteau movilizando junto a la Unión Cívica Radical. Hasta Horacio Rodríguez Larreta marchó en la Ciudad de Buenos Aires, aunque no pasó un buen momento cuando fue insultado por alguno de los manifestantes que cuestionaron su presencia.



En el comunicado, el gobierno también se refirió a esas situaciones: “El Poder Ejecutivo celebra el sinceramiento de los dirigentes Cristina Kirchner, Sergio Massa, Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió, quienes han decidido unirse públicamente con el objetivo de obstruir el plan económico del presidente. Esta convergencia deja de manifiesto la consolidación de un nuevo frente de izquierda populista en defensa de los privilegios de la dirigencia política”.

Se estima que un millón y medio de personas se movilizaron en las calles de todo el país. Mientras eso sucedía, el presidente pasó la tarde enviando mensajes por sus redes sociales. “La calle online”, como dicen las tribus digitales libertarias. La ola de retuits fue en un mismo sentido: vender como “opositora” una marcha cuya principal característica fue la transversalidad de actores. En principio, es difícil creer que ese mensaje pueda prender en sectores por fuera del núcleo duro libertario. La victimización como estrategia discursiva, a esta altura es poco novedosa. Pero si de verdad el gobierno no registra el mensaje, es un problema de otro orden.

Mientras tanto, y como se esperaba, el gobierno confirmó el veto y empieza a hacer el poroteo en Diputados. Cuando no se esperaba, las negociaciones con sectores del radicalismo –en algunos casos con denuncias de corrupción de por medio– le dieron una victoria legislativa importante, primero con la Ley Bases y después con el veto a jubilados. ¿Seguirá la misma estrategia? Por el momento, la confirmación del veto, aunque esperada, sigue tensando la cuerda con un sector de la sociedad, que también se materializa en una caída de la imagen en las últimas semanas.


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