La ola de la enorme marcha del 23 de abril contra el desfinanciamiento de las universidades nacionales finalmente llegó a la costa. Y produjo un impacto político relevante, en este caso, en Diputados. Este martes, en la Cámara baja se constituyó una mayoría opositora novedosa y muy amplia, que dejó servido un menú de leyes que serán dictaminadas entre el próximo jueves y el martes 28, que luego irán al recinto y restituirán todos los ítems de gastos de funcionamiento de las más de 60 universidades nacionales de todo el territorio nacional.
El gobierno no pudo bloquear una sesión que le arrancó la oposición, en este caso con la inédita conjunción de los bloques que han mantenido una actitud netamente enfrentada a la política libertaria (Unión por la Patria, la izquierda trotskista y el socialismo santafesino, entre otros) sumados esta vez a la totalidad del bloque de la UCR, con todas sus distintas tribus integradas, así como Hacemos Coalición Federal, Coalición Cívica, Innovación Federal, Por Santa Cruz y Movimiento Popular Neuquino.
La votación de 152 votos a 81 dejó nocaut al gobierno, y violentó al propio presidente, que, a esa misma hora, en otro acto, amenazó con “vetar los proyectos que rompan el equilibrio fiscal, me importa tres carajos”.
Se inaugura así un nuevo escenario: a la vez que se resquebraja la alianza política (con núcleo fuerte en la LLA y el PRO) que vino protegiendo hasta acá al presidente en el Congreso, aumenta la reacción rupturista de Milei que busca recostarse sobre un presunto apoyo de la mitad de la población argentina, pero que no encuentra los mínimos resortes institucionales para tranquilizar una deriva política que se carga de interrogantes cada día.
El giro del radicalismo en Diputados, que hasta acá nunca había dado el paso de negociar abiertamente con el peronismo una estrategia para emplazar al gobierno, tendrá consecuencias, y no se descarta que pueda también complicar la aspiración de la Casa Rosada de obtener el deseado dictamen de mayoría en el Senado para votar la ley Bases.
En concreto, lo que obtuvo esa nueva configuración opositora en Diputados fue votar un emplazamiento de las comisiones de Educación y de Presupuesto y Hacienda para que, el próximo jueves y el martes siguiente, firmen los dictámenes de los proyectos relacionados al financiamiento universitario y la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente.
El recinto dispuso (en una sesión que el gobierno intentó impedir hasta último momento) que el plenario de Educación y Presupuesto se reúna este jueves a las 14, con “la obligación de emitir dictamen” sobre presupuesto de las universidades nacionales; mientras que en esa misma reunión deberán tratarse las iniciativas sobre el FONID (Fondo Nacional de Incentivo Docente), para dictaminar el próximo martes 28 de mayo a las 15.
Los radicales se congregaron en las oficinas de De Loredo (presidente del bloque) a poco tiempo del inicio de la jornada y evaluaron qué harían luego que desde el Gobierno nacional llegó el anuncio de que se había acordado con el Consejo Interuniversitario Nacional un aumento del 270 por ciento (para gastos de funcionamiento, no de salarios) para todas las universidades, como sucedió antes con la UBA. Un incremento que regirá para este año. Pero el anuncio de la Casa Rosada, en boca del vocero Manuel Adorni, no alcanzó. Fue una promesa para el “próximo lunes”. Y los diputados querían ver la resolución escrita.
Por lo demás, el oficialismo ya había intentado frenar la sesión con la convocatoria al plenario de Educación y Presupuesto (comisiones que preside) para este jueves a las 16. Nada pudo parar la sesión, ahora el emplazamiento es para dos horas antes.
La estrategia principal del nuevo mapa que se configuró en el recinto de Diputados estuvo en cabeza y acción del diputado de Rosario Germán Martínez (UxP), que se valió de la oscilación del radicalismo, craneó la idea y, con interminables idas y vueltas en el mismo recinto, visitó a cada uno de los referentes de los otros bloques (en especial a Rodrigo De Loredo) para garantizar un acuerdo que siempre estuvo en tensión, pero que finalmente se concretó.
El peronismo kirchnerista (bloque principal con 99 integrantes) empieza a sacarse de encima el padecimiento que hasta acá viene sufriendo: ya no rige para los opositores “amigables” el principio de veto “con el kirchnerismo nada”.
La sesión se extendió por más de cuatro horas; luego de las clásicas intervenciones de “cuestiones de privilegio” —un modo de expresión sobre tema libre que antecede al tratamiento del tema en cuestión— el presidente de la Cámara, Martin Menem, forzó todo lo que pudo los aspectos reglamentarios buscando evitar lo inevitable: que aparecieran los votos de una amplia mayoría “emplazando” para restituir recursos mutilados a las más de 60 universidades nacionales. Más allá de la UBA, que ya consiguió su cometido con una semana de anticipación.
Con todo, la recuperación presupuestaria de las universidades nacionales —y más allá del veto a la ley con que ya amenazó hoy Milei— alcanza a los gastos operativos, pero continúa pendiente la recuperación salarial docente y no docente, que alcanza una pérdida no menor al 35 por ciento desde la era libertaria, según distintos cálculos.
Autor
