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Economía

El Fondo y el fondo: la economía de dos velocidades

Inspectores del FMI que escrutan cada caja, ligas de gobernadores que claman por un peso, crisis sectoriales, protestas y realineamientos sindicales y un invierno económico que convive con récords de turismo al exterior. La historia no se repite pero algunas imágenes muestran estremecedoras semejanzas con aquellos tortuosos días del principio del siglo. Incluso las que condensan el momento social en un drama personal, como el del trabajador del puerto de Rosario que debió subirse a una cinta para reclamar por su indemnización.

La percepción de que el último truco del ministro Luis Caputo comienza a perder gracia se va generalizando entre los decisores económicos. El dólar se empina y el costo de renovar deuda se eleva, mientras las calificadoras internacionales prenden alarmas y las divisas del colchón no se mueven. Tras la modificación del régimen cambiario decidida en abril, a cambio del préstamo de salvataje que le otorgó el FMI, por 20 mil millones de dólares, las reservas del Banco Central no crecen pero sí las deudas y el déficit externo.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó esta semana que el rojo de la cuenta corriente, que mide el intercambio de bienes y servicios con el exterior, llegó a 5.191 millones de dólares en el primer trimestre de 2025. El desequilibrio en la balanza de servicios es uno de los principales aportes a este agujero, con 4.500 millones. Y dentro de este ítem, la diferencia entre turismo emisivo y receptivo explicó el egreso de 3.464 millones. El superávit en el comercio de bienes cayó 3 mil millones de dólares en un año y no alcanza para cubrir estas cuentas.

Más allá del relato que se esfuerza por consolidar el equipo económico, la experiencia histórica señala el deterioro de la cuenta corriente como el detonante de grandes crisis económicas, como la del 2001 o la del 2018.


Ricos y pobres


Asociado al atraso cambiario y el endeudamiento, este déficit externo también conecta con las brechas sociales. En los últimos días circuló el estudio elaborado por la consultora Moiguer sobre las diferencias que la Argentina pesificada y la Argentina dolarizada presenta en los patrones del consumo. En la primera, atada a ingresos salariales que se pulverizan, la demanda se estanca. En la segunda, explotan los viajes al exterior y la compra de divisas y bienes de alta gama. El 50 % de los encuestados para el informe reveló que no llega a fin de mes, otro 23 % compra dólares y un 11 % realiza compras en el exterior. El diagnóstico ubica al 6 % de los hogares en la clase alta, con ingresos superiores a 9 millones de pesos mensuales, al 40 % en la media, con un piso de 1,5 millones y al 50 % en la clase baja.

El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) optó por un enfoque patrimonial. Señaló que el 10 % más rico de la población del país concentra el 59 % de la riqueza, mientras que el 50 % se queda con el 4 %.

El Indec difundió el jueves el informe sobre distribución del ingreso correspondiente al primer trimestre. Señaló que el coeficiente de Gini, un indicador de desigualdad, bajó desde el pico de marzo de 2024. Pero este dato, que en principio habla de una mejora distributiva dentro de un universo acotado de ocupados, se contrapesa con la suba que experimentó en los últimos tres meses. Y eso no es todo. Otro índice que habla de este desequilibrio, el que mide la población con ingreso per cápita familiar menor al 50 % de la mediana (el punto medio del total), fue del 20,4 % y creció más de dos puntos porcentuales tanto en la comparación interanual como en la trimestral.



El crudo invierno


Los laberintos de la estadística pueden llevar también al presidente Javier Milei a celebrar el aumento en el consumo privado que midió el organismo oficial entre los primeros tres meses de 2024 y 2025. Un salto alentado por la baja base de comparación y la tracción del gasto asociado al sector de mayor poder adquisitivo, como los viajes al exterior, en medio de una actividad económica que se ralentiza trimestre a trimestre (la tasa de crecimiento bajó de 2 % a 0,8 % entre diciembre y marzo). Y que en la última medición mostró un récord histórico: las importaciones representaron el 32 % del PBI, la proporción más alta de los últimos 135 años, según apuntó el director de planificación de Fundar, Daniel Schteingart.

Las importaciones están desplazando a la producción local en el mercado interno. “Y el impacto no se vio todavía en su plena magnitud”, advirtió esta semana el vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Guillermo Moretti. El último reporte sobre mercadería ingresada por aduanas santafesinas que elaboró el Instituto Provincial de Estadística y Censos (Ipec) mostró en abril un aumento de 25,3 %. La maquinaria agrícola ocupa el tercer lugar entre los bienes importados durante el primer cuatrimestre.

Esto no es gratis. Entre noviembre de 2023 y marzo de 2025 se perdieron 13.068 puestos de trabajo registrados en Santa Fe.



Nadie se salva


Las bombas de profundidad que caen sobre la economía difunden su impacto sobre cada vez más sectores. La nueva conducción de la UIA busca despertar a la entidad de su siesta tejiendo relaciones con el resto de las patronales del comercio y del agro y, sobre todo, con algunos gobernadores apuntados como recambio político.
El regreso de las alícuotas plenas por retenciones a la exportación de soja y maíz unificó en las quejas a mandatarios provinciales y las gremiales de la producción primaria. Junio cierra con una lluvia de declaraciones juradas de exportación para anticiparse al cambio de esquema impositivo.

“Entendemos que la finalización de la rebaja en los derechos de exportación genera suma preocupación y desigualdad en todo el campo, teniendo presente que la medida fue tomada en el medio de procesos productivos y que muchos de ellos se encuentran inconclusos al 30 de junio próximo”, señaló la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) en un comunicado de urgencia.

La cámara que agrupa a las cooperativas del agro elabora desde hace años un semáforo sobre la situación de las economías regionales vinculadas al sector. La última medición ubicó a nueve cadenas en rojo, siete en amarillo y solo dos en verde. Algodón, arroz, papas, naranjas, manzanas, yerba y vino, entre otras cadenas, sufren la suba de costos, la apertura importadora y la eliminación de organismos de apoyo y regulación del mercado.

Pero el gran cultivo tampoco está de fiesta. El Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) comparó los costos en dólares de 13 insumos, bienes y servicios relacionados con la producción de granos en Argentina, con los de países competidores en la región y también en el Hemisferio Norte. En la gran mayoría están por arriba.

Mientras el agro y la industria apuestan a la influencia política, parte del movimiento obrero organizado calienta la calle. Un nuevo nucleamiento gremial, el Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y el Salario Justo, debutó con una movilización masiva hasta la sede del Ministerio de Desregulación que conduce Federico Sturzenegger, a quien consideran “el monje negro” del programa de Javier Milei. Mientras la CGT hace fintas para ahorrar acción, sindicatos del transporte, portuarios, agroexportadores e industriales, junto con organizaciones sociales y estudiantiles, ensayan una reedición de aquel viejo Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) de los años 90. Con origen en la pelea contra el decreto de desregulación del transporte fluvial, el nuevo espacio captó rápidamente la adhesión de otros gremios en base a tres ejes de disputa: contra el desguace estatal, el cepo salarial y los despidos.



Tú también, city


A falta de otros activos, el gobierno devolvió el golpe con su capital simbólico: suprimió el asueto por el día del empleado público. Pero al mismo tiempo recibió una trompada desde su propio gremio, el de los brokers. En pocos días, la calificadora MSCI se abstuvo de “ascender” de categoría a los bonos argentinos y Moody’s alertó sobre un escenario áspero para el financiamiento corporativo. Fue en la semana en que una misión del Fondo Monetario llegó para revisar el cumplimiento de los deberes asumidos por el gobierno a cambio de tomar nueva deuda por 20 mil millones de dólares para sostener el tipo de cambio hasta las elecciones.

La city entiende que Caputo deberá pedir un perdón por el incumplimiento en la meta de acumulación de reservas, dentro de un contexto en el que el riesgo país no baja lo suficiente como para volver al mercado financiero global y en el que sostener la rueda del endeudamiento cuesta cada vez más caro.

El equipo económico contraoferta el sobrecumplimiento de la meta de superávit fiscal. Pero sostenerlo en medio de una economía fría que pierde recaudación obliga a llevar el ajuste a zonas peligrosas en materia de prestaciones públicas elementales pero también en términos de un gradual aumento de costos políticos. La mueca de crueldad que tanto le paga al gobierno puede convertirse sin aviso en una confesión de impotencia.

Los gobernadores sienten esta depresión fiscal y aceleran su convergencia en torno de un nuevo pacto federal ad hoc, que quieren cristalizar en un proyecto de ley para repartir el impuesto a los combustibles y, si gana el empuje de los más duros, también los Aportes del Tesoro Nacional. El oficialismo apeló a otra respuesta simbólica: la reactivación del Consejo de Mayo, aquel programa libertario que ya nació extraviado en el calendario y que ahora lucha para que no se lo trague el tiempo.


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