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Política

El gobierno bloqueó el aumento a los jubilados y no pudo frenar la ley sobre discapacidad: el voto de los santafesinos

El gobierno rascó el fondo de la olla y de la mano de un grupo de gobernadores, rescató a un puñado de sus aliados originarios y, pese a que varios de ellos quedaron fuera del esquema electoral libertario para octubre, le volvieron a tender una mano para una votación clave: la insistencia por la ley vetada por el presidente que otorgaba una mejora del 7,2 por ciento a la escala salarial de los jubilados, y, entre otros beneficios, un aumento de 40 mil pesos en el bono para las jubilaciones mínimas.

El aumento para jubilados ya es historia; por segundo año consecutivo, la Casa Rosada reunió a un tercio de la Cámara, los llamados “héroes” en 2024, que de todos modos se contrajeron de aquellos 87 a 83 este miércoles en una sesión tensa e incierta hasta el final. Los 160 votos favorables no fueron suficiente porque no alcanzaron los dos tercios sobre el total de votantes, que fueron 249, incluyendo 6 abstenciones. Fue concurrencia récord al recinto, con sólo ocho bancas sin ocupar (257 es el total de diputados).

Para el segundo veto en importancia que se discutió este miércoles, en primer término, la mayoría agravada de los dos tercios se inclinó para el lado de la oposición: en el caso de los fondos para discapacidad, las maniobras oficialistas no pudieron evitar la ola y la votación salió 172 a 73 con cuatro abstenciones. La insistencia ganó con cierta comodidad, y se prevé un resultado igual o aún mayor a favor en el Senado, donde quedará definitivamente bochado el veto, y la Casa Rosada no tendrá más chances que promulgar una ley que nunca hubiera querido promulgar.

De una simple lectura se observa que entre el primer veto tratado (discapacidad), alrededor de las 16, y el segundo (jubilados) sobre las 20, el conglomerado opositor perdió 12 votos y el oficialismo ganó 10. Fueron esas cuatro horas entre una votación y otra donde el clima se enrareció; los llamados, aprietes y promesas inclinaron la balanza para el otro lado del recinto. El gobierno ganó la partida que más temía, y perdió otra que también le duele, pero que no pudo evitar.


Los santafesinos


Los santafesinos que dieron sus votos determinantes para sostener el veto presidencial contra el aumento jubilatorio fueron Verónica Razzini y Gabriel Chumpitaz (bloque Futuro y Libertad, escindido del PRO); Luciano Laspina, Alejandro Bongiovanni, Germana Figueroa Casas y José Núñez (del PRO); Romina Diez, Nicolás Mayoraz y Rocío Bonacci (de LLA), nueve en total.

Los 10 diputados santafesinos restantes (hasta conformar el total de 19) votaron favorable al aumento de los jubilados, incluidos los peronistas de Unión por la Patria (Germán Martínez, Diego Giuliano, Florencia Carignano, Eduardo Toniolli, Magalí Mastaler y el monobloquista Roberto Mirabella de Defendamos Santa Fe); junto a los dos de origen radical ahora en los bloques Democracia para Siempre (Melina Giorgi) y el monobloque Unidos (Mario Barletta). También lo hicieron por la positiva los socialistas (Mónica Fein y Esteban Paulón).

La provincia de Santa Fe, con el resultado 10 a 9, y asistencia perfecta, estuvo sobre el promedio del total de votos (160 a 83 y 6 abstenciones) de la Cámara a favor del gobierno nacional, en el caso de los jubilados. Para la emergencia en discapacidad hubo otra configuración de votos entre los santafesinos: sólo cinco a favor del veto, una ausencia y 12 votos que finalmente ayudaron a ganar la votación opositora para sostener la ley.



Los gobernadores


En el tramo final antes de las votaciones por los vetos presidenciales, jugaron fuerte un puñado de gobernadores, como los de Entre Ríos, Misiones, Río Negro y Neuquén que votaron con el gobierno, se abstuvieron o estuvieron ausentes.

También jugaron en contra de los jubilados los mendocinos que responden al gobernador Alfredo Cornejo, Lisandro Nieri y Pamela Verasay, acompañados por compañeros de bancada: Atilio Benedetti, Soledad Carrizo y Gerardo Cipolini. El santacruceño José Luis Garrido (hombre de Claudio Vidal) también fue por la negativa. La misma postura tomó Francisco Morchio de Encuentro Federal, quien responde a Rogelio Frigerio.

Respecto a las seis abstenciones –que colaboraron con la caída de la insistencia contra el veto-, cinco fueron de las gobernaciones de Entre Ríos y Misiones: Marcela Antola de Democracia para Siempre que responde a Frigerio, y Alberto Arrúa, Carlos Fernández, Yamila Ruíz y Daniel Vancsik de Innovación Federal, que están alineados con Hugo Passalacqua de Misiones. También se abstuvo María Eugenia Vidal, que si bien quedó fuera de juego en la Capital Federal con el armado de LLA y el PRO, y manifestó en estas horas que “busca trabajo a partir del 10 de diciembre”, prefirió no dañar el armado libertario a la hora de la votación.

Por último, dentro de los ocho ausentes que optaron por no votar estuvieron Agustín Domingo de Innovación Federal, quien responde a los pedidos de Alberto Weretilneck, gobernador de Río Negro. Tampoco estuvo Tanya Bertoldi, diputada nacional de Unión por la Patria, dialoguista del gobernador neuquino Rolando Figueroa.

El tan conversado cierre de listas para octubre, que deja objetivamente a varios de los gobernadores colaboracionistas antes mencionados enfrentando electoralmente a LLA en sus propios distritos, sin embargo no fue motivo suficiente para un quiebre más profundo entre la Casa Rosada y esos mandatarios.

No fue el caso de las propuestas provincialistas, como Santa Fe y Córdoba, donde se nutre el emergente Provincias Unidas con Pullaro y Llaryora a la cabeza; no hubo acompañamiento táctico al gobierno nacional y sumaron sus representantes al gran conglomerado opositor, que tuvo una satisfacción con discapacidad y una decepción profunda con jubilaciones.


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