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Política

El plan de los mil millones de dólares para “blindar” obras y liderazgos

“Es una decisión que busca asegurar que en 2025 se lleven a cabo obras por 1.500 millones de dólares”, destacó el senador provincial al que el gobernador Maximiliano Pullaro llama públicamente “mi jefe político”. Ese apelativo usó el jefe del Estado provincial para dirigirse a Felipe Michlig en cada uno de sus discursos a las Cámaras, al asumir en diciembre de 2023, iniciar el año legislativo en mayo de 2024 y el 1º de este mes por el mismo motivo. Un año atrás, era una expresión que encerraba una definición política, hoy es un trato de respeto y ciertamente afectuoso para el presidente del Comité provincial de la UCR.

Es que el liderazgo de Pullaro sobre Unidos para Cambiar Santa Fe, el frente de frentes al que tanto contribuyó Michlig, está fuera de cualquier discusión. Más con las perspectivas que da la chance de un segundo mandato consecutivo por la reforma parcial de la Constitución que comenzará el 14 de julio. O las que se abrirán eventualmente en el plano nacional. Todo dependerá de qué suceda en las elecciones de medio término para renovar el Congreso; no solamente importa lo que suceda con los comicios porteños domésticos, más allá de que el golpe al macrismo ha sido duro.

Mientras, en Santa Fe hay certezas políticas fuertes para el proyecto político de Pullaro y el oficialismo. Ahora se buscan asegurar las de tipo económico. El plan para “blindar” las obras públicas es también para hacerlo con el liderazgo político.



El PJ del Senado votó a favor


El presidente provisional del Senado explicó que producto de políticas para cuidar al máximo el gasto, hacerlo “más eficiente” y tener “objetivos claros” en la gestión a contracorriente del resto del país, Santa Fe pudo hacer inversiones en infraestructura y equipamiento por 500 millones del billete verde. Y que con el plan de financiación que recibía en ese momento media sanción del Senado —resta Diputados, y que dé el visto bueno la Casa Rosada— se podrá duplicar este año lo que el Estado provincial dedicó en el anterior.

El costo es triplicar el endeudamiento que hoy tiene Santa Fe, cuyo nivel aún cuando la operación se concrete “seguirá siendo bajo”, destacó desde la oposición Rubén Pirola (PJ-Las Colonias) que, con el voto favorable de la bancada que lidera, en efecto dio la nota.

La noticia es tanto la aprobación y pase a Diputados en tan solo una semana de estadía de los mensajes del Ejecutivo, como que el Bloque Justicialista del Senado de Santa Fe votó junto al oficialismo.

Son dos leyes que se trataron juntas para que la zona de Rosario no reciba las críticas habituales del resto de la provincia pero corresponde a proyectos diferentes. Para la zona portuaria se necesitan 150 millones de dólares y ya hay una fuente de financiación identificada: el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe. Obviamente, esa deuda no podría recibir objeciones. En cambio, emitir deuda por un monto inédito, sin que se hayan identificado las obras a realizar y en un contexto internacional que muestra aún efectos de la patada de Trump al comercio internacional, es otra cosa.

Dudas como esas ha adelantado en un pedido de informes el diputado justicialista Walter Agosto. El ex ministro de Economía de Omar Perotti explica en los fundamentos que cuando dejó su despacho la deuda santafesina era de 571 millones de dólares y que hoy bajó a 567, por los pagos previstos.

“El gobierno nacional aún no ha salido a colocar deuda en el mercado internacional debido al elevado nivel de riesgo país y a la volatilidad que presenta el contexto global”, advierte Agosto. “Se corre el riesgo de endeudarse a tasas elevadas y en moneda extranjera, recreando la misma situación de 2016/17, que llevó a muchas provincias a la cesación de pagos y/o reestructuración de sus deudas”, sostiene en una minuta que tiene todas las firmas de la bancada perottista y del interbloque del PJ.

El peronismo del Senado, en cambio, entiende que hay condiciones aceptables para tomar esos riesgos y que lo que importa es que haya una distribución equitativa de las obras. Por eso pusieron como condición para la unanimidad que junto al expediente pero sin formar parte de la ley, vaya a Diputados una lista de pedidos para los cinco departamentos que representan. 



Valor de cambio


Alguna vez el kirchnerismo en el ejercicio del poder dio lecciones sobre cómo hacer política con la chequera, gracias a los ATN. Ya no hacían falta “delegados” o normalizadores partidarios abre puertas a las provincias peronistas, o desagradables intervenciones a los gobiernos provinciales que no formaran parte o estuvieran cerca de sus posiciones. Y ciertamente a Santa Fe, como a Córdoba y San Luis, les costó una detracción ilegal de su coparticipación que recién cuando estaba por asumir Juntos por el Cambio la Corte Suprema de Justicia de la Nación les reconoció.

Es evidente que gobernar es también tener un proyecto político de poder. Y que aquí la gran diferencia con la Nación son las obras públicas: todas las máquinas que mueven suelos, asfaltan, cavan y tienen gasoductos, acueductos o plantan torres para líneas de energía eléctrica funcionan con el combustible del presupuesto provincial.

El gobierno nacional actual también se parece a los K en aquellos gestos autoritarios propios del único bien cuyo único valor de uso es su valor de cambio: el dinero. No es casualidad que nuevamente Santa Fe sea la provincia que menos Adelantos del Tesoro Nacional recibe en todo el país, y a la que menos inversiones le otorga la Casa Rosada —que ha abandonado obras de saneamiento, en vivienda, rutas y autopistas, y que en cambio sí convierte en autopista a la Ruta Nacional 11 solo en Formosa.

La administración Milei no paga lo que por ley les corresponde a los santafesinos por no haber transferido la Caja de Jubilaciones de la Provincia a la Nación en los 90 y exige que Santa Fe resigne su acreencia billonaria para transferirle la propiedad de las rutas nacionales.

Ahora, Pullaro buscará tener todo listo para ir a golpearle la puerta al ministro Luis Caputo para poder tomar una deuda voluminosa en el exterior que requiere el visto bueno del Poder Ejecutivo Nacional, ya que no hay inversión ni ayudas como a otros estados, como tampoco la prometida baja en las retenciones al agro.



Otra Cámara, ¿otros tiempos?


Las dudas sobre la deuda a tomar en el exterior por mil millones de dólares fueron resumidas en siete preguntas por Agosto. En lo que queda de mayo o principios de junio deberían responderlas Pablo Olivares, Lisandro Enrico y acaso también Fabián Bastia, los ministros de Economía, de Obras Públicas y de Gobierno, si se busca un amplio consenso también en la Cámara de Diputados, para la ley de autorización del “empréstito”, como les gusta decir a los justicialistas para recordar a la Baring Brothers y Rivadavia.

Desde su banca, con unos dardos que no parecían dirigidos al peronismo, el senador Michlig pidió a los diputados que “no demoren” el tratamiento como había sucedido con otros expedientes… Y que se le brinde al gobernador esta herramienta de gestión cuanto antes. El rumor es que una parte de los mayoritarios socialistas en la Cámara baja no estaba, el jueves 22, dispuesta a una aprobación a libro cerrado en tan solo una semana. Y se habla de una próxima sesión el 6 de junio. 

Por ahora el expediente con media sanción del Senado ingresó formalmente para su tratamiento a la otra cámara y de inmediato pasó a comisiones en Diputados. Lo hizo sin que se le votara una preferencia, como para que quede claro que las cosas no serán tan sencillas ni veloces como en el Senado. Habrá que ver.


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