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Política

Reunión por la seguridad: un saludo con lecturas políticas y una agenda para recuperar la iniciativa

Promediaba la sesión de la junta de seguridad provincial en Casa de Gobierno. Armando Traferri, designado por unanimidad de sus pares como uno de los dos representantes del Senado en ese encuentro, se paró de repente, tomó su portafolios y se retiró antes. Por unos segundos hubo tensión, hasta que el legislador se acercó a la mesa principal y dijo algo al oído del gobernador Omar Perotti, con el que no hablaba hace tiempo:

—¿Te vas? —le preguntó sorprendido el mandatario santafesino, según alcanzaron a escuchar quienes estaban más cerca.

—Llamame. Sabés que podés contar conmigo —leyeron en la boca del senador por San Lorenzo.

En el inicio de la reunión, Perotti había saludado con el mismo trato afectuoso a todos los participantes, oficialistas y opositores, dando sentido a esa señal de apertura que fue convocar a representantes de los tres poderes para hablar de la seguridad, el tema que más importa.

Ese gesto del senador del peronismo al retirarse, que exageradamente algunos describieron como un medio abrazo que no fue tal, tuvo tanta repercusión política como la movida del gobierno de recuperar la iniciativa al convocar a los tres poderes para armar una agenda sobre seguridad antes que se lo imponga la ley de emergencia recientemente sancionada.

Tanto fue así que el otro senador que estuvo en el cónclave, el radical Rodrigo Borla, no dudó en interpretar que ese saludo sirvió para que todos se enteren de que en el peronismo se cerró la grieta interna. En realidad ya hubo otros gestos anteriores que anticipaban ese estado de las relaciones. Por ejemplo la aprobación sin demoras del presupuesto 2022, que después se trabó en Diputados y que podría ser sancionado esta semana.

Que la probable unidad del peronismo, o de algunos de sus sectores, incomoda a la oposición quedó demostrado con la reacción de algunos diputados que no dudaron en contar que en la reunión reservada para los medios Traferri fue el único que hizo política y defendió al gobernador Perotti. 

No sólo con su salida temprana de la reunión el legislador de San Lorenzo se encargó de que se hablara de su saludo con el gobernador, sino que estuvo a sus anchas haciendo declaraciones a los periodistas que esperaban en la vereda de la Casa Gris ansiosos por saber algo de lo que pasaba adentro. Fue ahí y no adentro donde se volvió a hablar fugazmente del ex ministro Marcelo Sain.

Ante una consulta, Traferri se extendió en opinar que el gobernador había estado mal asesorado y que su principal rival en la historia reciente de la política santafesina —por Sain— le hizo mucho mal a la actual gestión.

Sobre la tan comentada reconciliación con el gobernador, cerca del senador sólo se admite que hubo un acercamiento y que empezó a haber diálogo, después de varios meses de teléfonos cortados, pero nadie firma nada a futuro.

Quienes quieran buscar alguna crítica en los dichos del senador podrán quedarse con la defensa que hace de los planes Abre y Nueva Oportunidad, de la anterior gestión, incluso ahora que fueron reemplazados por el plan Incluir.

Un temario de todos

De la reunión de la junta de seguridad en sí, casi todos quedaron conformes: unos porque la venían reclamando y el gobierno porque pudo “primerear” con la convocatoria, que se repetirá con reuniones cada 30 días o en menos tiempo si acuerdan que en emergencia eso es necesario.

El primer paso fue dado con amplitud. Hasta el ministro de la Corte Suprema de Justicia Rafael Gutiérrez estuvo en la cabecera y habló, cuando nunca antes había concurrido a reuniones similares convocadas por el gobierno de Miguel Lifschitz.

Gutiérrez protagonizó una de las notas salientes del encuentro, en el que imperó la catarsis de los legisladores sobre la actualidad del problema. Fue cuando el titular del Ministerio Público de la Acusación, Jorge Baclini, intentó exponer una larga demanda de reclamos de necesidades, incluso comparando la situación en ese aspecto de Santa Fe con Córdoba.

“Esta no es una reunión para pedir, sino para pensar soluciones en conjunto para la gente”, cuentan que lo cortó en pleno vuelo.

Del lado del gobierno podrán exhibir la idea de armar un consenso político por la seguridad, que se traducirá en unos días en el armado de una agenda con varios puntos, producto de todo lo conversado en las más de tres horas de exposiciones. “Lograr un mayor consenso entre los que estamos de acuerdo y trabajar sobre el disenso para acordar políticas de Estado con todos los poderes”, resumió el ministro Marcos Corach.

De ahí se dará prioridad a algunos asuntos concretos, en una práctica similar y que dará continuidad a aquella reunión a fin del año pasado cuando el gobernador convocó a legisladores nacionales y provinciales y al Consejo Económico Social. De ese debate surgió una agenda de temas que se cumplió casi por completo en poco tiempo: incluía por ejemplo declarar la emergencia en seguridad y cambiar de ministerio al Servicio Penitenciario.

Este nuevo clima político, donde todos se sienten responsables por la inseguridad, podría ser un buen comienzo para canalizar las propuestas, tener una dinámica de trabajo que continúe y elaborar un plan a largo plazo que cuente con el compromiso de todos los actores de la política santafesina. No es poco.

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