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Política

Una motosierra para Santa Fe

Un digesto que incluya todas las leyes innecesarias que hay en la provincia de Santa Fe y en municipios como el de Rosario, una defensa de la “deslegislación” o de la “descontaminación legislativa” y un proyecto de una motosierra para Santa Fe con políticas de reforma para los estados provincial y municipales.

Ese es el espíritu de cambio y las propuestas que lanzó la Fundación Libertad en su cena anual de fin de año, que se realizó este martes en Rosario con la presencia del ministro nacional Federico Sturzenegger.

Sin los desacuerdos y descalificaciones que tuvo una cena similar en abril de este mismo año en Ciudad de Buenos Aires -convocada entonces para celebrar el 36 aniversario de la entidad, a la que asistió el presidente Javier Milei y derivó en una polémica sobre si había pedido que no invitaran a Ricardo López Murphy y después por sus propios dichos-, la velada anual de fin de año en Rosario se destacó por la sintonía de los políticos presentes.

Además de una cena formal, el encuentro anual de la fundación Libertad es una tribuna de ideas. Lo hizo notar el intendente Pablo Javkin, cuando habló después del presidente de la fundación organizadora, Gerardo Bongiovanni, quien le agradeció su presencia, también recordando que es su vecino de edificio.

Lo propio hizo con su presencia, sin discurso, la vicegobernadora Gisela Scaglia, que asistió en representación del gobierno provincial. La senadora nacional Carolina Losada, el diputado provincial Martín Rosúa, y varios concejales rosarinos del PRO como Carlos Cardozo y Anita Martínez también dieron el presente, así como Guillermo Dietrich, ex ministro de Transporte en el gobierno de Mauricio Macri. Por la Corte santafesina concurrieron el presidente elegido para el 2025 Roberto Falistocco, y Daniel Erbetta. Los diputados nacionales Alejandro Bongiovanni y Gabriel Chumpitaz sumaron a la nómina de presentes.

Sturzenegger, Javkin y Scaglia coincidieron como diputados nacionales en 2015. “Fuimos colegas en una etapa frustrante de la Cámara”, contó al auditorio el intendente. “Es un gusto verlo en otra función”, dijo al iniciar sus palabras a modo de elogio para el ministro nacional.

Javkin habló en primer lugar de seguridad pública, algo que reclamó en las últimas tres cenas de la misma fundación. Para tener conciencia de lo que pasaba en Rosario reiteró un dato que viene repitiendo como una muletilla: “Pasamos años dificilísimos. Dos guerras de Malvinas en cuatro años de personas fallecidas por el crimen y la violencia sufrimos en la ciudad. Entre 2021 y 2022 tuvimos más de 500 personas asesinadas”, recordó.

“Y hoy cambió”, reconoció, y lo adjudicó al trabajo mancomunado entre el gobierno nacional y la provincia de Santa Fe. “En marzo de este año tuvimos el desafío más grande que esta ciudad haya tenido en su historia, cuando cuatro trabajadores fueron asesinados en un intento de paralizar una ciudad en Argentina. Nunca se había llegado a tanto”.

Contrastó con lo que pasa a fin de este 2024: “Un millón cuatrocientas mil personas en actividades públicas sólo en los últimos quince días, ocupando las calles de la ciudad; miles de turistas alojados en hoteles rosarinos desde julio, y el índice de violencia más bajo del siglo, no solo de homicidios, sino computando heridos de arma de fuego y crímenes de alta intensidad o lesiones graves en materia de delito. Estamos en menos de un tercio de los hechos que vivimos en 2023”.

Para Javkin “eso demuestra que los resultados son otros cuando los gobiernos, no importa de que origen provengan, se ponen un objetivo serio de política pública, y todo el accionar de los distintos niveles del Estado, desde una urbanización en un barrio violento, una intervención barrial focalizada o un allanamiento, en la prevención de la vida de los vecinos”.

También resaltó la importancia de haber cambiado “un sistema judicial como el Federal, en el que pasaban tantas cosas, había un enorme nivel de impunidad y complicidad en el sistema que la ciudad tenía para prevenir el narcotráfico”.

“Los resultados son otros y la ciudad es otra. Empieza a cambiar, porque acá no terminó nada. Falta un montón”, aclaró.

En sintonía con lo que diría después Sturzenegger, el intendente mencionó la ordenanza aprobada en Rosario para simplificar trámites, con la anulación de 158 normas que complicaban las gestiones de los vecinos.

También destacó que en 2025 Rosario “va a tener entre provincia y municipio en materia de obras públicas la inversión más grande del siglo”.

Auguró que el año próximo se va a discutir un viejo reclamo de la ciudad, como es la autonomía municipal, y deseó que “también podamos discutir en la Argentina cómo se distribuyen los recursos, cual es la estructura impositiva y quien cumple las funciones”.

Finalmente instó a “debatir la solución práctica de los problemas por encima de un debate ideológico abstracto. Que no quiere decir que uno no tenga ideas ni pensamiento, pero no podemos darnos el lujo, en el espacio temporal en el que ocupamos una función pública, de discutir más sobre problemas en el aire sin tomar definiciones claras”.

En un guiño al gobierno nacional, celebró que “el sentido común que tantas veces se reclamó es lo que empieza a imperar: un país que tenga moneda, que tenga un sistema institucional democrático que funcione, que tenga instituciones de justicia que puedan repartir las cargas en una sociedad de manera equilibrada y que permita a sociedades como esta ser un motor en la Argentina”.


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