Los trabajadores no dejan de perder en La Invencible. Los últimos registros del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) publicados durante esta semana sostienen que Santa Fe llegó a abril de este año con la misma cantidad de trabajadores formales que en el mismo mes de 2024. Asimismo, la provincia registró un aumento en la cantidad de monotributistas. Este estancamiento de la masa trabajadora se da en un contexto de pérdida del poder adquisitivo que ya acumula cinco meses sin freno y de especial ensañamiento contra las pequeñas y medianas empresas.
La Secretaría de Trabajo de la Nación para Santa Fe informó, a través del SIPA, que el empleo privado registrado no presentó cambios entre abril de 2024 y 2025, contabilizando 511.900 empleos con estacionalidad. A su vez, los informes revelan que desde el comienzo del gobierno de Javier Milei en diciembre de 2023 se perdieron cerca de 10.000 puestos de trabajo formales.
“A partir de la caída de la primera parte del año pasado hay un estancamiento del trabajo formal, cuando ya se habían perdido diez mil empleos privados registrados”, destacó el exministro de Trabajo provincial Juan Manuel Pusineri en diálogo con Suma Política, y apuntó que los sectores que más perdieron en la provincia “son industria y construcción, y después el resto de los rubros tienen oscilaciones positivas y negativas. La pérdida central está en esos dos sectores”.
Pusineri subraya que los empleos que se pierden en el sector formal registrado son absorbidos rápidamente por el sector informal: “La gente no puede dejar de hacer cosas para poder tener un ingreso, porque no llega a mitad de mes. Esto hace que, en el orden más macro, lo que se vea es un deterioro en la calidad del empleo. Lo que se pierde de empleo formal se traslada al monotributo como una forma de obtener ingresos. El Indec también está marcando una informalidad del 40 por ciento que lo que denota no es un aumento del empleo de calidad, con aportes, convenios, protecciones legales, entre otros derechos, sino de los trabajadores que mutan en monotributistas”.
Según el exfuncionario justicialista, la situación laboral deriva de una “depresión muy importante del mercado interno”, producto de que el consumo interno está deprimido a niveles que impactan “fuerte” en la actividad y, por consecuencia, en el empleo “con salarios que han perdido desde 2023 a la fecha una parte importante de su poder adquisitivo”, completando un círculo del desastre: la falta de ingresos que superen —o de mínima acompañen— la inflación “lleva a que el nivel de consumo esté detenido”.

Los más afectados
“Al no haber obra pública, también la construcción está afectada. En la construcción lo que más trabajo genera y que mayor multiplicador aplica es el de vivienda, siendo que en la provincia no hay planes de viviendas que se puedan llevar a cabo”, analizó Pusineri.
Los números del SIPA sostienen que, a nivel nacional, el empleo se redujo en los rubros Pesca (1,4 %), Explotación de minas y canteras (0,6 %), Transporte, almacenamiento y comunicaciones (0,2 %), Servicios comunitarios, sociales y personales (0,1 %) y en el rubro Industrias manufactureras (0,1 %).
Por el contrario, los sectores que equilibraron la pérdida fueron los rubros de Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (1,6 %), Construcción (0,8 %), Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (0,4 %), Comercio y reparaciones (0,2 %), Enseñanza (0,2 %) y Suministro de electricidad, gas y agua (0,2 %).
La malaria no sólo se llevó puestos cerca de 10.000 puestos de trabajo durante los últimos doce meses, sino que desde diciembre de 2023 hasta la fecha se perdieron 237.445 puestos de trabajo, al pasar de 9.857.173 en noviembre de 2023 a 9.619.728 en abril de 2025. Así lo indica el último informe de la situación del mundo del trabajo realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que fija la retracción de la masa de trabajadores formales registrados en 2,41 %.
En paralelo se destaca también la baja en la cantidad de empleadores: los espacios que generan trabajo también disminuyeron en los últimos meses de acuerdo a los registros del SIPA. Según el organismo oficial se perdieron 15.557 empleadores entre noviembre de 2023 y abril de 2025, y la rama con mayor pérdida fue la de servicios de transporte y almacenamiento, con 3.898 casos menos. Los especialistas del CEPA destacan un dato: el 99,7 % de las empresas que cerraron las persianas tenían hasta 500 trabajadores (contabilizando 15.508 casos, según el registro), mientras que solamente el 0,3 % eran empresas de más de 500 trabajadores (49 casos).
Empero, casi 9 de cada 10 empleos que se perdieron correspondían a este último tipo de empresas (206.085 empleados desafectados y despedidos entre las empresas de más de 500 trabajadores), mientras que las empresas más chicas (menos de 500 trabajadores) explican solo el 13,0% de la pérdida de empleo (31.360 casos).
Salarios a la baja
Después de la devaluación de diciembre de 2023 los salarios perdieron 55 % de su poder adquisitivo, que se fue recuperando a cuentagotas, pero en mayo pasado, último mes del que se tiene medición, los salarios del sector privado quedaron 1,4 % por detrás del registro de noviembre de 2023: un trabajador formal gana lo mismo que hace un año y medio atrás, y acumula un retroceso continuado del 5,5 % entre enero y mayo.
El titular del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, Luis Campos, apuntó a Suma Política que “el salario viene cayendo desde febrero. En marzo y abril cayó mucho al igual que en mayo, entonces lo que tenés es una tendencia de deterioro de los salarios, que tiene que ver con una decisión del gobierno que forzar los salarios como ancla inflacionaria”.
“La discusión sobre las paritarias, la presión del gobierno nacional para que los acuerdos salariales no pasen del uno por ciento mensual, todo dibuja una línea que tiene que ver con el no crecimiento de los ingresos”, apuntó Campos y sostuvo que el gobierno de La Libertad Avanza “venía usando distintas anclas para contener la inflación. Un ancla de contención era el precio del dólar, que al menos estaba puesto en discusión en el último tiempo. Si el ancla cambiaria no es tan efectiva, entonces tiene que reforzar las otras. Una de ellas es la salarial. Lo cual nos lleva a que se congelen o reduzcan los salarios. Y por otro lado, la caída o el estancamiento de la actividad productiva, lo cual se traduce en menos horas trabajadas”.
Para el investigador existe una caída “muy importante de los salarios en los últimos cuatro meses; volvimos a estar por debajo de los niveles de noviembre de 2023, lo cual es una caída importante”. Según su análisis, el mes de abril también había presentado una caída profunda en materia de ingresos: “En el mejor de los casos, estamos yendo hacia un estancamiento de los salarios en niveles que son históricamente bajos. Siempre hablando del sector privado”.
En este contexto, quienes han tenido un mayor impacto negativo en su capacidad de compra han sido los trabajadores públicos desde el comienzo de la gestión libertaria: “Entre noviembre de 2023 y abril de 2025 hubo una pérdida de casi un tercio del poder adquisitivo, el 31 por ciento; es una verdadera debacle de los ingresos. Incluso en las provincias, que en promedio cayeron un 9,5 por ciento, lo cual también es una debacle muy marcada”, lamentó Campos.
