La grieta de la gastronomía

La pandemia también abrió una grieta en la gastronomía rosarina. La limitación de horarios de la semana pasada y las mayores restricciones desde este fin de semana provocaron reacciones en el sector que tienen matices.

La protesta de la semana pasada fue una concentración promovida por la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica y Afines de Rosario (AEHGAR) y el Paseo Pellegrini. Este sector podría definirse como el más moderado, el que cuestiona las formas de comunicación, consulta e implementación del gobierno provincial pero aclara que no discute las decisiones de carácter sanitario. Son los que se reunieron con los ministros provinciales, no los que persiguieron a algunos de ellos mientras cruzaba la plaza San Martín.

Pero hay otro sector más confrontativo, que participó de aquella protesta, y que también ahora organizó en soledad otra movida (se hizo este viernes en Moreno y Santa Fe) para exponer una realidad que describen como económicamente desesperante.

Este sector promueve un decreto provincial de emergencias gastronómica y pide trabajar con protocolo, sosteniendo que de lo contrario mucha gente realizará reuniones clandestinas. Dice hablar en nombre de 2.000 establecimientos gastronómicos.

Este sector tiene una posición crítica sobre el manejo de la crisis: “Decían que nos sobraban camas, que hasta de Buenos Aires podrían venir acá, pero nunca se aisló la ciudad, y ahora estamos así. Porque siempre vamos atrás del problema”.

Y opinan sobre el conjunto del manejo: “Fuimos un ejemplo para el mundo cuando cerramos todo, hasta nos peleamos con otros países. Pero hacemos todo al revés. Los chicos que estudiaban por Zoom ahora se desconectaron porque ya les dijeron que aprobaron todos. Lo que hicimos no sirvió para nada”.