La impactante comodidad con la que el gobierno nacional consiguió atravesar la Cámara de Diputados con la ley Bases, y sus 142 votos para darle media sanción en general, será puesta en tensión desde este próximo martes en el Senado, cuando arranque el debate del plenario de comisiones en el ala sur del Palacio del Congreso.
El país es uno solo, los climas políticos de época permean más temprano que tarde a través de los anchos muros de ambas cámaras del centenario edificio, pero la historia lo demostró muchas veces y volverá a ocurrir con la ley Bases: el comportamiento de ambas cámaras suele ser distinto ante la misma pieza jurídica.
Presupuesto y Hacienda, Legislación General y Asuntos Constitucionales arrancan el debate por la remixada ley ómnibus el próximo martes a la 14, siguiendo el miércoles desde la 10 y otro tanto el jueves 9 de mayo, desde la misma hora. Aunque el jueves está por verse si los alcances del paro general de la CGT también alcanzan a la actividad en la Cámara alta.
El oficialismo con su plataforma ampliada al PRO, a un sector mayoritario del radicalismo y legisladores de distintos bloques provinciales, trae un impulso innegable desde Diputados. Ganó todas las votaciones de la ley Bases, aunque si bien algo reducida en tamaño y alcance, conceptualmente la misma que había sido derrotada el 6 de febrero, en el mismo recinto. El oficialismo libertario celebra, tal vez más aún que los votos obtenidos en Diputados, que todo lo consiguió con un sorprendente silencio callejero, sin resistencia, y sin tirar una sola bala de goma y ningún cartucho de gas lacrimógeno.
Un triunfo pleno, aunque, desde ya, no definitivo.
¿Qué pasó de febrero a abril para que se verifique este cambio de clima favorable a la estrategia mileista?
Estabilidad del dólar y baja relativa de una inflación muy alta, a otra alta (la actual), un modesto cambio de tendencia acompañado de la continua caída de la actividad económica y del salario. El punto de cambio de tendencia de la V, donde todo lo que bajó empieza a subir, es, por ahora, mera ilusión, pero todo indica que un sector de la opinión pública honra la expresión “de ilusión también se vive”.
El oficialismo operó con relativo éxito sobre los gobernadores, dos semanas atrás, y renovará esa intensidad en los próximos días para obtener en el Senado una mayoría que al día de hoy no tiene. Los números para aprobar o rechazar la ley Bases están muy ajustados, levemente inclinados para el lado del rechazo. Una reunión de los 33 legisladores de Unión por la Patria (UxP), este último viernes, sin ausencias, trajo tranquilidad a José Mayans, el jefe. No tendrá fisuras.
La moneda está en el aire con al menos media docena de senadores, por fuera del bloque de UxP; en especial los casos de Eduardo Kueider (Entre Ríos) y Camau Espíndola (Corrientes), que no tienen gobernadores por encima y están atados a su conciencia. Otro caso muy sensible es el de Mónica Silva, de Río Negro. Así como los senadores por Santa Cruz, José Carambia y Natalia Gadano, ligados al gobernador Claudio Vidal, secretario general del sindicato petrolero, uno de los gremios directamente afectados por la reinstalación del impuesto a la cuarta categoría. Este sábado el gobernador de Chubut, Nacho Torres, fue categórico en una entrevista que concedió en su provincia: “Los patagónicos van a votar en contra de Ganancias”, aseguró.
“Estamos bien los 33”, jugó con la metáfora Mayans en una entrevista por Radio 10, este sábado, aunque sabe que la pelea, además de esquivar los bombazos de algunos gobernadores propios que se dejaron tentar por la Casa Rosada —como Raúl Jalil de Catamarca— es ir por los votos ampliados con que el Senado le dio un duro golpe a Milei cuando le rechazó el DNU 70/23 con 42 voluntades.
Desde ahora se empiezan a cotejar detalles y pronósticos para la gran final de la ley Bases. Por caso, si la ley obtiene apoyo mayoritario ajustado en general, pero luego sufre el rechazo de algunos capítulos (no modificación, directamente rechazo), ¿qué necesitaría el oficialismo en Diputados para, en un segundo turno, reimponer su voluntad mayoritaria expresada tras la maratón de 30 horas del 30 de abril?
En ese detalle puede estar la suerte política del proyecto Bases. Porque si obtuviera aprobación en general pero luego rechazo (con 37 o más votos, mayoría absoluta) de algunos de los segmentos más conflictivos (facultades delegadas, entre otros), luego Diputados necesitaría una mayoría súper ampliada de dos tercios para validar su media sanción original.
Con todo, en la primera minoría opositora en el Senado no quieren dar ningún voto por seguro como no sean los 33 propios, y descuentan que estarán bajo fuego de operaciones y presiones hasta el instante mismo de la votación en el recinto. Alguien del bloque cuya presidencia ocupa la oficina del segundo piso del Palacio, en la esquina de Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen, le dijo a Suma Política: “Con los opositores blandos no te podés confiar, por ahí te aparece una (Margarita) Stolbizer que habla pestes de la ley, pero después te la vota a favor”. Sin decirlo, el aludido era Martín Lousteau (UCR), que votó con UxP contra el DNU 70/23, y que a estas horas empieza a asomar como rechazando la ley Bases.