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Política

Cómo el gobierno nacional le dejó un gran argumento de campaña a Pullaro

Un cisne negro irrumpe en la campaña electoral de la capital provincial y las localidades vecinas, más precisamente sobre el muy significativo río Salado. Todavía vuela bajo pero ya nada a gusto, en una semana intensa de cruces y tensiones entre el oficialismo provincial y la oposición que proviene de La Libertad Avanza.

La Casa Rosada, por medio de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), ordenó al gobierno provincial suspender la construcción de un nuevo puente para unir a la ciudad de Garay con Santo Tomé, la segunda urbe más poblada del Departamento La Capital.

Y lo hizo luego de que el actual puente Carretero (que quedará a menos de dos metros del que se ejecuta) estuviera cerrado casi por completo del 28 de marzo de 2024 al 25 de noviembre del año pasado. Fueron ocho meses de suplicios de un tránsito que ya era, antes de las averías imprevistas del año pasado, muy complicado.

Santotomesinos y santafesinos escriben sus gentilicios con esa letra ese que en Buenos Aires no se respeta. Y los que tienen sus actividades diarias en la otra orilla, en aquellos meses, estudiaron mudarse o directamente lo hicieron ante los embotellamientos de la única vía disponible: el puente sobre la autopista a Rosario, que podía demandar dos horas extras o más frente al volante.

Otros optaron por dejar sus autos y usar bicicletas a diario porque ese, en un momento, era el único vehículo permitido sobre el Carretero. Más tarde pudieron ir en la Línea C de colectivos, siempre abarrotada de pasajeros.

Las dificultades fueron muchas: desde las urgencias en salud, y las emergencias para el comercio santotomesino, hasta el fin de algún noviazgo. Son ciudades pegadas y con múltiples usos comunes e intercambios.


Fechas significativas


En este asunto, todas las fechas son importantes y la primera a observar es que el domingo 13 se votan los convencionales reformadores provinciales. En la lista de Unidos para Cambiar Santa Fe está primero el gobernador Maximiliano Pullaro. Y lo mismo sucede en cada departamento con los senadores del oficialismo. El frente que gobierna la provincia juega en pocos días su partido más importante en el año.

Otra marca a considerar en el calendario es que el gobierno de Santa Fe celebró, con un acto público y con fuerte cobertura en medios y redes, el inicio de las obras para el nuevo puente, que será paralelo al existente (porque el tránsito diario lo requiere). Y que lo hizo justo el día 28 de marzo, al año exacto de que comenzaran los dolores de cabeza del Carretero, que es parte de la Ruta Nacional 11 y que la Nación tanto demoró en solucionar.

Al día siguiente de que las máquinas comenzaran con el movimiento de suelos y la preparación del terreno, el 29 de abril —una fecha trágica para los santafesinos—, se inició el período de 15 días anteriores a la elección, en los que el Poder Ejecutivo Provincial tiene por ley prohibida la publicidad de sus actos de gobierno.

Pues bien, ha sido la Nación quien le ha dado la excusa perfecta al gobierno provincial para que no se hable de otra cosa que de esa obra “que realiza Santa Fe, con fondos de los santafesinos y que debería haber hecho la Nación”, según repite con razón el ministro de Obras Públicas Lisandro Enrico. El tema escaló hasta algunos medios nacionales.

Las versiones asociadas a la dura interna de La Libertad Avanza en la provincia no parecen reunir suficientes elementos. La decisión se tomó indudablemente en Buenos Aires y, como en tantos otros errores no forzados de la gestión nacional, es evidente que nadie pensó en las repercusiones que tendría esa decisión política, no muy diferente a la que antes destrozara un monumento a Osvaldo Bayer en la Patagonia, bajo la excusa de que no estaba autorizado en la jurisdicción vial nacional. 

Parecía fácil parar las obras sin más y marcarle la cancha a Santa Fe, simplemente con una comunicación (ver acá), al cabo de tantas críticas por el mal estado de las rutas nacionales y la judicialización de los reclamos. 



Una promesa de décadas


La historia del tránsito cada vez más complicado entre Santa Fe y Santo Tomé lleva décadas de compromisos incumplidos por gobiernos nacionales. Sólo hubo promesas que sirvieron en varias campañas electorales del kirchnerismo.

Santa Fe y Santo Tomé tienen en el puente Colgante y el Carretero símbolos tan relevantes como el Monumento a la Bandera en Rosario. Siempre se recuerda aquel palco de 2007 que en Sauce Viejo (otra localidad que necesita ese puente) reunió a la entonces candidata a presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a las autoridades provinciales justicialistas de entonces, y al ex presidente Néstor Kirchner. Allí se dijo que era un hecho el nuevo puente.

Ahora, Pullaro lo planteó durante la crisis del Carretero y, a un año de entonces, los trabajos están en marcha. No hubo objeciones públicas al proceso licitatorio por parte de la Nación y ambas jurisdicciones firmaron un convenio de colaboración. De pronto, justo en la campaña, todo se tensa.


Estudios


Desde el primer gobierno de Jorge Obeid, en plena Convertibilidad y privatizaciones de los 90, se comenzaron a estudiar trazas posibles. Pero solo hubo avances en el papel: se produjeron toneladas de estudios sobre opciones viales, flujos de tránsito y estudios de impacto ambiental e hidráulico.

En tres décadas la Nación ha hablado de “compensar” a Santa Fe con el nuevo puente, ya que las arcas provinciales se hicieron cargo de convertir en autovía a la Ruta Nacional 19 desde Santa Fe hasta la ciudad cordobesa de San Francisco. E incluso se llegó a firmar un convenio que al día de hoy le da derechos a Santa Fe. Fue por impulso del ex senador justicialista por La Capital, Juan Carlos Mercier, el ex ministro de Hacienda y Obras Públicas santafesino, que poco creía en las promesas kirchneristas.



Lo que reclama Vialidad


La DNV tiene serios argumentos para exigir más información a la provincia. Debe sin dudas hacerlo. Por ahora no están, según su comunicado oficial hecho en Buenos Aires, los estudios de impacto ambiental ni de efectos hidrológicos de la obra provincial que, en algún momento, deberá unirse a la Ruta Nacional 11. Obviamente, con su visto bueno.

Hay dudas que parecen razonables sobre la ubicación de los pilotes a hincar en el lecho del río, aguas arriba de la estructura existente. La principal objeción es que la recurrencia de eventos de inundación usada para el diseño del trabajo en marcha es de hace 50 años. Parece mucho medio siglo pero el viejo Carretero de 1939 se planificó con una de 100. 

Un dato para comparar: la defensa del borde oeste de la ciudad capital, que no estaba cerrada en 2003 y por eso actuó como un dique cuando ingresó el Salado, acumulando tres metros más de agua en los barrios del sur respecto del río, se completó años después de la inundación. Se la calculó, acaso exageradamente y con cola de paja, con altura suficiente para una recurrencia de eventos de 100 años del Salado y de otros 100 años del río Paraná. Hasta ahora no hay registros de que coincidan crecidas en ambos sistemas fluviales. Y la ciudad de Santa Fe está ubicada entre ambos.


Una decisión inexplicable


Aún con todos esos aspectos técnicos —nada menores— la Casa Rosada pudo evitarse otro gol en contra. Nada obligaba a la repartición nacional a dar la instrucción de que se detengan las obras que finalmente serán vinculadas a su jurisdicción.

Bien pudo por ejemplo la DNV hacer públicas esas supuestas falencias en conferencias de prensa o informes, sin provocar que ahora las alas negras del orgullo santafesino doblemente herido comiencen a batirse.

Al gobierno de Pullaro la extraña decisión vial tomada en algún escritorio porteño (que por estas horas busca bajarle el tono en conversaciones extraoficiales con funcionarios santafesinos) le ha dado la oportunidad de hacer realidad la expresión que tanto le gusta al gobernador sobre “la invencible provincia de Santa Fe”, que se ganó el brigadier López al enfrentar a Buenos Aires (y que recuperó para el uso oficial José María Vernet en los 80).

El cisne negro del nuevo puente Santa Fe-Santo Tomé puede incluso tomar la épica de los prisioneros de guerra que construyen, en el cine de los años 50, “Un Puente sobre el Río kwai” y dejan a salvo su dignidad. La ciudad ya vivió algo parecido cuando Carlos Reutemann logró la reconstrucción del Colgante, que tantas críticas provocara en otras geografías santafesinas. 


Cuestión de plumas


La metáfora del ave de extraño plumaje que se queda con todas las miradas habla de la aparición de lo inesperado, de una sorpresa. Nació para la teorización sobre la historia reciente, pero se emplea más en el análisis político de corto alcance.

Debe tenerse presente que abril no es cualquier mes desde que se sancionó en Santa Fe la Ley 14.384 que declaró la necesidad de la reforma de su Constitución. La Provincia renueva su carta magna, eso es lo central en términos institucionales. Pero también está claro que el oficialismo expone su gestión.

El tema ha desplazado en la capital provincial al incipiente debate sobre la propuesta de unicameralidad que, por derecha, tanto La Libertad Avanza como Somos Vida de Amalia Granata, buscaron instalar, aunque el punto no esté habilitado en la norma.

El discurso a favor del federalismo frente a un gobierno nacional de Obra Pública Cero, que además ahora impide las que quiere hacer la provincia, ha quedado servido en bandeja para el Frente de Frentes. Enrico habló enojado por radio de la comedia clásica “El Perro del Hortelano” y, ciertamente, no puede leerse más que como un comportamiento caprichoso detener una obra cuya necesidad se acepta desde fines del siglo pasado.


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