El oficialismo lejos está de recuperarse de las heridas que dejó el acuerdo con el FMI y hoy martes arrancó otro debate que vuelve a poner en veredas enfrentadas al albertismo y al kirchnerismo.
En un plenario de comisiones del Senado, comenzaron las deliberaciones por la nueva composición del Consejo de la Magistratura. Una vez más, el oficialismo se encuentra con “la soga al cuello”. Es que el Congreso, tras el fallo de la Corte, debe sancionar una nueva ley antes del 15 de abril.
Este medio consultó a tres kirchneristas de paladar negro (como exige la portavoz de Presidencia Gabriela Cerruti) si hoy acompañarían el proyecto enviado por el presidente Alberto Fernández en diciembre pasado, cuando el fallo de la Corte que declara inconstitucional la conformación del Consejo era inminente.
Las respuestas fueron variopintas, pero ninguno confirmó que hoy saldría a “bancar” la iniciativa del Jefe de Estado que sube de 13 a 17 los integrantes del organismo.
¿Un dato de color? Del debate que comenzó esta tarde, y que contará con la visita del ministro de Justicia, Martín Soria, y su número dos, Juan Martín Mena, además del actual presidente del Consejo de la Magistratura, Alberto Lugones, participan dos comisiones: Justicia y Asuntos Constitucionales. La primera la preside Oscar Parrilli; la segunda, Guillermo Snopek. Ambos votaron, hace menos de una semana, en contra del acuerdo con el FMI.
El titular del Instituto Patria, Oscar Parrilli, ya había dado pistas sobre la disconformidad que hay, al menos en un ala del oficialismo, en torno a la iniciativa del Poder Ejecutivo.
“No descarto consensuar un proyecto del Consejo de la Magistratura, soy un defensor de la ley actual”. ¿Y el proyecto del presidente? Bien, gracias. En ese reportaje radial que dio semanas atrás, el neuquino se limitó a defender la ley que vence el 15 de abril, que tiene a su jefa política como artífice.
¿Insistirán desde el ala que responde a CFK con el proyecto que ella misma impulsó en 2006, cuando era senadora? “No creo que se insista con la conformación vigente; no van a dar los votos, creo que se buscará un punto de consenso”, dijeron desde ese sector ante los dichos del neuquino.
Para bajarle un tono a las diferencias que hay en torno al proyecto de Fernández, aclararon que “ni aún con todos les senadores de acuerdo, podría salir” por lo que “hay que negociar sí o sí”. Es que para que el proyecto sea ley requiere del aval de la mitad más uno del total de ambas cámaras. El Frente de Todos no tiene ese número en ninguna. El kirchnerismo, menos.
A eso se le suma que, en el Senado, el aliado incondicional del oficialismo, Alberto Weretilneck, ya presentó su propia iniciativa. Consciente de que las chances de que avance son bajas, por no decir nulas, es probable que el rionegrino pida que se contemple algo de su proyecto a cambio de su voto en el recinto.
La duda por estas horas es si el kirchnerismo acompañará “a regañadientes” (como le dijo una fuente a este medio) el proyecto de Fernández, con alguna que otra modificación para sumar a los aliados, y dejar atrás el tema.
O si con las heridas todavía abiertas tras la sanción del acuerdo con el Fondo hace menos de una semana, intentará torcerle el brazo al presidente e imponerle una vez más la agenda judicial. Como hizo, por caso, con la Reforma Judicial, que sufrió cerca de 30 páginas de modificaciones, o el pliego de Daniel Rafecas para ocupar el cargo de procurador General, que duerme en el Senado desde marzo de 2020.
El riesgo es alto. Durante la votación del acuerdo con el Fondo, los tableros de Diputados y del Senado dejaron en evidencia que el kirchnerismo, al menos en el Congreso, no es más que una minoría intensa.
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Periodista acreditada en el Congreso de la Nación. Cronista.com, Radio Perfil, y DiputadosTV. En Twitter: @ddeurieta
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