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Política

El debate sin sorpresas que se inicia en la Legislatura por tres ministros de la Corte

Hubo muchos más periodistas que legisladores; y más lugares vacíos en la mesa de trabajo de la Comisión de Acuerdos de calle 4 de Enero al 1500 en la capital santafesina, que ventanas de participantes conectados por zoom a la reunión. La bicameral presidida por Joaquín Gramajo tuvo una sesión en la que formalmente ingresaron los pliegos de los candidatos a ministros de la Corte Provincial que ya tienen el consenso político necesario dentro del oficialismo. E incluso más, porque en el trío de nombres para sumarse a la cabeza del Poder Judicial de Santa Fe una porción importante de la oposición tiene su parte.

Sólo un par de los integrantes de la Comisión de Acuerdos de la Asamblea Legislativa, el senador Gramajo que la preside y la diputada provincial Astrid Hummel (Pro-Unidos), cumplieron con el acto de apertura del sobre con los candidatos enviados por el Poder Ejecutivo provincial.

Gramajo leyó para los legisladores, asesores y colaboradores conectados por vía virtual y para los cronistas parlamentarios, los nombres, clase y documento de Margarita Elsa Zabalza (1980), Jorge Camilo Baclini (1966) y Rubén Luis Weder (1959). Lo hizo en la cabecera de una mesa despoblada, que había sido inútilmente provista de más vasos y lugares, mirando a la Cámara de un canal de cable local y a la de la computadora usada para la conexión por internet.

Aún en esa soledad, que seguramente desagradó al legislador que ya acumula unos 14 años como titular de la poderosa comisión, Gramajo habló de lo “histórico” del momento que vive el Poder Legislativo en Santa Fe. Luego de hablar por unos minutos por teléfono con el ministro de Gobierno, Fabián Bastia, que lo llamó a poco de cumplido el acto, el senador recordó en diálogo con la prensa que con tantos años en la Cámara, salvo el caso del decano de los ministros que ingresó a la Corte en 1990, el doctor Roberto Falistocco, le tocó votar los pliegos de todos los demás integrantes. Hizo nombres de un pasado relativamente reciente y también del milenio anterior: Daniel Erbetta, Eduardo Spuler, María Angélica Gastaldi, Rafael Gutiérrez y Mario Netri.


¡En enero!


Nadie en Acuerdos recordaba haber trabajado en el mes de enero, en medio del receso, y con el plantel necesario para que funcione todo correctamente. Incluso el buen café que allí se sirve. Y mucho menos que en un mismo pliego y mensaje de habilitación en sesiones extraordinarias lleguen tres candidatos a formar parte del máximo tribunal de Justicia en Santa Fe.

Con el expreso propósito de acelerar en todo lo posible, Gramajo hizo modificar las fechas que habían preparado sus asesores, bastante más holgadas que las que el representante por 9 de Julio hizo aprobar. Comprimió todo sin pasarse de ningún límite legal, al dejar de lado la tradición de reunirse los miércoles o jueves.

El martes 4 de febrero se volverá a reunir esa comisión y se analizarán las impugnaciones (cuyo contenido aún no arribó a la Legislatura y será entonces público). Y en la semana siguiente se “celebrarán” las entrevistas a los propuestos, el martes 11. El senador no usó la expresión “tomarán las entrevistas” como hace generalmente con otros candidatos a defensores, fiscales, jueces e incluso camaristas. Con los casi seguro futuros ministros de la Corte, con tantas chances de ser confirmados, tuvo esa deferencia. El 12 del mes que viene se firmará un dictamen que ya tiene aseguradas como mínimo una decena de la docena de firmas de Acuerdos que recomendará la aprobación.

 La Asamblea Legislativa tendrá su primer llamado el jueves 13 y eventualmente, si no hay quórum, un segundo el 20. Tratándose de tres jueces de la Corte, la sola perspectiva de una aprobación ficta por el paso del tiempo significaría una verdadera crisis institucional: esa posibilidad no está en los cálculos de nadie.

La renovación de la Corte en Santa Fe carece de secretos. O mejor dicho, los que la permitieron ya son parte del pasado. Una muy cuidada, lenta, y fructífera negociación, primero dentro del frente oficialista Unidos para cambiar Santa Fe y luego con el ex gobernador Omar Perotti, construyó en dos etapas una sólida mayoría parlamentaria, que también puede ser mostrada a la sociedad. Basta con decir que tiene como principales figuras del acuerdo al actual gobernador Maximiliano Pullaro con su antecesor opositor en el sillón de López.

Y por supuesto, la construcción del consenso -léase negociación y rosca- incluyó los dos temas más relevantes para la política en Santa Fe en las últimas décadas: la reforma de la Constitución y la renovación de la Corte provincial a la que se le ejercieron demasiadas presiones públicas vinculadas con la edad de sus miembros y finalmente se le reformó su número, en una votación que se repitió casi exactamente con la consagración de la norma que declaró la necesidad de la reforma parcial de la Carta Magna.

Dentro de Unidos, los dos socios principales alcanzaron el consenso con los apellidos Baclini y Zabalza. Weder, también con su visto bueno, se aceptó a propuesta del ex gobernador Perotti.



Un acuerdo


Es un acuerdo político para la conducción política del poder que, por definición, menos de partidario debe tener. Es curioso: de los tres candidatos acaso a Baclini pudieran caberle más reproches políticos porque ha estado en un cargo de altísima exposición en la Justicia, como jefe de los fiscales, en un período nada sencillo para el Ministerio Público de la Acusación. Su firma permitió (y la actual Corte convalidó) que a un mismo tiempo, licencia sin goce de sueldo mediante, Marcelo Sain pueda ser ministro de Seguridad de Perotti sin renunciar a la titularidad del Organismo de Investigaciones del MPA, doble rol que hoy la justicia investiga por espionaje aunque el expediente ya no tenga ese nombre.

Otra curiosidad: el ex fiscal de Estado de Perotti, Weder, en el mismo momento de aquel episodio renunció a ser el relator de la Corte, de la que ahora será uno de sus ministros.

Habrá que ver qué dicen las tres impugnaciones en su contra (las únicas sobre el trío de propuestos) pero el acuerdo general de reformas alcanzado entre la Casa Gris y el perottismo lo deja a salvo. Baclini es también (con bastantes menos atribuciones que las que hoy tiene María Cecilia Vranicich, porque también se cambió la ley del MPA) quien como fiscal general no supo evitar la colisión de fiscales de Rosario que parece superada.

Seguramente, quienes entienden que debe ser ministro de la Corte le reconocen mucho más que una afinidad con el radicalismo y deben sopesar también los logros del MPA en combate a las bandas narco más poderosas también en la ciudad más poblada de la provincia.

Mientras, de las impugnaciones por ahora se sabe poco, aunque se advine su destino de pase al archivo por la mayoría. Solo que dos fueron presentadas por el abogado Hernán Martínez (el abogado de Sain y de su segundo en Seguridad, Esteban Montenegro) y la restante por Patricia Molina, que ya se ha opuesto a otras designaciones en la justicia. En cuestión de días llegarán copias a los otros once integrantes de Acuerdos: los senadores radicales Orfilio Marcón y Felipe Michlig, y el justicialista Armando Traferri; y los diputados del oficialismo Lionella Cattalini, Silvana Di Stéfano, Ariel Bermúdez, Antonio Bonfatti, Astrid Hummel y los opositores Marcos Corach (cercano a Perotti) y Emiliano Peralta (del bloque de Amalia Granata).


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