Luego de amagues, anuncios fallidos, especulaciones y la postergación de diciembre, en el corazón de enero, el presidente firmó el decreto que reabre el Congreso: será desde el 20 de este mes al 21 de febrero.
Habrá siete temas incluidos, con un destaque especial para la reforma política que apunta a la eliminación de las Paso, y que incluye además un capítulo sobre el financiamiento de los partidos políticos que podría dejar en jaque mate a los pequeños. El dinero oficial para las campañas tiende a reducirse a cero y casi todo queda en manos de los aportes privados.
La audacia presidencial de enviar un proyecto que cambie las reglas electorales en el mismo año donde se realizarán elecciones trastoca todas las tradiciones parlamentarias y sólo un acuerdo político amplio (mayoría absoluta necesaria para cambios electorales) podría transformar la intención gubernamental en una realización concreta. En los grandes bloques parlamentarios no hay posición unánime sobre esta reforma y será Unión por la Patria posiblemente el más resistente a este cambio.
También quedó habilitado para su tratamiento el pliego de Ariel Lijo como candidato a la Corte Suprema y una versión remixada de “ficha limpia”, el proyecto que no consiguió quórum en noviembre pero que ahora ingresará con un nuevo formato, esta vez de la mano de LLA y ya no del PRO, el impulsor principal en años anteriores.
Entre otros asuntos, tendrían lugar la ley anti mafias (tiene media sanción en Diputados y dictamen de comisión en el Senado), los regímenes de reiterancia y reincidencia y, entre otros, el texto de juicio en ausencia. Son proyectos que modifican de manera radical la matriz jurídica penal de la Argentina, permitiendo, por caso, la detención de un ciudadano por hasta 15 días sólo por averiguación de antecedentes.
La posible eliminación de las elecciones Paso nacionales podría alterar el panorama electoral de Santa Fe en el segundo semestre, reduciendo el cronograma de dos elecciones a una, aunque permanecería la doble vuelta para las elecciones intermedias locales y provinciales en el primer semestre, con la elección del 13 abril cuando también se elegirán convencionales constituyentes. Al cabo, Santa Fe, en el caso de prosperar el impulso de la Casa Rosada, tendría tres fechas de elecciones en 2025 (en realidad con cuatro contiendas electorales) y no cuatro (que valen por cinco), como es hasta hoy.
El argumento de la Casa Rosada para la eliminación de las Paso se apoya en evitar “el cansancio” de los ciudadanos por concurrir tantas veces a las urnas y el costo de cada elección. Sin embargo, las razones verdaderas son otras; presumen que el liderazgo único de la derecha gobernante estará en cabeza de Javier Milei y que todo el arco no peronista deberá ir detrás del armado libertario, o quedar rezagado y por fuera de los presuntos frutos electorales del momento Milei en la Argentina. Son, desde ya, especulaciones, y recién cuando se cuenten los votos las especulaciones podrán convertirse, o no, en realidad.
