El último presupuesto del gobierno de Omar Perotti está en la Legislatura desde las 20 del jueves 29, con lo que ha ingresado en el plazo previsto, en un día hábil y dentro del mes de setiembre, por la mesa de entradas del Senado de la Provincia de Santa Fe. Como los tres anteriores, fue la Cámara alta, la que tiene la representación territorial y también la mayoría del peronismo, la elegida para iniciar el trámite legislativo. No es un asunto menor, en caso de tener diferencias con el otro cuerpo se impone la cámara de origen (en una quinta revisión) de acuerdo con lo previsto por la Constitución.
La llamada ley de leyes fue parte del menú que disfrutaron los senadores del PJ de las dos bancadas con el gobernador Omar Perotti, en el almuerzo que compartieron los doce con el titular del Poder Ejecutivo y los tres ministros con más poder de su gabinete, a metros de la Casa Gris, en la residencia de calle Amenábar y San Jerónimo de la ciudad de Santa Fe. En aquel asado del día 12, a las 12, el Presupuesto 2023, el que contendrá las últimas proyecciones de la gestión, fue parte de los temas tratados. Y ahí estuvieron la ministra de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos, Celia Arena; su par de Gestión Pública, Marcos Corach; y, por supuesto, el titular de Economía, Walter Agosto. También las dos bancadas del PJ: la del Nes encabezada por el sanlorencino Armando Traferri y la de Lealtad que preside el rafaelino Alcides Calvo.
“Llegó sobre el filo”, dijo un empleado del Senado que se pasó la tarde esperando novedades de la oficina a la que se llevan los expedientes que no ingresan desde las bancas, durante las sesiones, pero que indefectiblemente deberán tener el famoso sello suyo que indica año, mes, día y hora del arribo. En el mundillo legislativo son detalles a tener en cuenta, porque siempre los plazos importan. Los hay para el vencimiento del “estado parlamentario” y también para que los legisladores se expidan durante el período ordinario de sesiones, que vence en noviembre pero se estira siempre hasta diciembre. En un mundo ideal, el Ejecutivo envía en tiempo y forma su mensaje con el proyecto de presupuesto en setiembre, el Senado lo discute en comisiones y le da media sanción en octubre y en el penúltimo o el último mes (con una habilitación por parte del Poder Ejecutivo), Diputados le da media sanción o lo devuelve con modificaciones a la cámara de origen y así hasta que —en el quinto pase— tenga sanción definitiva. Pero Santa Fe está hoy muy lejos de tener condiciones políticas tan agradables.
Tan profunda es la crisis institucional desatada por el cazador cazado —ciertamente la figura política de Marcelo Sain se parece al personaje principal a cargo de Gene Hackman en La Conversación—, que la atractiva idea de un espía espiado, responsable por dos años de la seguridad de los santafesinos, pasa a un segundo plano frente a los procedimientos que —los haya llevado a cabo o no— el ex funcionario reivindica en sus conversaciones ciertamente del ámbito privado.
¿Pudo el ex ministro y ex titular del Organismo de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación intuir que iba a ser espiado cuando hablaba con sus ex colaboradores, mientras olfateaba su retirada final de Santa Fe y hasta calcular las consecuencias de sus dichos? La escena más inquietante de la obra de Francis Ford Coppola sugiere que sí, cuando una toma en subjetiva (como si el espectador mirara a través de los ojos del espía) recorre en un paneo de algo más de 180 grados su departamento inútilmente destrozado en busca de un micrófono oculto y concluye con la propia imagen del misterioso Harry Caul.
Los carpetazos que sobrevuelan sus dichos, que arrastran al barro a personas respetadas por su lucha por los derechos humanos, y los días sin clases en las escuelas públicas en el extenso conflicto con Amsafe, más la ley de humedales que ha quedado para mejor oportunidad, hicieron que los periodistas casi se olviden de que el gobierno iba a producir su último presupuesto.
Fin de semana XL
En la Mesa de Entradas del Senado ya había resignación ante una posible larga espera fuera del horario, pero a las 20 del jueves 29 llegó el voluminoso expediente —siempre lo es— que contiene el cálculo de gastos y recursos para el año próximo. Unas horas después, en la capital provincial comenzó la víspera de un feriado perfectamente ubicado un viernes: el 30 es San Jerónimo, el santo de la ciudad. Más el sábado y el domingo, aparece un lapso que les da a los legisladores del oficialismo un paréntesis de tres días para poder influir en cambios a acordar, antes de una difusión masiva del contenido del presupuesto. Una vez que todo el mundo lo conozca cualquier pedido desde el Senado podrá ser visto como una pulseada entre los senadores del peronismo y la Casa Gris. Cada año es común que haya alguna puja por los fondos en obras de infraestructura u otros programas provinciales siempre con el mapa de la bota y sus 19 departamentos sobre la mesa. También por la discusión de otra ley anual muy relevante, la que actualiza los impuestos, que sin dudas habrá que tocar.