Juan Pablo Poletti ya había ganado las Paso por una diferencia tan grande con respecto a la suma de todos los votos obtenidos por su inmediato seguidor en su interna, que ahora solo faltaba saber por cuánto sería consagrado intendente de Santa Fe. Y fue por una diferencia histórica. Aplastante para el peronismo, al que también le ha ido mal en los comicios para la renovación del Concejo Municipal y para el senador por el departamento La Capital.
Las 128.960 cruces que logró el ex director del Hospital Cullen sobre el concejal del peronismo Ignacio Martínez Kerz (39.779) dejan porcentajes propios de un plebiscito: 66,5 % a 20,5 %. El médico al que se lo presentó con un afiche que jugaba con la canción de María Elena Walsh (“pero entonces llegó el doctor”) es ciertamente un recién llegado a la política (no a la actividad pública) y su rival derrotado un edil que formó parte del Pro en tiempos de Miguel Torres del Sel, también vinculado al gremio Upcn.
El intendente electo es también el nuevo jefe político de la ciudad tomada como distrito electoral: superó al gobernador electo Maximiliano Pullaro (111.608).
Poletti siempre fue cercano al radicalismo, pero debuta con un triunfo que reivindica la idea de “renovar” a la dirigencia. Su perfil creció durante la pandemia, desde el hospital que atendió los casos de Covid-19 con apariciones tan o más frecuentes que las de las autoridades del Ministerio de Salud. En Santa Fe su voz se amplificó por los medios durante la emergencia y también en redes sociales, cuando llamaba a sus propios colegas a no abandonar sus puestos de lucha. Se dice que se ocupó personalmente de que esos trabajadores de la salud fueran bien recompensados para cuando las vacunas trajeron la salida a la epidemia.
Importa el triunfo de Poletti, el ocaso de Emilio Jatón y la reducción del peronismo, que tantos años gobernó en el pasado la ciudad, a su mínima expresión.
Historias de vencidos
El peronismo de la capital provincial solía repetirse, a partir de su derrota en 2007 —cuando el ex rector de la Universidad Nacional del Litoral Mario Barletta ganó la intendencia y el socialista Hermes Binner la gobernación—, que ese era el precio a pagar por haber dividido al PJ. Y ciertamente si se hubieran sumado los votos de las opciones justicialistas que no fueron al frustrado intento de reelección de Martín Balbarrey otro pudo ser el resultado para la intendencia santafesina.
Mucho más atrás, en 1989, cuando por primera vez en la capital provincial el PJ fue derrotado por el Partido Demócrata Progresista, el comentario entre los dirigentes justicialistas era que no tendría que volver a pasarles algo semejante. Que aquel fenómeno del profesor y periodista de Canal 13, Enrique Muttis, debía ser irrepetible. Entre otras cosas porque aquella vez sólo hubo urnas para esa elección, sin el efecto arrastre de las categorías a gobernador y vice.
Por estas horas, en el lugar de los festejos se piensa en Poletti como en un nuevo Muttis, pero en realidad el porcentaje obtenido por el demoprogresista fue aún más alto. Y con otra deventaja: debió enfrentar al PJ y a la UCR.
Indudablemente, más allá de otras comparaciones lo que ha ocurrido este domingo 10 de septiembre es histórico para los justicialistas de la ciudad de Garay, por sus efectos. Ha sido en efecto un nuevo fenómeno, “el doctor” Poletti, el que los ha apabullado (como antes lo hizo el ahora intendente saliente, Emilio Jatón, otro ex periodista de Canal 13-Telefé).
Una mayoría variopinta
En el Concejo Municipal, el médico intendente contará con una mayoría con quórum propio y dos tercios para aprobar cualquier ordenanza sin titubeos. Serán radicales como los que le propusieron ser el jefe del Departamento Ejecutivo Muncipal, socialistas o macristas los que sumen 11 de las 17 bancas del cuerpo deliberativo.
Pero lo variopinto de ese bloque (o quizá interbloque) podrá dar lugar a tensiones internas que habrá que seguir: si bien Poletti ganó las Paso con comodidad, la lista con más votos del 16 de julio fue la de la (otra vez) ex periodista, conductora del Canal 13-Telefé y locutora de radio de amplia trayectoria, Silvina Cian (99.250). Ya se advierte el choque de personalidades fuertes, con poder o con trayectoria. O ambos, para tantos por Unidos para Cambiar Santa Fe.
Será un oficialismo en el que estarán la gran ganadora de la interna (que ahora achicó la diferencia que le había sacado Poletti en las Paso) con la suma de las fuerzas internas del frente de frentes. Allí estarán también el hoy presidente del Concejo, el radical Leandro González, cuyo mandato se extiende hasta 2025, al igual que el de sus correligionarios Adriana “Chuchy” Molina que no logró pasar las internas abiertas en su aspiración a administrar la ciudad, o que un ex diputado nacional y ex senador por La Capital, Hugo Marcucci, que también fue derrotado en las Paso para volver al Senado. Otro radical que formó parte del “Equipo Jatón”, Lucas Simoniello, también seguirá en la próxima conformación del cuerpo deliberativo. Muchos nombres de peso para ese sector.
Tres líneas
Tres grandes líneas ya se adivinan en ese oficialismo que tendrá incluso la capacidad de aprobar sobre tablas cualquier iniciativa, con dos tercios del cuerpo. Pero para eso sus integrantes deberán estar como proclama su nombre, “unidos”. Lo que quede de la experiencia de Jatón desde el socialismo, que comenzó como senador por La Capital y que seguramente se reprochará por años que nunca supo comunicar que era en las Paso que se jugaba su gestión (cayó ante Poletti y quedó sin chances de competir por la reelección). En estos años, Jatón obtuvo aliados entre los radicales e integró a socialistas que habían quedado sin cargos al perder la Casa Gris. También erigió a ediles de su extrema confianza, que ahora van a verse superados en número dentro del partido de gobierno en el Concejo frente a los radicales de uno y otro grupo.
El dominio pasará por esos otros dos sectores de la UCR, llamados a competir. Habrá que ver con qué armas. Son los dos grandes jugadores políticos del radicalismo universitario de la ciudad, que han pulseado una vez más.
Por una parte, los que están bajo el liderazgo del ahora diputado provincial electo José Corral, el único ex intendente que logró ser reelecto. Sus candidatas fueron “Chuchy” Molina, que no pasó, y Silvina Cian que inicia su carrera política.
Y por otra parte, siempre dentro del radicalismo que primero se sumó a Juntos por el Cambio, están los que siguen a Mario Barletta. El ex embajador argentino en el Uruguay logró en un rápido armado, hecho público en cuestión de meses, con poca antelación al proceso electoral, y ganó con Poletti. Del recetario del doctor, el primero en la nómina, fue Sebastián Mastropaolo pero la ley de paridad de género llevó a María Beatríz Barletta, la hija del ex intendente.
También en línea con esa pulseada de corralistas y barlettistas debe decirse que José Corral eligió desde el primer momento a Maximiliano Pullaro y que sus conversaciones (y hasta su foto) con Felipe Michlig fueron imprescindibles para unir al radicalismo y sobre todo para formar el frente de frentes. Del armado de Unidos solo se apartó el sector del santotomesino y diputado provincial con chances en el escrutinio definitivo Fabián Palo Oliver.
Mario Barletta, en cambio, jugó como en 2021 con Carolina Losada, la senadora nacional por Santa Fe que fue duramente castigada en las Paso a nivel provincial, pero en el pago chico el ex rector logró un armado que le devuelve influencia sobre la intendencia.
