La ex intendenta Mónica Fein ve con preocupación la falta de diálogo y la confrontación constante entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, que impide abordar la búsqueda de soluciones a la “grave situación” en la que se encuentra el país. “Esta polaridad que se ha constituido en la Argentina nos lleva al fracaso”, advierte. “Si oficialismo y oposición no logran acuerdos básicos para salir de esta profunda crisis, peor la van a pasar los que peor están”.
Electa diputada nacional en las últimas elecciones, Fein reivindica los resultados que obtuvo el Frente Progresista, asegura que el objetivo del socialismo sigue siendo transformar la realidad y le pone límites a la posibilidad de integrar un gran frente opositor al PJ en la provincia: “No soy partidaria de una unidad para ganarles a otros sino de la unidad con un proyecto político”.
Muy crítica con el gobierno de Perotti por su “inacción, incapacidad y falta de gestión”, rescata en cambio la gestión de Javkin y cree que el transporte público y la integración urbana son los mayores desafíos que enfrenta el intendente. “Es un gobierno del Frente Progresista y nosotros lo apoyamos fuertemente”, asegura, a la vez que reconoce que en algunos aspectos es una continuidad de las políticas históricas del socialismo y en otros “Pablo le dio su impronta”.
También explica por qué votó en contra del Presupuesto enviado por el gobierno nacional y critica al presidente Alberto Fernández por priorizar con fondos a la provincia de Buenos Aires y a la Ciudad de Buenos Aires en detrimento del interior. “Hay una visión absolutamente unitaria en todas las decisiones”, sentencia.
—Después de muchos años de ser mayoría en la provincia, el socialismo enfrenta una nueva realidad. ¿Cuales son los objetivos políticos de esta etapa?
—Nuestros objetivos como partido siguen siendo los mismos de siempre: ser una opción política de transformación de la realidad. A nivel nacional generar esperanzas, expectativas, con políticas con mayor inclusión. Esta forma de polaridad ha demostrado que es un gran fracaso, fíjate lo que estamos viendo: hay un grave problema con la deuda y el Frente de Todos y Juntos por el Cambio ni siquiera logran reunirse para dialogar. Y a nivel provincial construir una alternativa política a la terrible inacción y fracaso que es el gobierno de Perotti.

—El PS siempre tuvo figuras políticas y electorales de peso. Binner, Bonfatti, Lifschitz, usted, y ahora todo cambió. ¿Cómo puede reconstruirse ante la falta de esas figuras emblemáticas?
—No es fácil, hay gente que es irreemplazable. Pero también nosotros ponemos sobre la mesa experiencia de gestión, equipos técnicos formados, renovación generacional. Con Clara García llegamos casi al 18 por ciento de los votos en Rosario y en Santa Fe. Es un voto que sigue pensando que las ideas progresistas tienen que seguir adelante; nuestro desafío es representarlas en nuevas figuras, porque los referentes no están y es necesario construir nuevas referencias. Lamentablemente la pérdida de Miguel en un año electoral nos obligó a apurarnos a constituir una opción política y creo que lo hicimos dignamente. Hicimos un papel que demuestra que hay un espacio político a representar y que es nuestra responsabilidad que ese espacio progresista, con ideas que tienen que ver con lo que hemos hecho en la ciudad y la provincia, tengan una representación política hacia el futuro.
—¿Se puede subsistir políticamente, con chances reales de acceso a lugares de poder y gestión, por fuera de la grieta nacional?
—En el mundo hay mucha polaridad, pero esta polaridad que se ha constituido en la Argentina nos lleva al fracaso. Hay que buscar otra construcción, que no quiere decir que no haya radicales, peronistas, socialistas. Esta polaridad así como está nos demuestra no sólo el fracaso por los resultados económicos, sociales, sino políticos. Esta semana la discusión entre los dos frentes mayoritarios fue si se reunían o no; cuando la política no es capaz de reunirse en una mesa a discutir, con diferencias o coincidencias, para buscar una alternativa, hay un proceso de desgaste terrible, que tiene que ver con los dos extremos que han construido esta polaridad. Es necesario romper con la polaridad que hoy tenemos, así no vamos a encontrar una salida para la Argentina.
—Usted habla de salir de la polaridad y de construir un espacio más amplio y en la provincia está latente la posibilidad del armado de un frente con todos los partidos opositores al peronismo. ¿Cuál es su opinión respecto a la posibilidad de que el socialismo sea parte de ese eventual acuerdo?
—Lo dije durante toda la campaña y lo sigo pensando: no sirve para la política, no transforma la realidad, un frente contra algo. Eso no alcanza para revertir la situación a la que nos ha llevado el gobierno de Perotti con su inacción, incapacidad y falta de gestión; eso no se va a resolver con un eslogan vacío, con unirnos todos sin un proyecto político. No soy partidaria de una unidad para ganarles a otros sino de una unidad con proyecto político. Así lo hizo el Frente Progresista. Binner iba con un programa de gobierno en la mano; y es verdad, en ese frente había gente que pensaba diferente, pero había una conducción clara hacia adónde queríamos ir. No era únicamente ganarle al peronismo. Es más, en ese momento del Frente hubo peronistas que se sumaron. Después de este gobierno de Perotti vamos a encontrar un Estado muy debilitado, porque todo lo que se había avanzado en descentralización, en los procesos de mejoras en salud y educación, incluso en seguridad con todos los errores que habremos cometido, hoy está mucho peor.
“No soy partidaria de una unidad para ganarles a otros sino de una unidad con proyecto político. Así lo hizo el Frente Progresista. Binner iba con un programa de gobierno en la mano…”
—Unidad en base a programas de gobierno, es decir sin partidos vetados de antemano por cuestiones políticas o ideológicas.
—El programa en sí mismo obliga a ponerse de acuerdos en puntos básicos. Si los desacuerdos son mayores, hay que aceptar que no hay posibilidades de construir un proceso de alianzas. No es un tema personal, es político. Si no parecería que uno tiene la capacidad de vetar a alguien. Ojo, coincidir en un proyecto político con un acuerdo programático que tengamos la suficiente confianza para llevar adelante. En su momento, referentes como Binner y Griselda Tessio garantizaban que se cumpliera ese programa que representaba los acuerdos logrados. Hoy veo que hay sectores del PRO que tienen sus propias discusiones, como por ejemplo estar más cerca o más lejos de Milei. Si un partido como el PRO tiene discusiones internas, cómo no va a haber discusiones con aquellos que somos de otro partido, tenemos otra trayectoria y otra historia, creemos en un rol determinado del Estado.
—Cuando se habla de historia pueden surgir las comparaciones entre las gestiones del Frente Progresista en Rosario, primero con el socialismo como eje y ahora con Pablo Javkin. ¿Hay una continuidad en las políticas?
—En muchas sí y en otras Pablo le está dando su propia impronta, cosa que me parece correcto. Estoy orgullosa de la salud pública y hay una gran continuidad en ese tema; en pandemia tener la estructura que tenía la ciudad, y sé del apoyo constante del intendente, fue una gran ventaja. Este es un gobierno del Frente Progresista comprometido con la gestión local, y nosotros lo queremos acompañar fuertemente desde el Partido Socialista. Por eso hablé con él para ponerme a disposición. Es muy importante en estos momentos difíciles ver cómo uno colabora para salir adelante más que buscar los matices que se pueden tener en el marco de un frente.
—Más allá de la seguridad, que es un problema que sobrepasa a la gestión municipal, ¿cuál cree que es el mayor desafío que enfrenta el intendente?
—Probablemente el transporte público, más allá de que nosotros habíamos hecho una licitación y adjudicación que hacia adelante tenía una proyección muy positiva. No sólo la pandemia lo puso en crisis sino también las políticas nacionales. La verdad es que las políticas nacionales de desfinanciamiento del interior pero que garantizan subsidios a Capital Federal y Gran Buenos Aires, la falta de mirada federal de este gobierno, pone en jaque al transporte de Rosario y al de todo el interior del país. Rosario tenía un muy buen sistema de transporte —siempre mejorable— que la pandemia y la falta de acompañamiento nacional han puesto en crisis. También la integración urbana de la ciudad, si bien siempre hemos hecho mucho, los asentamientos irregulares que tiene la ciudad representan un desafío. El fondo del conurbano ha quedado congelado, mientras que a la provincia de Buenos Aires se lo actualizaron. Hay problemas estructurales que no puede arreglar solo la ciudad. Nuestra mejor política, el plan Abre y Nueva Oportunidad, fue la combinación de provincia y gobierno local. Cuando hay esa coordinación, recursos y equipos operativos en el territorio, la realidad mejora. Si el gobierno provincial no pone los recursos que tiene que poner y el gobierno nacional está prácticamente ausente, obviamente los problemas de la ciudad le repercuten al intendente pero no son solo responsabilidad del intendente.
“Nuestra mejor política, el plan Abre y Nueva Oportunidad, fue la combinación de provincia y gobierno local. Cuando hay esa coordinación, recursos y equipos operativos en el territorio, la realidad mejora…”
—Está claro que los gobiernos nacionales siempre han tenido una concepción unitaria de país. ¿Qué se puede hacer desde el lugar de ustedes, representantes de la provincia en el Congreso, para incentivar políticas que contemplen el federalismo y terminen con la discriminación del interior?
—Es cierto, hay una visión absolutamente unitaria en todas las decisiones. Se desconoce al resto del país, se gobierna para Capital Federal y provincia de Buenos Aires fundamentalmente. Hemos trabajado en varios proyectos que este año pensamos impulsar y hemos planteado que en el presupuesto debían existir recursos mucho más claros para el interior. Cuando se toman decisiones políticas, se hace con una mirada unitaria; en el transporte, en la distribución de recursos. Positivamente vamos a tener los recursos que la Corte le reconoció a Santa Fe; ese es el camino a seguir, y no votar calladamente decisiones nacionales que perjudican a la provincia, como en el tema biocombustibles, hidrovía o la carne. Hay una buena actitud hoy entre los legisladores nacionales en el tema de los fiscales y los jueces federales, lo trabajamos juntos para presentar un único proyecto más allá de los partidos políticos, creo que habla bien de nuestra responsabilidad en un tema tan grave como la seguridad. Ojalá podamos hacerlo en otros temas también. Ese es el rol que tenemos que cumplir todos los legisladores, no sólo los de Santa Fe.

—El Interbloque Federal del que forman parte usted y Enrique Estévez votó en contra del Presupuesto que envió el gobierno nacional. ¿Por qué?
—Nosotros pedimos durante toda la sesión que el Presupuesto volviese a comisión. El Presupuesto estuvo tres meses en el Congreso y esa semana, cuando la mitad de los diputados recién habíamos asumido, lo traen para aprobar en cuatro días. Obviamente que no coincidíamos con los superpoderes que tenía el Ejecutivo nacional. Somos un bloque federal y para nosotros es importante no darle atribuciones al Ejecutivo sin poner regulaciones básicas. En un solo día empezaron a repartir obras para que algunos legisladores lo votaran, sin modificar nada; no era nuestro objetivo que no hubiera Presupuesto, pero no hubo seriedad política de oficialismo y opositores mayoritarios para dialogar y buscar alternativas que no dejaran al gobierno sin Presupuesto. Nosotros, a través de Graciela Camaño, planteamos que vuelva a comisión cuando vimos que no iba a salir. En primer lugar es un error del oficialismo por no buscar diálogo y consenso, y después de la oposición, que debe ser mucho más racional. Juntos por el Cambio tiene un grave problema en su construcción para colaborar en sacar el país adelante.
—Pero finalmente ustedes votaron en contra, no que vuelva a comisión.
—Porque el oficialismo no planteó ninguna alternativa.
—Esa posición es distinta a la del Frente Progresista en la provincia, que votó por la vuelta a comisión y no por el rechazo.
—Es que ese fue nuestro planteo. Logramos que Juntos por el Cambio también aceptara. Y después, por ese discurso de Máximo Kirchner, que como tantos en el Parlamento no fue el más adecuado pero tampoco fue descalificante, se rompió el acuerdo para que vuelva a comisión. En eso el oficialismo tiene que jugar un rol más preponderante.
“…es un error del oficialismo no buscar diálogo y consenso, y después de la oposición, que debe ser mucho más racional. Juntos por el Cambio tiene un grave problema en su construcción para colaborar en sacar el país adelante”
—El intendente de Santa Fe, Emilio Jatón, hizo público su malestar porque muy pocos legisladores nacionales lo llamaron para consultarlo sobre el contenido del Presupuesto y la importancia para la ciudad de que fuese aprobado.
—El diputado Estévez habló con Jatón. Creo que también hay confianza de saber que estamos en la línea política de quienes están gobernando. Yo hablé con Javkin de las posibilidades que teníamos de acompañar el Presupuesto y las dificultades. En general tratamos de compartir con los referentes locales las decisiones que tomamos a nivel nacional, me parece que todo lo que podamos aportar para que los gobiernos locales funcionen y den respuesta es adecuado. Ahora claro, eso no quita que yo no le voy a dar superpoderes a Alberto Fernández para que le siga dando subsidios a las obras de provincia de Buenos Aires, a las empresas de la provincia de Buenos Aires, a la Ciudad de Buenos Aires, y dejarle todas las atribuciones absolutamentre discrecionales al presidente. El Partido Socialista tiene su historia y no va a otorgar ese tipo de atribuciones absolutas sin capacidad de regular.
—¿Cómo evalúa la situación política, económica y social de la Argentina?
—Es muy importante ver la grave situación de la Argentina. Creo si no logramos desde la política, y sobre todo desde el oficialismo y la primera minoría, dejar de lado esta idea de la confrontación por la confrontación misma, y buscar acuerdos básicos que nos permitan salir de esta profunda crisis, la realidad será peor para los que peor están. Ojalá la política entienda que la búsqueda de acuerdos y de diálogo es necesaria. Veo con mucha preocupación que no logramos generar un diálogo entre todos los sectores con representatividad parlamentaria; nosotros no hemos sido ni los que endeudamos al país —que tiene que ver con el gobierno de Macri—, ni tampoco los que hoy gobernamos y tenemos que resolver esa deuda. Pero sí tenemos una responsabilidad política con nuestro país para colaborar y encontrar una salida a esta crisis.

Autor
-
Periodista. Cofundador y editor de Suma Política. Ex secretario de Redacción del diario La Capital. En Twitter: @rpetunchi
