El Congreso ingresa en la última semana de noviembre, en el límite temporal del año ordinario, y aún podrían ocurrir muchos hechos relevantes o bien todo podría desvanecerse, y no ocurrir nada. Tal cual le gusta a este gobierno, y a su sistema de aliados, la jugada se lleva al límite, los números son siempre ajustados, y recién en el final se sabe de qué lado cae la moneda que casi siempre está en el aire.
Fueron formalizados cuatro pedidos de sesiones especiales en Diputados, en tres días. Desde ya materialmente imposible de concretar. La pregunta es cuál o cuáles (o tal vez ninguna) de esas sesiones quedarán en pie, junten quórum y, eventualmente, la media sanción buscada.
La primera convocatoria, para el martes a las 15, pedida primero y con epicentro en la oposición, buscará voltear el DNU 846/24 con que la Casa Rosada se auto exime de rendir cuentas en el Congreso sobre sus negociaciones (inminentes, en el verano) para vencimientos de la deuda en moneda extranjera. Por ahora quedó fuera del temario la modificación de la ley de los DNU, algo que estuvo en el impulso inicial, fallido dos semanas atrás pero que podría agregarse al temario (contaron fuentes seguras a Suma Política) si es que el grupo de diputados de la Coalición Cívica efectivamente se suman a la sesión del martes. Los cívicos, especialmente interesados en cambiar las reglas de juego con la ley de los DNU (devolviendo al Congreso muchas mayores atribuciones para dejar “vivos” o rechazar los decretos que salen con la firma desde Balcarce 50), todavía no confirmaron si se suman o no al quórum del martes 26 a las 15, y si pretenden ampliar el temario más allá de voltear el “846”.
Este martes 26, pero a las 13, ingresó otro pedido de sesión especial, en este caso apuntado a la “democratización sindical”, una vieja pretensión con origen en la UCR. Limitar las reelecciones en los cargos directivos en los sindicatos e impedir el cobro obligatorio de la cuota de adhesión sindical son algunos de los planteos que tienen al diputado Martín Tetaz como referente. El proyecto no logró mayoría absoluta de firmas en el tratamiento en comisión (consiguió 15 de 31 miembros) pero Tetaz lo quiere en el recinto de todos modos.
El miércoles 27 se pondrá otra vez en marcha el recinto del Senado, en este caso para recibir a Guillermo Francos, desde la 10 y para su primer informe de gestión, se prestará a preguntas que de manera regular debe rendir el jefe de Gabinete ante las cámaras del Congreso.
El mismo 27, del lado norte del Palacio, en Diputados y a las 12 hay otra sesión solicitada: prevención de ludopatía, regulación de los juegos de azar y apuestas en línea. Esta sesión la impulsan bloques intermedios con la adhesión del peronismo y la izquierda. El proyecto de ley cuenta con dictamen de comisión.
Finalmente, el jueves 28, otro plato fuerte: en este caso el oficialismo (con el PRO como principal impulsor) buscará llevar “ficha limpia” al recinto de Diputados. Hubo un intento fallido (faltó sólo un diputado) el jueves pasado. Hay ánimo renovado en los impulsores, aunque queda la duda sobre qué conducta tomarán los bloques de Encuentro Federal e Innovación Federal, que no son firmantes de la convocatoria. El quórum para “ficha limpia” estaría cerca pero tampoco hay certeza sobre esa movida.
Por lo demás, no se sabe si habrá o no ley de Presupuesto 2025; el gobierno, luego de una insólita presentación del proyecto el pasado 15 de septiembre (con el presidente Milei en el recinto de Diputados), en el último mes habría negociado algunas modificaciones y agregados con las distintas provincias. Sin embargo en la última semana se canceló la reunión de la comisión, no hubo dictamen y todo quedó más cerca de ir a vía muerta que de seguir con vida. “Evaluaremos si llamamos a sesiones extraordinarias”, fue la enigmática postura del presidente de esa comisión, el diputado José Luis Espert.
Para agregar más confusión, en las últimas horas, y con la fecha de vencimiento del período ordinario encima, el gobierno metió un proyecto de ley de reforma electoral que además de eliminar las elecciones PASO, que rigen desde 2011, desacopla a niveles mínimos la financiación estatal de las campañas políticas a la vez que favorece de manera exponencial el aporte de los privados a los partidos políticos. También eleva de manera drástica las exigencias para constituirse en partidos políticos nacionales, y sobre todo para mantener la personería: la agrupación que no logra al menos el 3 % de los votos en dos elecciones nacionales pierde la personería y a llorar al campito.
Vale aclarar que para modificar leyes electorales se necesita mayoría agravada, absoluta: el oficialismo de LLA lo impulsa pero las distintas posiciones en favor y en contra de las PASO atraviesan a casi todos los partidos, incluidos el sistema de aliados más fieles del gobierno, aunque también divide —en menor medida— al peronismo, al cabo la fuerza política que diseñó y estableció el sistema electoral que fue eficaz para el kirchnerismo, para el macrismo y también para Milei: todos ganaron y todos perdieron con el actual sistema. ¿Por qué cambiarlo? “Porque es caro y la gente se cansa de ir a votar tantas veces”, suelen argüir sus detractores, un curioso modo de ponderar el acto ciudadano que en promedio ocupa una media hora de tiempo, y la “molestia” de trasladarse la mayoría de las veces caminando en la cercanía al local de votación y ejercer el derecho de elegir.
La presentación del proyecto de ley de eliminación de las PASO presupone que habría sesiones en diciembre (y tal vez en enero y febrero también), aunque hasta esta hora el decreto que lo ordena no se publicó. En extraordinarias, se sabe, la lapicera presidencial tiene más peso: sólo pueden tratarse los proyectos incluidos en un listado previamente establecido.
Entre tanto, la puja principal viene por el lado de las sesiones especiales pedidas en Diputados. Unión por la Patria con aliados insistirá en dar de baja el DNU 846/24, que compromete la negociación por la deuda externa. Será clave la conducta que tomen los diputados de provincias como Río Negro, Tucumán, Salta y Misiones, entre otras. Son oficialismos cercanos a la Casa Rosada pero que, sin embargo, podrían soltarle la mano al presidente en este caso.
Ya lo hicieron con “Ficha limpia”, el último jueves, aunque en este caso, el motor principal del proyecto (que no reunió quórum la última semana) no pasó por la Casa Rosada aunque sí por su principal socio, el PRO, y el influyente grupo mediático (Clarín) que presionó hasta el final para concretar “ficha limpia”, que dejaría fuera de una eventual carrera electoral a Cristina Kirchner en 2025. Un nuevo intento por concretar la media sanción del proyecto que impide presentarse a elecciones a quienes tienen un “doble conforme” condenatorio de la justicia se dará entonces el próximo jueves 28 a las 10. La suerte de todas las sesiones solicitadas (para el martes, miércoles y jueves próximos) es incierta, y podría darse cualquier resultado, en especial en el aspecto más complejo: juntar quórum.