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Política

Karina Milei en Rosario: rugió la jefa en medio de la avenida

Esta nota comienza con una confesión: el título es engañoso. Es que Karina Milei visitó Rosario sin dejar declaraciones. No es una novedad, se conoce de su reticencia a hablar con la prensa, aunque sí llamó la atención que no haya habido mensajes de aliento, ni de bienvenida, casi que tampoco de agradecimiento, para las más de mil personas que se acercaron al salón Queen’s Deck, sobre la Avenida de la Libertad en Rosario, para afiliarse a La Libertad Avanza. Había expectativas por escucharla. También a su aliada estratégica en la provincia, Romina Diez. Pero no pasó. El evento se desbordó y los presentes se terminaron yendo con una foto borrosa, en el mejor de los casos, y más de algún empujón en el tumulto. El gesto político fue su presencia y no es poco. Pero si el sábado por la noche tuvo un rugido fue el de los seguidores libertarios, que demostraron su fuerte fidelidad en Rosario y se llevaron poco a cambio. 

Todo tiene su contexto. Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia, arribó a Rosario este sábado para participar del lanzamiento de La Libertad Avanza Santa Fe. El evento forma parte de la estrategia que puso en marcha el gobierno nacional de cara a las elecciones de medio término. La intención es competir con sello propio —que llevará el mismo nombre que la alianza oficialista— y tener autonomía de los socios aliados que le dieron competitividad en las distintas provincias. Para eso, necesitan juntar cuatro mil afiliaciones en Santa Fe y repetir el proceso en otras provincias. Con presencia oficial en cinco distritos, La Libertad Avanza se convertirá en un partido nacional. 

Karina llegó al aeropuerto de Rosario al mediodía. Allí la esperaban Diez y un grupo de seguidores libertarios que clamaban por su presencia y competían por tener una foto con “El Jefe”, como la llama su propio hermano, Javier Milei, el presidente de la Nación. También arribó el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. En la recepción, dos banderas sobresalían del resto. Una con la inscripción “Santa Fe es del Jefe”; la otra “Karinismo puro”. ¿Existe Karina sin Javier? Para muchos, en realidad, la pregunta debería formularse a la inversa.

Desde temprano una buena cantidad de seguidores comenzó a hacer la fila para asegurarse un lugar en el salón. Para las cinco de la tarde, la hora señalada, la fila se extendía cerca de una cuadra. A un costado, en otra fila más chica, aguardaban por ingresar al sector VIP los “referentes”. Al menos así los denominaban desde la organización. 

Un sector de los seguidores libertarios concentró a unas dos cuadras y llegaron marchando al evento. También juntaron una buena cantidad de gente. Fuegos artificiales, bengalas violetas, bombos, redoblantes, trompetas, una pancarta que encabezaba la columna. Cada tanto, cuando el clima de euforia mermaba, algún valiente descorchaba un “Viva la libertad, carajo” y la gente se prendía a la réplica. Los vecinos que se asomaban desde los coquetos balcones frente al río aplaudían y filmaban; a nadie parecía molestarle la pirotecnia. Quizás, la única diferencia sustancial con una marcha peronista.

De a poco se fueron abriendo las puertas. Y comenzó la espera, la larga espera. 



Afiliaciones


La estrategia es interesante. Mientras los partidos tradicionales se descostillan por conseguir afiliados y cumplir con las reglamentaciones necesarias para competir en una elección, el mileísmo lo resuelve más fácil: planta bandera en un lugar, lleva a sus figuras más convocantes, y le dice a sus seguidores vengan, anótense acá. Solo abocados a la logística de la fiscalización había unas 120 personas distribuidas en una veintena de mesas, que instruían a todos aquellos que fueron decididos a sumarse a las fuerzas del cielo. 

Está claro que tampoco es tan sencillo. Previo al evento ya habían conseguido la afiliación de unas 2 mil personas y la expectativa era juntar unas mil más. Sobre el cierre no estaban los números finos, pero desde la organización deslizaron que fueron menos. De todos modos no deja de ser una cuestión de tiempo: en una provincia donde Milei consiguió 1.278.243 votos en el balotaje, juntar cuatro mil no parece un desafío importante. 

Algunos viajaron desde otras localidades, exclusivamente para el evento. Como Nicolás, un joven de 25 años, estudiante, que llegó desde la ciudad de Santa Fe. Después de poner la firma charló con Suma Política y se definió como un “convencido liberal desde siempre”. Contó sobre sus incursiones en política y comentó que incluso fue candidato. Pero fue Javier Milei quien le puso cuerpo a las ideas liberales que ya estaban en él desde antes. 

“Creo que este es un momento importante para apoyar al presidente”, expresó y agregó: “Hay que seguir construyendo identidades fuertes. Hay partidos tradicionales que tienen estructuras partidarias de hace mucho tiempo, que entienden lo que es la política, y esa es una falencia que el liberalismo ha tenido durante muchos años. Es una oportunidad para generar una masa crítica y una estructura que nos permita seguir cambiando la Argentina”. 

Algo similar le pasó a Lisandro, de 39 años, que nunca pensó en meterse en política, pero ayer puso su ficha en La Libertad Avanza. “Tenía una empresa de transporte y me fue mal gracias a las políticas anteriores; y tuve que vender los camiones. Quiero un cambio para el país y me convenció Javier, me gustan las ideas que tiene”, explicó. 

Lisandro es de Cañada Rosquín, en el centro oeste santafesino, y desde allá se trajo también las fichas de afiliación completa de otros 36 rosquinenses. “Me había comprometido a traer 50, pero me entregaron las cosas el jueves, hicimos lo que pudimos”, reconoce. Sobre los primeros cinco meses de gobierno, dice que el rumbo es el indicado: “Ya con bajar la inflación, la gente laburante a la que le cuesta llegar a fin de mes va a empezar a ver un cambio”.

Con esa dinámica transcurrió la jornada, hasta que no quedó nadie por afiliar. Para las 18.30 la noche ya se reflejaba sobre el río, pero todavía no había indicios de Karina Milei en el lugar. 


La llegada


A lo largo de la jornada las dinámicas internas de La Libertad Avanza en Santa Fe fueron más que visibles. Como referente de la organización estuvo Agustín Pellegrini, un joven que viene trabajando junto a Romina Diez desde la campaña. En las tropas libertarias lo definen como “su mano derecha”. Sabrina Prence y Franco Volpe dieron el presente pero con un rol más desdibujado, pese a ser los representantes del mileísmo en el Concejo Municipal de Rosario. Ambos vienen del partido Vida y Familia que se referencia en la figura del diputado nacional Nicolás Mayoraz. 

El propio Mayoraz también participó, pero estuvo lejos de ser el protagonista de la noche. Llegó pasadas las 18 y aguardó afuera del salón la llegada de Karina Milei y su colega, Romina Diez.

Rocío Bonacci, la otra diputada nacional santafesina en la bancada libertaria, no participó del evento. Todo indica que no fue invitada: durante la tarde asistió al acto por el Día del Himno Nacional Argentino, que se realizó en el Monumento Nacional a la Bandera, a unos pocos metros del encuentro de afiliación libertaria. 

La joven legisladora tampoco termina de acomodarse entre las figuras libertarias. Es hija del empresario rosarino José Bonacci, apoderado del partido Unite, que fue una de las piezas fundamentales para que Milei pudiera competir en el plano nacional, integrando Unite a la alianza libertaria. Su madre, Beatriz Brouwer, es diputada provincial del bloque Somos Vida que encabezaba Amalia Granata. Hoy Rocío Bonacci parece más cercana a la línea del Partido Libertario que conduce la diputada provincial Silvia Malfesi, y que no comulga con la tribu de Diez. Cosas de internas. 

Pasadas las 19 horas, comenzaba a reinar la impaciencia entre los presentes. Afuera, el despliegue policial parecía excesivo para la llegada de la secretaria general de la Presidencia: camionetas, trafics, policías custodiando el lugar y hasta la división explosivos estuvo presente. Finalmente una camioneta negra, custodiada por dos patrulleros, se estacionó frente al salón. Y bajaron Martín Menem, Karina Milei y Romina Diez, en ese orden. Y después de sacarse algunas fotos con los que esperaban su llegada afuera, ingresaron finalmente al salón y se metieron a un lugar reservado para el VIP. 

Adentro, la gente que esperaba a los dirigentes libertarios desde hacía unas dos horas y media, aguardaba por un acto que no ocurrió. Desde la organización nunca tuvieron en claro la modalidad del encuentro. “Se verá cuando lleguen”, respondían ante la consulta de la prensa. Y mientras la gente coreaba el nombre de Karina, la jefa salió a saludar junto a sus acompañantes en un pequeño escenario improvisado en el momento. Pero la cosa se desbordó y el Queen’s Deck —vinculado al empresario gastronómico Guido Orlandi, recientemente nombrado al frente del PAMI Rosario— quedó chico. 

Cuando intentaron dar una vuelta breve por el salón, fue imposible. Algunos lograron burlar los esfuerzos de los custodios y pudieron llevarse una foto con Karina, a quien se vio sonriente y predispuesta. Les agradecía a quienes podía, mientras la marea de gente se volvía intensa. Unos pocos minutos después, sus custodios la pusieron nuevamente a resguardo. Y Karina quedó reunida con Menem, Diez y el círculo íntimo de organizadores. Desde el staff lo terminaron de confirmar: nadie iba a hablar. 

De a poco el salón comenzó a desconcentrarse. Algunos se iban manifestando públicamente su enojo. “Dos horas esperando para que me maltraten”, le decía una señora a una de las personas que trabajó en la organización. “Fue un atropello”, repetía un hombre que se quejaba de los empujones que se produjeron en el tumulto. Algunos periodistas se quedaron esperando la salida, para ver si lograban recoger un testimonio. Sobre ese tramo de la jornada no pasó desapercibido el ingreso del empresario Gustavo Scaglione, titular del Grupo Televisión Litoral. 

El cierre de la jornada lo terminaron marcando los propios seguidores libertarios que mientras caminaban sobre la Avenida de la Libertad decidieron terminar de usar la artillería que habían llevado para mostrarle fidelidad a Karina. Y mientras coreaban su nombre encendieron las últimas bengalas violetas de la noche. 


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