Clima e indiferencia. Para los especialistas, son los andariveles por los que el dengue llegó hasta nuestros días, desde sus primeras señales en 1997. El último brote, cuyas curvas va suavizando el frío, sacudió la agenda con los 438.010 casos, a los que Santa Fe aportó 68.937 que comenzaron en agosto de 2023 y que dejan 957 casos graves y 304 muertos. La situación fue calificada como “histórica” para la enfermedad que transmite el aedes aegypti, un mosquito de cuño africano, al que por estos lares Sarmiento y Ramón Carrillo pusieron en caja en su momento. En la actualidad las estrategias para combatirlo incluyen desde vacunas y modificaciones transgénicas, hasta las domésticas ovitrampas que ayudan a georreferenciar las zonas más afectadas.
Un zumbido y una palmada. El enemigo se ve y hasta se anuncia, lejos del temor del covid, invisible a los ojos y un poder de daño incomparable. Quizás la percepción de la menor letalidad no active el alerta, que los investigadores vienen encendiendo desde hace años. “Estamos muy mal posicionados, a tal punto que más allá del poder central hay jurisdicciones que tomaron la decisión de vacunar utilizando recursos propios, porque es la única forma de parar este aluvión”, dijo a Suma Política el médico infectólogo y epidemiólogo Hugo Pizzi, de reconocimiento internacional en la materia.
Una semana atrás, Pizzi participó en Córdoba del lanzamiento del Plan Estratégico de Vacunación y Abordaje Integral para la Prevención y el Control del Dengue, Chikungunya y Zika 2024-2025, en cuya elaboración participó y que demandará una inversión millonaria. En junio comienza una primera etapa de vacunación para personal de salud y quienes ya tuvieron dengue. “Córdoba se diferencia así del resto y es la primera en la zona centro en tomar esta medida”, explicó. En tanto enfermedad que articula con políticas públicas, comentó que recibe consultas de los gobiernos de distintos países, pero que el gobierno nacional aún no lo convocó.
“Creo que el gobierno por cuestiones económicas está dejando el tema de la vacuna para más adelante, lo que es un error, de todos modos hay seis provincias que ya vacunan en forma gratuita en las áreas más afectadas”, explicó Pizzi. En su opinión en el próximo verano no sólo aumentarán las temperaturas, “va a eclosionar”, vaticinó y recordó que ya en 1871 el dengue estuvo por estas tierras y causó 21 mil muertos entre los soldados que volvían de la guerra del Paraguay. “Sarmiento le pidió a su ministro Avellaneda que buscara un lugar para sepultarlos, y este compró 80 hectáreas a una chacrita de los jesuitas. Con el tiempo el nombre se fue deformando y quedó Chacarita, como hoy lo conocemos”. Más acá en el tiempo, fue Ramón Carrillo en la década de 1940 quien erradicó la fiebre amarilla, “con lo que se conocía hasta ese momento”.
Reporte de situación
En su último reporte sobre el tema el gobierno de la provincia de Santa Fe anotó 60.870 casos, confirmados desde inicio de 2024, y considera la posibilidad de la incorporación de la vacuna, sobre la base de la incidencia de casos desde el año 2009 a la fecha. El informe da cuenta de dos muertes asociadas al dengue en las últimas semanas, en ambos casos de personas con comorbilidades, enfatiza en continuar los cuidados y señala que en estos momentos los mosquitos circulantes pertenecen al serotipo D1 y D2; este último gen se detectó tanto en los casos fatales como en quienes presentaron complicaciones. Con respecto a la distribución geográfica de los casos confirmados, casi la mitad pertenecen al Departamento Rosario, y le siguen los departamentos La Capital, Castellanos, Las Colonias y San Cristóbal, entre los más afectados.
En los últimos días la diputada Claudia Balagué y el concejal Leonardo Caruana (Frente Amplio por la Soberanía) presentaron sendos proyectos en sus ámbitos legislativos. “Nos centramos en dos cosas: por un lado, ha cambiado la epidemiología en el dengue, no se tuvo en cuenta el cambio climático y la pauperización de la sociedad, con menos recursos y condiciones sanitarias más deterioradas en los últimos años, más en estos últimos dos meses”, explicó Balagué. Y señaló que hay más casos en una provincia que “ya casi es endémica, por lo tanto las medidas a tomar tienen que ser diferentes, hemos hecho muy buenos proyectos de prevención con campañas de comunicación, y eso últimamente se ha abandonado y no se ha llegado a la población en prevención”.
Además, destacó la posibilidad de tener una vacuna que es efectiva pero no está a disposición de la población. “Vemos una disparidad entre quien tiene dinero para poder adquirirla, y por otro lado hay una enorme cantidad de población que no puede tener acceso a algo que es un derecho, como es la vacuna y que ya deberían haber comprado la Nación y las provincias”. El proyecto presentado exhorta a que se retomen las campañas de prevención con mucha fuerza y a la compra de vacunas.
Falta estrategia
De “urbanizaciones incompletas”, como áreas propicias para que colonicen los aedes aegypti, también habló el biotecnólogo y bioingeniero Ernesto Resnik, argentino radicado en Minesota. “Calles no asfaltadas, zanjas, aguas estancadas, sin desagües entubados, casas con restos de construcción y todo elemento que pueda mantener la humedad de los lugares, esto se puede ver en Brasil, que sólo tenía una franja de esta enfermedad y ahora es todo rojo de dengue”, explicó.
“Es una realidad que demanda más acción estatal, un estado más activo, antes sólo había campañas de comunicación sobre el descacharrado y fumigación, pero la parte optimista es que ahora sí podés combatir la enfermedad con una vacuna que es muy buena”, consideró el científico que en su momento desarrolló herramientas para estudiar las cuatro cepas del dengue. Y dijo que el Estado nacional en Argentina en estos momentos no implementa ninguna estrategia, mientras que “Brasil está desarrollando una vacuna aún mejor que la actual. Argentina debería estar moviéndose para conseguir la mayor cantidad de vacunas, Brasil lo hizo”, enfatizó.
Desde la Secretaría de Salud de la Municipalidad de Rosario, médica y magister en Gestión de Salud, Soledad Rodríguez recordó que el dengue aún es epidémico en la provincia de Santa Fe, es decir que no ocurre en todos los meses del año sino que hace brotes. “Para la ciudad, 2023 y 2024 implicaron el brote más grande que vivió Rosario, no habíamos tenido tal número de casos, y por otro lado tuvo la particularidad de iniciarse antes. Esto fue un desafío porque comenzamos a hablar de dengue mucho antes que otros años”, comentó.
¿Cuándo comenzó a ser motivo de preocupación el dengue para Rosario? “Hubo históricamente pequeñísimos brotes, pero los brotes que tuvieron casos a cuantificar son del año 2016 en adelante, los más importantes son 2016, 2020 y 2023-2024”, detalló. Y dijo que el área que comanda se fue reorganizando y aggiornando ante estas emergencias que desafiaron su manejo.
“Se fue avanzando en un trabajo interdisciplinario porque no es sólo un problema de salud, los determinantes que hacen que la enfermedad se instale y reproduzca tienen que ver mucho con las condiciones medio ambientales”, describió. Y ponderó la labor articulada del Consejo de Gestión de Riesgos y Emergencias central, que planifica acciones para desarrollar durante todo el año. “Cuando tengamos un período sin nuevos casos, comenzamos con actividad de monitoreo, con la colocación de ovitrampas (un recipiente pequeño con agua y una varita de madera, ambiente ideal para los mosquitos) en toda la ciudad, que permite leer la población de estos insectos a través de los huevos que colocan en ellas. La raíz de todo es tratar de que no haya criaderos”, enfatizó.
La vieron venir
“Tengo una historia particular con el dengue. Yo la vi venir, como dicen ahora: era el año 2006 siendo jefe de la Zona 8 de Salud, cuando en Rosario recibimos casos de dengue importado de Paraguay y Brasil”, explicó el diputado de Construyendo Futuro, Miguel Rabbia, médico generalista y sanitarista. “Me esforcé en aislarlos y en estudiar el tema, la Municipalidad sabía que estaba el mosquito al menos desde hacía una década, en ese tiempo participé de un Congreso de Atención Primaria que se hizo en Cuba, donde tenían un trabajo comunitario muy fuerte sobre el dengue”, relató.
“Quiero ser respetuoso, hay equipos de salud que lo trabajan, pero necesitamos un compromiso sistémico”, enfatizó. Y reseñó las estrategias utilizadas en 2006, con capacitación de supervisores de educación para campañas de concientización, colocación de ovitrampas en la Región 8, con los alumnos como socios estratégicos, para generar información que devolvían a la comunidad.
“Por esas acciones me trataron de exagerado y desde la Municipalidad decían que no iba a haber dengue. Es una apreciación subjetiva y no debemos aportarle mayor preocupación a la gente. Me denostaron mucho en los medios, salieron todos a contradecirme. En 2009 hubo un brote muy grande en Hersilia pero desde la provincia lo atribuyeron a una contaminación por agua”, relató.
“Dentro de dos años no habrá camas en hospital para la cantidad de casos. Acá tenemos circulación de D1 y D2, en Brasil hay D3 y D4, cuando tengamos casos importados puede aumentar el dengue hemorrágico”, advierte. “La salud pública no es atender la enfermedad solamente, sino mantener en salud a nuestra gente. Nunca le dieron importancia, desde el 2006 que digo esto”, remarcó.
“Cuando fui director provincial de Accidentología, participé de una reunión sobre el tema en un muy incipiente Mercosur, entre Brasil, Paraguay y Argentina. Allí un investigador uruguayo alertó sobre el futuro del dengue y sorprendió a los presentes que hablaban de economía; eso me quedó grabado”, cuenta el médico y Secretario de Gobierno de Granadero Baigorria, Osvaldo Aymo.
Para Aymo, a 24 años vista de aquel vaticinio no hubo nada, excepto los descacharreos y alguna campaña. “Pero no hubo un proceso, los argentinos no nos bancamos los procesos, la gente reacciona en el momento del brote; cuando ya no hay tantos contagios ahí nos rendimos, por eso con la Municipalidad de Granadero Baigorria planteamos la continuidad en el trabajo sobre el dengue, de modo que cuando con el calor comiencen a eclosionar las larvas, ya estuvimos actuando durante todo el año”, comentó.
¿En esas dos décadas hubo registro de casos fatales de dengue o no se los diagnosticaban como tales? “Sí pudo haber pasado y aunque no fuera en la forma más grave, no es ninguna broma pasar un dengue; alguno habrá muerto sin diagnóstico de dengue pero no había la masividad de este año. Cuando tenés pocos casos las posibilidades epidemiológicas de un dengue hemorrágico son pocas”, explicó.
“Nosotros estamos haciendo un trabajo con aristas interesantes e innovadoras y lo vamos a sostener en el tiempo, a pesar de que bajen los casos, será un proceso. Vamos a trabajar con las larvas donde no va el descacharrado, con un larvicida que las mata. El primer paso es georreferenciar los casos denunciados de dengue en la ciudad, ahí vamos a usar ovitrampas, con los chicos de las escuelas como socios estratégicos, y además de la fumigación tradicional, en grandes espacios abiertos como la vera de la autopista Rosario-Santa Fe y la vera del río Paraná, la idea es utilizar drones para fumigar”.
Según Aymo, hay varias maneras de actuar: sobre las personas con las vacunas o sobre el vector. “Sin vector no tengo enfermedad, el brote de Brasil da miedo. Y da miedo que se haya menospreciado el tema durante tanto tiempo”, dijo. Además refirió la estrategia con la que está trabajando Brasil, liberando millones de mosquitos genéticamente modificados, para generar una batalla biológica entre ellos, algo que ya se hizo en otras partes del mundo con otros vectores. “Se genera una variante estéril del vector que entonces no se reproduce y con resistencia especial a ser parasitario por el virus del dengue”, señaló.
¿Qué es un vector epidemiológico? Es cualquier organismo que transporta y transmite a otro organismo vivo un microorganismo causante de enfermedades. En el caso de dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla, el vector que transporta el virus, es el aedes aegypti. “El mosquito aedes se encuentra dentro del domicilio y los mejores métodos de combatir el virus son el descacharrado, la información, el conocimiento y la toma de conciencia”, aseguró por su parte el director de Control de Vectores de la Municipalidad, Carlos Tasinato.