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Política

Primer cortocircuito entre Javkin y el socialismo en el Concejo por el código urbano

Primer cortocircuito entre Javkin y el socialismo en el Concejo por el código urbano



Por Ricardo Petunchi


El proyecto del Ejecutivo municipal que autoriza que los nuevos edificios que se construyan en la ciudad tengan mayor altura provocó la primera grieta entre el intendente Pablo Javkin y el socialismo en el Concejo. La iniciativa tuvo luz verde en la comisión de Planeamiento pero con un costo inesperado: Verónica Irizar, presidenta del bloque Socialista, el socio más importante del Frente Progresista, no lo apoyó.

La posición política de Irizar en este tema es novedosa, ya que hasta el momento el socialismo había acompañado sin fisuras las iniciativas del intendente.

El cimbronazo que provocó la iniciativa no se limitó al Frente Progresista, ya que también alteró el pulso de otros bloques que forman parte del acuerdo político que comanda los destinos del Concejo: Unidad Ciudadana lo tiene en estudio pese a que los profesionales que asesoran el bloque se mostraron de acuerdo, y Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular), presidenta de la comisión de Planeamiento, se opone. A eso hay que sumarle que Ciudad Futura lo apoyó en Planeamiento pero ahora analiza proponer modificaciones. Habrá que ver si tanto ruido esconde algo más. Pero para saberlo hay que esperar hasta el final del recorrido.

Lo cierto es que la argumentación de Irizar en Planeamiento fue tan enérgica y crítica que sorprendió a varios. Incluso hay quienes están convencidos de que esa estrategia se definió en una reunión previa entre Irizar y una de las máximas referentes del socialismo en el área.

La reforma que impulsa el Ejecutivo autoriza a las empresas a desarrollar plantas bajas más elevadas en los nuevos proyectos edilicios, lo que en la práctica significa que podrán tener un piso más de altura. Un cambio sustancial en el código urbano de Rosario, que las constructoras esperan con los brazos abiertos.

En Planeamiento el proyecto salió sin discusión, lo que no cayó bien entre algunos bloques. Lo apoyaron Agapito Blanco (Cambiemos), Renata Ghilotti (Unión Republicana), Jesica Pellegrini (Ciudad Futura) y Fabrizio Fiatti (Creo), mientras que Irizar y Gigliani se opusieron. Roy López Molina (Cambiemos) no estuvo presente.

Gigliani, quien además integra el consejo asesor del Ejecutivo en la materia, justificó su oposición. “Cuando votamos la norma, hace menos de diez años, dijimos que hubo un contrato social implícito con los rosarinos para ir hacia una ciudad a escala más humana. Y eso implicó bajar las alturas”.



El camino


El proyecto ya ingresó en la comisión de Gobierno, que tiene una composición muy similar a Planeamiento, por lo que se cree que será aprobado y llegará al recinto. Sin embargo, el martes pasado sufrió un nuevo tropiezo: no hubo quórum y el inicio de la discusión debió postergarse.

Pese a estos sobresaltos, todo indica que el acuerdo que viene marcando el rumbo en el Concejo cuenta con los votos para lograr que sea aprobado. “Eso depende”, dijo una edila que se opone y no pierde la esperanza de frenarlo. “Fue bastante desprolijo lo de Planeamiento porque pasó sin opinión a Gobierno”, sentenció.

Además del socialismo (Irizar, Lorena Carbajal y Mónica Ferrero) y Gigliani, se pronunció en contra el Frente de Todos (Norma López, Eduardo Toniolli y María Alejandra Gómez Sáenz). “Es un desastre”, dijo López, presidenta del bloque.

En Unidad Ciudadana el proyecto “está en estudio”. “Entre los arquitectos de nuestro espacio tenía aprobación, porque se hablaba de mejorar las condiciones en las que se edifica o se diseña. La duda pasa por determinar si esto facilita o favorece alguna especulación sobre elevar altura en pisos”, una consideración política que “va más allá de la valoración técnica que puede hacer un proyectista”, dijo Marina Magnani, que preside el bloque que integra junto a Andrés Giménez.

Dos de los dos bloques más numerosos podrían ser claves en el recuento final de votos, y los dos están en una posición incómoda: Ciudad Futura, que forma parte del acuerdo, y Juntos por el Cambio, que está afuera.

Si bien Jesica Pellegrini votó a favor en Planeamiento, hay quienes creen que tras el rechazo de Gigliani y el socialismo, la posición de Ciudad Futura podría llegar a replantearse. Por lo pronto, se anunció que la presidenta del bloque, Caren Tepp, presentará modificaciones en la comisión de Gobierno. “Lo estamos estudiando con nuestros equipos técnicos”, confirmó la edila.  

La situación de Juntos por el Cambio es particular porque sus miembros no integran ninguna de las dos comisiones. “Fue sorpresivo y escandaloso cómo salió de Planeamiento”, dijo Alejandro Roselló, titular del bloque, y advirtió que “si vienen a las apuradas no lo vamos a apoyar”. No obstante ello, admitió que “estamos viendo el expediente y es un aumento de altura encubierto; en todo caso discutamos si la ciudad necesita que los edificios sean más altos”.

Lo cierto es que en las últimas dos semanas hubo más ruido en el Concejo que en los diez meses anteriores. Primero con la conformación del bloque unipersonal de Renata Ghilotti, que se alejó de la órbita de Roy López Molina, y ahora con esta propuesta del Ejecutivo.

Más allá de que finalmente el proyecto logre ser aprobado, la decisión del socialismo no le resultó indiferente al gobierno municipal y abre interrogantes de cara al futuro. El acuerdo político que gobierna el Concejo cruje por primera vez.



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