Aunque se le hicieron cambios en ambas Cámaras desde su llegada a la Legislatura en septiembre del año pasado, el proyecto de Ley de Presupuesto 2022 del gobernador Omar Perotti ha avanzado esta semana en Diputados más por el diálogo (y el paso del tiempo) que por las correcciones, consensuadas o no.
En política el consenso no siempre se logra, pero el diálogo —de alguna forma— obliga. Más, si lo hubo con respeto y dentro de las instituciones. También, la naturaleza de la cuestión en debate: que haya Presupuesto sirve al gobierno para desplegar las cifras de lo que quiere ser su gestión, de lo que tiene para poder llevarla a cabo, pero también a la oposición para contrastar luego lo hecho con lo anunciado, los objetivos y los títulos de cada ministerio en esa norma, con lo realmente ejecutado.
Es responsabilidad de ambos que haya ley de Presupuesto. Se había vuelto en cierta medida insostenible la postergación de la Cámara baja, de mayoría opositora, que no lo trató en diciembre del año pasado, tras la media sanción del Senado, que por unanimidad ya lo había “mejorado”, según la opinión mayoritaria de los diputados. En Santa Fe, en la medida en la que el ex ministro de Seguridad Marcelo Sain ya no está en la escena política, la grieta no es creíble.
Los números
Más allá de que para ambas partes había que lograr el consenso y mostrar diálogo, hubo tensiones y números que cambiaron en el proyecto de ley de Presupuesto, que ahora volverá a tratar el Senado en segunda revisión, y en la llamada Ley Tributaria 2022 (que ya está firme). En ella es donde el ministro de Economía Walter Agosto más cedió: la oposición impuso una distribución más beneficiosa de la coparticipación del Impuesto Inmobiliario que era en partes iguales y en adelante será del 60 por ciento para las municipalidades y las comunas.
También los gobiernos de pueblos y ciudades santafesinas se libraron el año pasado de una exención del 100 por ciento para las patentes del transporte de cargas (un impuesto que impacta especialmente en ese nivel del Estado).
Ahora, tras las reuniones formales entre la Comisión de Presupuesto de Diputados y los ministros del Ejecutivo de la semana anterior, se sumaron dos ayudas extraordinarias para las ciudades de Santa Fe y Rosario, de 700 millones en el primer caso y 1.500 en el segundo, para la provisión de luminarias LED de bajo consumo para las zonas más calientes en el mapa de la inseguridad.

Bicameralidad
Los cambios hechos por Diputados van a ser estudiados en el Senado, que esta vez no sesionó en paralelo como para dejar en claro que se atendrá a sus propios tiempos (aunque no parezca tener margen para forzar otro pase a la Cámara baja).
Los intendentes de Rosario y Santa Fe, Pablo Javkin y Emilio Jatón aspiran (tal como sus antecesores) a que ambas ciudades cuenten con recursos provinciales que compensen la licuación a cifras ridículas del Fondo del Conurbano nacional que data de la década del 90, y las priva de acceder al Fondo de Obras Menores.
Como en otras oportunidades, las dos urbes más pobladas seguirán esperando. Tal vez deban entender que el tratamiento de la ley de Presupuesto no es la mejor instancia para obtener esa legítima aspiración, del mismo modo que la Casa Gris ha fracasado en la pretensión de “colar” en artículos del Presupuesto un límite duro a la capacidad de endeudamiento de las administraciones municipales y comunales (merecería una ley particular).
Y lo mismo vale para el objetivo del gobierno provincial de reservarse el derecho a usar un 40 por ciento de las inversiones de capital (obras e infraestructura) para eventuales gastos corrientes (sueldos o imprevistos). Lo último fue podado por el Senado al 20 por ciento y Diputados directamente lo cortó de raíz. Habrá que ver qué pasa con ese punto en la Cámara alta y luego con la posibilidad de un eventual veto parcial.

Mayorías y desequilibrios
Las tensiones entre los intereses de la mayoría de la población que habita las ciudades más importantes y sus vecinas aledañas, y las necesidades de las jurisdicciones menos habitadas y desfavorecidas en cuanto a su desarrollo están resueltas con la bicameralidad que establece la Constitución.
No sólo hay dos Cámaras para duplicar —con revisiones como las que hoy sufre el Presupuesto— más controles sobre el proceso de la sanción de las leyes.
Es cierto: se duplican esfuerzos y burocracias, pero es el federalismo el que manda que haya una cámara de diputados que necesariamente tendrá fuerte presencia de rosarinos y santafesinos, y otro cuerpo deliberativo en el que tienen la misma representatividad el senador que llegó a su banca tras contar cientos de miles de votos que el que apenas sumó unos pocos miles en una jurisdicción menos habitada.
Una promesa
Es una noticia saludable que otra vez en Santa Fe la grieta sea poco creíble y que no logre réditos políticos. El Presupuesto es un complejo esquema finalmente mínimo con el que se pueden gestionar —y verificar— los números en la asignación del gasto y la obtención de los recursos.
Respecto de diciembre de 2021 hubo algunos retoques de los diputados al proyecto que había enviado el Ejecutivo a fines de septiembre de 2020 y que ya había corregido el Senado. Pero lo que realmente preocupa a los opositores en uno y otro cuerpo es lo que reclaman los intendentes y presidentes comunales que no forman filas en el PJ y que aseguran haber sido abiertamente discriminados por el gobierno en el envío de fondos que por ley les corresponden.
Se habla de una deuda que suma más de mil millones de pesos en fondos de asistencia educativa y certificaciones de obras que se han demorado.
El tema llegó a la Casa Gris, entrega masiva de un petitorio mediante, a mediados de febrero con una movilización de intendentes y presidentes comunales del radicalismo que sumó bastantes más protagonistas que la convocatoria que había hecho el Ejecutivo (también el 16 de febrero) para que cada administración local se encargue de buscar a los alumnos que abandonaron la escuela.
Aún bajo la presión y las quejas de comunas y municipios del propio palo, la Cámara de Diputados se las arregló para provocar el diálogo con el Ejecutivo y salir adelante con el presupuesto.
En cuanto a los pedidos de intendentes y presidentes comunales sólo hay promesas del gobierno y no llegaron a la Cámara baja las planillas con los planes para saldar esas deudas, que se esperaron hasta las 15 del jueves 10 pero que no condicionaron la aprobación.
