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Política

Romina Diez avanza: rosca interna, fidelidad y acumulación de poder

El viernes 23 de agosto, el Aeropuerto Internacional de Rosario está completamente custodiado. Es de noche y hace frío. En el lugar aseguran que el arribo del presidente Javier Milei a la ciudad es inminente, pero el avión se demora. El operativo de seguridad parece desmedido incluso para una visita presidencial en una ciudad que lleva la violencia como estigma, pese a que los números de la criminalidad sean los más bajos de los últimos años. Pero hay un motivo: más temprano, una amenaza de bomba obligó a una revisión minuciosa de todo el lugar. En la Bolsa de Comercio de Rosario, el acto que celebra su 140º aniversario ya comenzó y los presentes aguardan su llegada. Allí, la otra amenaza de bomba de la jornada, vino con evacuación incluida. 

Romina Diez está preparada para la espera. El tapado rosa le cubre hasta las rodillas y unos guantes de cuero negro las manos, mientras una bufanda abrigada le da varias vueltas por el cuello. La diputada nacional por la provincia de Santa Fe tiene una tarea: acompañar a la comitiva presidencial en su paso por Rosario. El privilegio no lo comparte con sus pares de bloque en el Congreso, que deberán conformarse si más tarde logran un saludo del presidente o acceder a una conversación. ¿Cómo logró convertirse en la principal referente de La Libertad Avanza en la provincia? Las versiones varían según quien lo cuente.  

Entre sus detractores apuntan a un solo factor: su amistad con Karina Milei, hermana de Javier y secretaria general de Presidencia. En palabras del propio presidente, el verdadero jefe. Tras la visita, Diez hará dos posteos en su cuenta de Instagram. Uno recopilando distintas fotos de la jornada. En otro, una sola foto suya junto a Karina Milei, recibiéndola con los brazos abiertos en la pista del aeropuerto. No importa que esté un poco borrosa o pixelada, en sus redes Karina tiene prioridad. “Ella es la transformación, le guste a quien le guste y le pese a quien le pese”, escribió en el epígrafe. 

Para sus allegados, el capital político se lo ganó en base a su temprana militancia en el proyecto mileísta y su trabajo en defensa de las ideas liberales. Si el argumento no cierra, apelan a los números: los 642 mil votos obtenidos en octubre del año pasado la avalan para hacer en nombre del presidente en la provincia de Santa Fe. Dato mata relato, aseguran.



Nacida en las redes


De Romina Diez se conoce lo básico: que tiene 44 años, que es rosarina, que es licenciada en economía por la Universidad Nacional de Rosario (UNR), que consiguió cierto reconocimiento en redes a partir de su cuenta “Economía para no economistas” y que conoció a Javier Milei en un congreso, donde comenzó un vínculo que se afianzó de forma virtual en la pandemia, para terminar transformándose en una amistad que permeó en su hermana, Karina Milei. También que su padre era el dueño de un recordado bowling sobre la peatonal Córdoba, que ya no existe más. 

Se define como liberal desde los 14 años, luego de una breve estadía en Cuba que la llevó a abrazar las ideas de la libertad. “Cuando era chica mis padres me llevaron a Cuba, pero no a las playas de arenas blancas; me mostraron la otra cara, la del sufrimiento, la desigualdad y la falta de libertad. Los chicos de mi edad eran muertos en vida rogando por chicles, biromes y algunos dólares que ni siquiera les permitían tocar. Fue un antes y un después en mi vida”, contó en una entrevista con Radio Boing. 

Su acercamiento a la política está vinculado al PRO a través de la Fundación Libertad. “Era una de esas personas que, cuando la veías, la referenciabas rápidamente con la fundación porque participaba de los eventos, pero tenía un lugar secundario, no protagónico”, recuerda una figura del PRO rosarino. “Después tuvo alguna participación militante, organizando algunas actividades y reuniones entre 2017 y 2018, no mucho más. Pero no recuerdo que haya estado en una lista ni tampoco que haya mostrado su intención de participar desde allí”, agregó. 

Otro dirigente que compartió aquel breve período de militancia, sorprendido por el meteórico ascenso político, aporta otra lectura: “Ella tenía un estatus de dirigente y militante que en la práctica no aparecía. No iba a las reuniones ni participaba de los timbreos. Y cuando había que laburar no estaba. Ella está en política para tener un cargo público y gozar de los beneficios de la casta”. 

Sin embargo, para los seguidores y militantes de La Libertad Avanza (LLA), Diez es la responsable de darle forma a ese descontento que comenzaba a aparecer con la política tradicional. Y lo hizo marcando el camino: apoyar a Javier Milei. Las primeras reuniones libertarias en la ciudad se dieron en un bar de Pellegrini y Entre Ríos, donde se reunían unas pocas personas: Romina Diez, Karina Raíz, Agustín Pellegrini, David Malaguarnera, Juan Pablo Montenegro y otras figuras que ya no forman parte del espacio. Hoy todos ocupan algún cargo público o un rol de preponderancia dentro del equipo de Diez.

“Éramos menos de diez personas a principios de 2021. Así empezó todo. Nos preguntábamos qué podíamos hacer para cambiar esto, porque no nos representaba para nada el gobierno. Romina nos cuenta que tiene llegada a Javier Milei y les dijimos que queríamos hacer algo para apoyarlo”, cuenta Montenegro, apoderado de LLA en la provincia y jefe de la Regional Litoral de Anses. En esa mesa se definió que el equipo iría a fiscalizar la elección del libertario como candidato a diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Juntaron tantos voluntarios que desde Rosario salió un colectivo con ese fin. 

La colaboración tuvo el agradecimiento de Milei, que redobló la apuesta: les pidió que le organicen un acto en Rosario. El 13 de diciembre de 2021, en las escalinatas del Parque España, Milei inició su “Tour de la libertad” que dos años después lo colocaría en la Casa Rosada. “Se fue tan contento que nos dijo: ustedes son mi espacio en Santa Fe”, recuerda Montenegro. “Nada de eso se hubiese logrado sin la humildad, el coraje, el empuje y las ganas que le puso Romina para que este proyecto crezca en Rosario”, agregó. 

Pero el evento de inicio también representó un primer quiebre interno dentro del incipiente espacio libertario rosarino. No sería el último. “Hubo un desmanejo con la plata fenomenal, porque se había organizado un cóctel en el que había gente que pagó 100 dólares, que servían para financiar el evento. Algunos no rindieron la plata y los que organizamos quedamos con una deuda grande, tuvimos que poner de nuestro bolsillo. Ahí algunos dimos un paso al costado”, relató un exmilitante, enojado con esa situación. 


A favor y en contra


Por su actividad legislativa, Romina Diez se pasa 15 días en Buenos Aires y 15 días en Rosario. Tiene solo tres asesores, bastante menos que la mayoría de sus pares. En eso predica con el ejemplo “anticasta” que domina su discurso. Su trabajo se escuda en dos alfiles cercanos: Agustín Pellegrino y Marcos Peyrano. En su entorno cercano la definen como una mujer completamente abocada a su trabajo: “Te escribe a las 12 de la noche para coordinar cosas del laburo y a las 5 de la mañana ya te está escribiendo de nuevo para acomodar la agenda”, aseguran. 

Pero entre las diversas huestes mileístas aparecen algunos cuestionamientos por su desempeño legislativo. “No va a las reuniones de bloque”, reclaman. Y ponen el foco en el reparto de comisiones: mientras que Nicolás Mayoraz y Rocío Bonacci integran siete comisiones cada uno, Romina Diez forma parte de solo dos: Economía y Mercosur. En la cantidad de proyectos trabajados, la economista también quedó por debajo de sus pares: apenas 10 de los cuales 7 son expresiones de repudio o declaraciones de interés. En lo que va del año Mayoraz trabajó 35 proyectos y Bonacci unos 27.

Otra de las críticas que aparecen contra su figura es por su falta de actividad en la provincia. Es que por su potencial electoral, desde algunos sectores entienden que es la opción natural libertaria para llegar a la Casa Gris en 2027. Sin embargo, señalan que no se muestra. “No estuvo en el remate del primer lote de soja, no estuvo en la presentación del nuevo sistema de justicia penal y tampoco aparece cuando viene Patricia Bullrich. Viene solo cuando están Milei o Karina. Esta semana hubo una reunión importante de la juventud libertaria en Santa Fe y ella apareció por Zoom”, describen. 

En su equipo de trabajo aseguran que no es así. “Romina está presente en Rosario y la provincia. Ama la ciudad. Lo que pasa es que muchas veces no la invitan a los eventos y no le dan participación”, explican. Y se apalancan en un argumento: la imagen positiva que mantiene como dirigente política. La semana pasada, una cuenta de X llamada “Elecciones Datos” la posicionó como la diputada con mejor imagen del país. El resultado fue celebrado en redes sociales: “Muy agradecida. Elegí este camino para cambiar el país de la mano del presidente Milei”, compartió la santafesina. Como contrapartida, el dirigente con peor imagen fue Máximo Kirchner. 

“No la invitan a los actos porque a nadie le sirve darle prensa a Romina. Tiene la mejor imagen positiva entre los diputados y eso sería elevarla aún más”, sostienen en su entorno. “Sabemos que ella sigue midiendo muy bien. Meses atrás fue la diputada más votada de la provincia siendo outsider. Imaginate que venga una mujer que de pronto habla con Milei, gana la provincia caminando y mete tres diputados nacionales. Eso no les cae bien”, analizan. 



La interna que viene


Sea por olfato político, suerte o falta de interés —como aseguran en tribus enemigas— Romina Diez no quedó salpicada por la visita de diputados oficialistas a un grupo de genocidas detenidos en el penal de Ezeiza. No corrieron la misma suerte sus pares santafesinos: Bonacci fue una de las que salió a denunciar el hecho y señaló que sus colegas la llevaron engañada, y Mayoraz quedó envuelto en una discusión con la diputada mendocina Lourdes Arrieta, que terminó denunciándolo por violencia de género. La situación disparó una interna en el espacio que incluye expulsados del bloque y que el gobierno aún no logra apaciguar. 

Desde el entorno de Diez deslizan que la relación con Bonacci y Mayoraz es buena. Pero las diferencias internas a la hora de conformar las listas en la provincia fueron más que conocidas. Una de las versiones que circuló sobre el tema en un primer momento daba cuenta que dentro del propio espacio no esperaban que ingrese más de un diputado. Eso profundizaba las discusiones entre los socios partidarios y candidatos por quién ocuparía el primer lugar en la lista. Luego, los rumores respecto a que Amalia Granata —enemistada con Mayoraz— se sumaría al armado, embarraron aún más el escenario. 

Entre los socios de LLA en Santa Fe le reprochan a la diputada cierta falta de apertura. “Se agarra de su vínculo con los Milei para potenciarse ella misma y no abre el juego”, sostienen. Y reviven un episodio de la campaña, cuando en una visita por la ciudad Karina Milei ordenó bajar del escenario tanto a Mayoraz como a Bonacci, para resaltar la figura de Diez. Los tres iban por la misma lista. “Que Diez sea la referente en la provincia responde a que desde el gobierno entienden la política como una franquicia. Sin la venia de los hermanos, no puede hacer carrera”, acusan. 

La victoria electoral trajo una breve tregua al acuerdo entre los partidos socios pero las suspicacias se reavivaron con la decisión del gobierno de avanzar con la conformación de LLA como partido nacional. A principios de mayo, Karina Milei arribó a Rosario junto a Martín Menem para el lanzamiento del espacio en Santa Fe: un encuentro que buscaba reunir a militantes de toda la provincia para juntar las 4 mil afiliaciones necesarias en la provincia. La designada para llevar adelante el encuentro fue Romina Diez, una de las protagonistas de la jornada. 

El encuentro fue un éxito de gente, pero muchos se fueron enojados. Es que las puertas se abrieron a las cinco de la tarde y los referentes libertarios llegaron más de dos horas después al lugar. Pocos pudieron saludarlos, muchos menos se llevaron una foto. Tampoco hubo contacto con la prensa ni discurso o arengas para sus tropas. Apenas una breve vuelta por el local que fue suspendida por la mitad, ante los atropellos de la gente por querer conocer al jefe. Luego se agruparon en un VIP del que no salieron hasta que se desconcentró el lugar. 

Pero la nacionalización del partido tiene una subtrama: la independencia electoral de otros sellos. Ante la falta de estructura fueron necesarios, pero una vez en el poder entienden que la figura de Milei arrastra por su propio peso. Esa “depuración libertaria” les permitirá evitar internas. “Lo que pasó con la pelea en Diputados es parte de eso. Tenemos gente que vino por otro sello y que no son cien por ciento liberales. Necesitamos gente que responda a Javier y Karina”, reconoce un dirigente vinculado a ese proceso. 

Desde el entorno de Diez aseguran que ya están los papeles presentados y aguardan el visto bueno del Tribunal Electoral Provincial. Confían que en las próximas semanas La Libertad Avanza en Santa Fe quede habilitado y preparan un festejo a lo grande. “Creemos que en tres semanas vuelve Karina Milei y Martin Menem porque ya tenemos el partido”, adelantaron. Si todo sale bien, será otro poroto anotado en los méritos de Diez para la consideración oficial de los hermanos Milei, a la hora de delegar el armado santafesino de cara a 2025. Y una nueva oportunidad para mostrar su llegada directa a la familia presidencial. En eso, por ahora, nadie le gana, ni parece competirle. 


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