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Política

Ruidos y tensiones pero también consensos entre Perotti y los legisladores

Quien siga el recorrido del expediente de la Ley de Presupuesto y de la Ley Anual Tributaria, y las instancias de negociación previa a la media sanción del Senado, notará que se trata de un proceso completamente distinto de lo que caracteriza al resto del panorama político e incluso institucional de Santa Fe.

Una armoniosa melodía parece envolver a la Cámara alta en su relación con la Casa Gris, mientras que unos ruidosos estruendos caracterizan buena parte de todo lo demás en la agenda política provincial, que parecía poder dar vuelta la página con la salida de Marcelo Sain de la escena. Luego de algunos meses de cierta calma y algo más de entendimientos entre el oficialismo y la oposición, ahora esa relación vuelve a sonar mal.

Es común que interpreten música distinta el partido de gobierno y quienes aspiran a ocupar su lugar cuando se avecina un año electoral, pero eso no justifica la falta de oído del director de orquesta que, desde la jefatura del Estado provincial, puede hacer que de lo que toca el oficialismo y de lo que quiere imponer la oposición resulte al menos un audible ensamble, una mixtura aceptable.

Siempre es mayor la responsabilidad del gobernador cuando son sus intérpretes los que desafinan. Y más cuando la sección rítmica no se amolda a los solistas: el silencio del ministro de Seguridad (el tercero de esta gestión) frente a su secretaria del área logística en la Cámara de Diputados cuando se produjeron intercambios que fueron cómicos pese a lo trágico de que Santa Fe no haya podido aún aprovechar los 3.000 millones extra de la Emergencia en Seguridad (y con cómodas potestades) para comprar equipos y móviles para la policía.

En Diputados, que el ministro Rubén Rimoldi se haya comportado como si fuera el público, en atento y hasta conveniente silencio, mientras era la funcionaria con la que choca permanentemente quien daba la nota, crea sin embargo más fastidio en bloques que no son oficialistas, incluso de los que están más dispuestos a encontrarle aciertos a Perotti porque no quieren que la oposición sea nucleada por un Frente de Frentes con el macrismo. Ni los propios diputados del peronismo se animaron a esgrimir una defensa del episodio de la contadora Ana Morel que estuvo demasiado tiempo con un error propio en sus narices, sin advertirlo, por una elemental cuenta matemática… Sólo una diputada en el oficialismo, Cesira Arcando, buscó con un par de preguntas concretas ordenar su confusa exposición infructuosamente. Se dice desde el bloque de diputados del PJ que se ofreció una suerte de ensayo a la intérprete, pero no lo hubo. Y por eso no se hacen cargo de la silbatina.



Primeras negociaciones y las que se vienen


En ese contexto ruidoso hubo una excepcional posibilidad de avanzar, en el cuerpo de 19 bancas, con las dos leyes que pidió el gobierno a la Legislatura. Se llegó a un acuerdo que deja a la Cámara de Diputados casi con la obligación de comportarse de la misma manera. Tanto porque así lo entendió la Cámara alta por unanimidad, como porque el Ejecutivo aceptó reformular parte de lo que hiciera falta para que no haya mayores obstáculos.

Para el radicalismo en minoría en el Senado (tiene siete bancas) acaso sea la ventaja de negociar con alguien con poder, el ministro de Economía Walter Agosto, lo que haya hecho más sencillas las cosas para la media sanción. El septeto radical es en realidad un sexteto más un solista, Hugo Jesús Rasetto (que quiere ser precandidato a gobernador), solo se abstuvo en cuatro artículos del Presupuesto y en uno de la ley que cada año fija la política tributaria.

Antes, hubo una recomposición de relaciones entre el gobernador y la big band de los doce senadores del peronismo que, en sus dos agrupaciones de seis miembros, parecían practicar ritmos irreconciliables. Luego del capítulo Sain, los que encabeza Armando Traferri y los que preside Alcides Calvo van sin sincopados y reviven las legendarias jam sesion de tantos años de compartir bancas y confianzas desde la oposición al Frente Progresista. No hay todavía un interbloque pero lo parece. O por lo menos así funciona, aunque el liderazgo de voz sea del primero y las buenas relaciones con los sellos de la Casa Gris del segundo

Agosto quiere el presupuesto y a los senadores les dio una parte de lo que puede llegar a conceder. Algo guardó para el momento de sentarse con los diputados opositores que tienen la mayoría en la Cámara baja. 

Si se repiten las actuaciones que permitieron la aprobación del Presupuesto actual, los diputados de los bloques del socialismo y del radicalismo de Evolución volverán a reclamar lo que destrabó (recién en marzo de 2022) la sanción definitiva: que a las municipalidades y las comunas les toque el 60 por ciento y no el 50 por ciento de la recaudación del impuesto inmobiliario. También que queden más expuestos los destinos de los fondos extraordinarios que ingresan por el pago de la deuda de la Nación con Santa Fe en títulos negociables. “Son también parte de la herencia”, avisó Felipe Michlig, quien ha tenido que aceptar que en la Cámara alta santafesina se hayan vuelto a reunir los justicialistas y su mayoría.


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